“Koko tiene ganas de vivir y lo ha demostrado con su lucha diaria para recuperarse del atropello que casi lo mata hace tres meses”, explica la presidenta de la asociación Adopciones Melilla (Adomel), Laura Benavent, quien remarca tajante “es un gato luchador, nadie daba un duro por él”.
Un día de mayo, Benavent recibió numerosas llamadas de alerta: habían atropellado a un gato frente al restaurante Kokoxily, llevaba toda la mañana tirado, no podía moverse y nadie lo recogía. La presidenta de Adomel agradeció las llamadas, pero no puede dejar de preguntarse por qué nadie se hizo cargo del animal accidentado.
“Nadie lo llevó al veterinario, nadie lo recogió. Lo dejaron ahí todo el día hasta que yo lo llevé. Unos por falta de tiempo, otros por falta de dinero”, comenta la joven, que entiende que cada uno tiene sus propios problemas, pero también que falta concienciación por el cuidado de los animales.
“Koko ha estado ingresado en el veterinario casi dos meses. Ahora está en una casa de acogida, pero desde Adomel le estamos buscando un hogar, necesita que lo adopten y forme parte de una familia”, comenta Benavent.
La recuperación de Koko
Koko es un gato de dos años, con un brillante pelo negro. El accidente lo dejó en tan mal estado, que Benavent llegó a pensar en sacrificarlo si no llegaba a pasar la noche del atropello. “El golpe del coche le había destrozado el cráneo, le había roto la mandíbula y tuvimos que reconstruírsela porque le faltaban prácticamente todas las piezas dentales”, explica esta melillense animalista, y agrega: “El golpe le dejó prácticamente ciego, ve sólo el 20 %, ha perdido olfato y al principio le costaba tanto respirar por tener líquido en los pulmones que pensábamos que se ahogaría”.
Por suerte, los cuidados y la rehabilitación diaria en el veterinario han solucionado gran parte de estos problemas. Aunque no recuperará la visión perdida, ya respira con normalidad y ha aprendido a caminar de nuevo, sin embargo sí que le quedarán algunas secuelas de por vida. “El golpe le ha dejado daños neurológicos. Al principio no sabía caminar, se ponía en pie y sólo giraba hacia la derecha hasta hacerse un ovillo. Este problema ya está solucionado, pero todavía camina un poco raro” señala la presidenta de Adomel.
En busca de un hogar
A pesar de estos daños, Koko es un gato sano. No tiene ni leucemia, ni inmunodeficiencia felina, está desparasitado, esterilizado, vacunado y tiene el chip de localización. Por ello, desde Adomel animan a los melillenses a adoptarlo. Además “es muy cariñoso”.
Por otro lado, Benavent pide ayuda para pagar los más de mil euros que ha costado su tratamiento, rehabilitación, pruebas y medicamentos. Para eso, recuerda que pueden hacer donaciones de un euro al mes uniéndose a su cuenta de Teaming ‘Adomel Adopciones Melilla’ o contactando con la asociación a través de su página de Facebook ‘Adomel Melilla’. Benavent agradece de parte de Koko cualquier tipo de ayuda.
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