La tradición se impone al cambio de legislación. La rebajas volvieron a propiciar ayer el encuentro entre comerciantes y consumidores en Melilla tras la finalización de Navidad. Cuando se apagan los sonidos de estas fiestas y se marchan los últimos copos, renos, papanoeles y reyes magos, las ofertas regresan un año más a los escaparates de las tiendas en forma de elevados porcentajes que en algunos productos alcanzan hasta un 70% de descuento.
Las ventas navideñas y las rebajas de enero son dos fechas claves para cuadrar los balances del pequeño y mediano comercio en cualquier punto del país. Esta temporada en Melilla lo son aún más debido a que los dueños de estos negocios están sintiendo la crisis con mayor incidencia que en los últimos años. Hasta ahora, la ciudad había conseguido capear mejor el temporal que en la península, pero en los dos últimos años las perspectivas de los consumidores melillenses han empeorado de manera considerable. Por ello es tan importante que se mantengan citas como la de ayer para conseguir un aumento de ventas. Sin embargo, alcanzar esa meta será más difícil en esta ocasión debido a que a la caída en el consumo se han venido a sumar este año otros elementos negativos como la supresión de la paga extra. En unos días los comerciantes de Melilla estarán en condiciones de valorar cómo ha sido el inicio de esta campaña, que se prevé difícil pero que quizás sea la última bajo una crisis tan dura si se materializa la remontada que el Gobierno central prevé para finales de este próximo año.
Mientras tanto, la nueva legislación salida del Congreso de los Diputados da la posibilidad a los comerciantes de realizar ofertas en cualquier época del año. Ahora sólo impera la ley de la oferta y de demanda. Sin embargo, en el caso de las rebajas de enero se mantiene la tradición y la época de los grandes descuentos en los principales comercios de la ciudad llegan tras la estela consumista de la Navidad.