Castillo llegó a la cofradía en 1981 y está al frente de ella desde 2005. El hermano mayor destaca la gran devoción que hay en la ciudad por las imágenes del Cautivo y la Virgen del Rocío, sus titulares.
Gregorio Castillo llegó a la Cofradía del Cautivo en 1981, en el momento del resurgir de la Semana Santa en nuestra ciudad y desde el 2005 es su hermano mayor. En estos años muchas cosas han cambiado dentro de la hermandad, pero lo que parece inalterable es la devoción que despierta entre los melillenses la salida a la calle de la Virgen del Rocío y el Cristo del Cautivo, cada Jueves Santo. Sin embargo, lo que sí ha cambiado es toda la ornamentación que rodea las tallas de la hermandad. Así, Castillo explica que cuando él llegó a la Cofradía no tenían nada y tuvieron que hacer ellos mismos los tronos en el garaje de su casa utilizando tubos de metal. Pero tres décadas después el patrimonio de la agrupación ha crecido de forma considerable. El hermano mayor indica que su vinculación con la Semana Santa era anterior a llegar al Cautivo y que siendo muy joven ya acompañaba a la procesión de su barrio, El Real, que posteriormente desapareció. No obstante, reconoce que su dedicación más intensa a la vida cofrade llegó cuando entró en el Cautivo. Actualmente, indica Castillo, la hermandad está formada por 600 cofrades y aunque el hermano mayor es consciente de que en muchas cofradías están teniendo problemas para contar con el número suficiente de portadores para llevar los tronos, Castillo indica que esto no es algo que hasta el momento les haya sucedido a ellos. El cofrade señala que las imágenes que saca la cofradía en estación de penitencia, despiertan la devoción y el interés de muchos melillenses y que eso unido al trabajo que se hace desde la junta de gobierno de la cofradía posibilita que cuenten con suficientes personas para que sus tronos puedan realizar la estación de penitencia. Castillo destaca que el trabajo de la Cofradía es constante, durante todo el año y no sólo en Semana Santa y que intentan que el mayor número de gente joven se acerque a la hermandad. El hermano mayor asegura que ellos son futuro de la agrupación. Además, Castillo reconoce que el hecho de ser una cofradía de barrio también hace que sean más las personas que se acerquen. No obstante, insiste en que lo más importante de la hermandad son las imágenes del Cautivo y la Virgen del Rocío y la devoción que demuestran entre los melillenses, algo que ha sido palpable durante la celebración del triduo de la cofradía y el besapiés, tres días en los que la iglesia de Santa María Micaela se ha llenado de fieles. Sin embargo no todas las procesiones de la ciudad tienen tantos devotos. El hermano mayor del Cautivo señala que por supuesto a él le gustaría que hubiera más gente en las calles durante la Semana Santa, pero que a pesar de todo hay que hacer una lectura positiva, porque en los últimos años se ha notado un incremento del apoyo de los melillenses a su Semana Santa. “Esto es un símbolo cultural y por eso tenemos que ciuidarla todos”, punta el cofrade. A pocas semanas de que llegue la semana grande para los cofrades, en el Cautivo se preparan para que todo esté listo en el momento de salir a la calle. Desde hace varios días la actividad ya se siente en la sede de la agrupación, donde se están entregando las túnicas a los penitentes y los portadores ensayan junto ala banda, para que el próximo Jueves Santo y el Domingo de Resurrección todo salga perfecto. El sábado 23 se realizará el traslado de las imágenes a la sede de la cofradía y entonces será el momento en el que las camareras de la hermandad se pongan manos a la obra para vestir a la Virgen y al Cristo. Mientras tanto los más jóvenes se encargan de la limpieza de los tronos.