“Las relaciones con Marruecos serán como quiera el Gobierno español”

El presidente de Promesa, José María López Bueno, cree que las reformas en el reino alauita deben ser más profundas.

Las revueltas en los países magrebíes y del medio oriente están teniendo unas repercusiones importantes en las economías de estos Estados así como sus relaciones comerciales con  los países del entorno.

En el caso de Marruecos, su cercanía a España, pues mantiene fronteras terrestres, es un aspecto que no pasa desapercibido para numerosos analistas, que ven en los cambios que puedan producirse en el reino alauita un riesgo y también una oportunidad.

Este parece ser un punto de vista muy compartido en una ciudad que, como Melilla, vive en cierto  modo de las transacciones comerciales con el país vecino, que siguen reportando una considerable cantidad de recursos financieros a las arcas municipales.

Para el presidente de la sociedad pública Promesa, José María López Bueno, la situación en el país vecino debería evolucionar hacia un mayor asentamiento de la democracia como sistema político y la economía de mercado.

En cualquier caso, matizó que es uno de los países más estables de la zona con un modelo que, hasta el momento, ha funcionado, a pesar de los malos índices de desarrollo social existentes en el país.

López Bueno comentó que las reformas “cosméticas” que se lleven a cabo no servirán para mucho excepto para “enfadar a la gente”, una situación que podría provocar una cierta desestabilización social en Marruecos.

Pese a ello, el objetivo de Marruecos, como el de Túnez, sumido éste último en un proceso de transición a la Democracia, sería acercarse lo más posible a la situación de un país como Turquía, a pesar de que existen muchas diferencias entre los tres.

“Éste debe ser el siguiente escalón en el desarrollo de Marruecos”, afirmó el presidente de Promesa con relación a la posible evolución que pueda seguir Marruecos, un país que en las próximas semanas se enfrenta a un referéndum constitucional para saber si la población acepta o no los cambios introducidos en la Carta Magna de este país.

En cuanto a las relaciones de España con su vecino, salpicadas frecuentemente por algunos desencuentros, éstas “serán como quiera el Gobierno español”, afirmó y adjuntó que lo que no debe hacerse bajo ningún concepto es negar los problemas, como pasó el pasado año con los sucesos en la frontera, con agresiones a algunas agentes y el corte del tráfico rodado y comercial.

López Bueno se mostró muy crítico con  la actuación que llevó a cabo el Gobierno central y muy en particular con las gestiones que hizo el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, pues éste llegó a negar la crisis entre ambos países.

“Hay que saber lo que se quiere, ser francos y colaboradores, pero sin  perder las posiciones de partida”, afirmó el presidente de Promesa, que de paso recordó que el tráfico comercial entre Melilla y Marruecos no se había interrumpido nunca porque éste beneficia a ambos lados de la frontera.

Pese a ello, en su opinión, Marruecos debe ver esta actitud colaboradora de parte de España, única forma “de hacer muchas cosas”. “Se trata de trabajar en serio”, señaló y adjuntó que lo que no debe hacerse bajo ningún concepto es “negar la realidad”, pues de esta forma “no podrá hacerse nada” a ambos lados de la frontera.

La última crisis entre los dos países se produjo a raíz de la gestión de los fondos de cooperación transfronteriza, pues desde Marruecos no se quiso realizar la comisión conjunta entre ambos países con el fin de elaborar y aprobar los proyectos que deberían haberse financiado con estos fondos europeos.

Esta situación, que apenas trascendió a la opinión pública, es una de las peores consecuencias que tiene una situación de falta de entendimiento entre España y Marruecos, en opinión de López Bueno. 

En total se perdieron unos 200 millones de euros, una situación que no debería volverse a producir más veces.

En lo que respecta a Melilla, en opinión del presidente de Promesa, ni las revueltas sociales ni los planes de inversión de Marruecos en los alrededores de la ciudad deberían influir en el tráfico comercial. De hecho, tanto desde Promesa como desde la Consejería de Economía, consideran que estos cambios deben ser asumidos como una oportunidad para Melilla y su tejido productivo y empresarial.

Desde Promesa, su presidente afirmó que seguirán promoviendo los intercambios entre ambas zonas, Melilla y Marruecos, pues el futuro de ambas partes parece pasar por esa política de colaboración.

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