El consumo en bares y cafeterías es irregular en el centro neurálgico de la Pascua. Mientras algunos hacen buena caja a otros las vacaciones les pasa factura.
La Semana Santa melillense ha tenido un impacto económico irregular especialmente en el centro de la ciudad por donde pasan todas las procesiones y cuyas calles soportan la mayor afluencia de ciudadanos. Durante los días laborales, la clientela no ha variado mucho e incluso tiende a la baja, pues muchos melillenses aprovechan los días de fiesta para salir a Marruecos o a la península. El Jueves y Viernes Santo ha conseguido de alguna manera ‘salvar’ la semana para el sector hostelero del centro de la ciudad.
Los clientes se concentran en una franja horaria de tarde–noche, pues aprovechan para cenar o tomar un tentempié durante las procesiones, pero se sigue notando que los melillenses se van de vacaciones. Mientras algunos hacen caja aprovechando la mayor afluencia de clientes, otros no notan la diferencia, sobre todo algunos bares de tapas. Los hosteleros consultados por El Faro afirman que es al mediodía cuando menos clientes han tenido, salvo las tardes de procesiones de jueves y viernes, que, en algunos casos, los melillenses han llenado locales.
Las vacaciones hacen mella
Así lo ha vivido la Bodega Madrid, donde el pasado jueves y viernes por la noche había más clientela incluso que la noche de la final de la Copa del Rey entre el Real Madrid y el Barça. En este bar están “contentos” con el balance de Semana Santa, pues calculan que han tenido un 40% más de clientes.
En el bar Alhambra, el mayor volumen de trabajo lógicamente lo tuvieron el jueves y el viernes por la noche. Pero se sigue echando en falta que a mediodía se recupere la costumbre de salir de tapas o, al menos, tomar un piscolabis.
En este bar achacan la menor afluencia a que los melillenses prefieren irse fuera de la ciudad en estos días. “Las vacaciones se notan más al mediodía”, aseguran, pero por la noche, al local acuden hasta 10 veces más clientes que en cualquier otra fecha.
Mientras que algunos melillenses han recuperado fuerzas por la noche con unas tapas para continuar disfrutando de las procesiones, otros las cogieron a primera hora de la tarde. A pesar de que en la Cafetería Los Arcos también han notado la bajada de clientes por las vacaciones, el jueves por la tarde y el viernes por la noche consiguieron llenar algo más la terraza. El té moruno y los churros, que son tan populares en Los Arcos, ha sido el tentempié preferido de los clientes en esta Semana Santa, pero igualmente, a la hora de hacer caja, no se ha visto mucha diferencia.
Lo que no pasa de moda, aunque para algunos sea un producto estacional, es el helado. Cualquier hora es buena para disfrutar de un helado, horchata o granizado. En la heladería La Ibense ha conseguido mantener la clientela durante la Semana Santa, gracias a los nadorenses que vienen a consumir a Melilla. Este público es clave para los comercios, hosteleros y, en definitiva, para el sector económico de la ciudad, cuando en un “puente largo” los melillenses se van de vacaciones.
En este establecimiento el mayor volumen de clientes lo ha tenido en los días laborales, pues muchos ciudadanos marroquíes han venido a Melilla, mientras que las tardes y noches de procesiones, a pesar de que en el centro hay más gente, no se traduce en mayor clientela.
Lo típico de Semana Santa
Las pastelerías y floristerías son dos de los sectores que se benefician directamente de la Semana Santa y ellos sí que hacen más caja. En el caso de la Pastelería La Royal ha conseguido mantener las ventas gracias a los dulces típicos como las torrijas o las ‘monas’ de Pascua. Las torrijas hechas son las preferidas por los clientes, especialmente, aquéllos que no tienen ganas de meterse en la cocina a hacerlas. Sin embargo, lo que verdaderamente ha triunfado en La Royal, según explicaron a El Faro, han sido las torrijas rellenas de crema catalana.
La innovación en un dulce tan tradicional les ha salido bien en esta pastelería, pues ofrecen este tipo de torrijas tan laboriosas desde hace tres años.
Por su parte, las floristerías que surten de flores a las cofradías para adornar los tronos de sus Vírgenes y Cristos, son otro de los sectores que hacen buena caja estas fechas. En especial, aquellos establecimientos que venden a las hermandades.
Cada trono puede llevar entre 400 y 500 docenas de flores. Dependiendo del poder adquisitivo de cada cofradía y del precio de las flores, el coste oscila entre los 4.000 y los 5.000 euros.
Este año los precios han estado más asequibles que otros. Los gladiolos y los claveles son los tipos de flores más habituales en los tronos y dada la gran cantidad de flores que ornamentan los pasos procesionales, los pedidos se tienen que hacer con suficiente antelación.
Además de la cantidad, las floristerías deben tener una variedad de colores. El rojo, el azul y el rosa son más vistosos durante los primeros días de la semana y el Domingo de Resurrección. El Jueves y el Viernes Santo el colorido deja paso al blanco y la sobriedad en los tronos por el luto por la muerte de Jesús y el dolor de Su Madre.
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