Categorías: Sociedad

Las obras para reparar la arqueta de López Moreno comenzarán el martes

La céntrica calle cuenta ya con vallas que limitan el estacionamiento de vehículos a partir del martes 18 l Los comerciantes y hosteleros de la zona demandaban una solución.

Hace más de 10 días, concretamente desde el 5 de agosto, que El Faro de Melilla informa del malestar de comerciantes, hosteleros y vecinos de la calle López Moreno a causa de una arqueta que expulsa aguas fecales y que inunda esta céntrica zona con un mal olor que se puede apreciar en toda la calle. En concreto, esta arqueta está situada frente al número seis de dicha vía, y según comentaron los trabajadores y vecinos de la zona a este periódico, se trata de una situación que lleva tiempo así y que estaba causando un quebradero de cabeza a más de un residente. Sin embargo, desde ayer, parece haberse dado otro paso más hacia la resolución de dicha problemática, puesto que en toda la calle se pueden ver ahora vallas que limitan el estacionamiento de vehículos y que portan un cartel que reza “prohibido estacionar desde las 7:00 horas del día 18/08/15 hasta fin de obras”. Esta valla es, por tanto, el inicio de que las obras para arreglar esta arqueta darán comienzo el próximo martes. Así lo confirmó ayer a este periódico Amaruch Hassan, propietario de un restaurante justo en frente de la alcantarilla en cuestión, que además dio la voz de aviso de este problema y presentó un escrito ante la Consejería de Medio Ambiente exigiendo soluciones a un problema que, según argumentaba, afectaba no sólo a comerciantes, hosteleros y vecinos, sino a toda la ciudad, puesto que al estar ubicada en el centro, es un lugar muy frecuentado por los melillenses. Tras muchas llamadas y escritos, Hassan se reunió con el consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo que, según el hostelero, prometió una solución para la semana que viene.

Problema privado

El problema en la alcantarilla en la calle López Moreno tiene nombre y apellidos. El responsable de la reparación de esta arqueta debería ser el propietario del edificio marcado con el número seis, puesto que el desagüe pertenece a este inmueble. Sin embargo, tras muchas intervenciones para desatascar esta arqueta, que volvía a expulsar aguas fecales en menos de tres días, los comerciantes y vecinos de la zona pedían soluciones, puesto que consideraban que este problema había dejado de tener exclusivamente un carácter privado para afectar a cualquiera que pasara por la céntrica zona.

Los comerciantes exigían una solución contra el hedor

Tal y como publicó El Faro de Melilla el pasado 11 de agosto, uno de los sectores más afectados por el mal olor que desprende todavía esta arqueta eran los comerciantes de la zona. Estos trabajadores decían no querer seguir soportando una situación de la que no se sentían responsables y que podía afectar a su clientela, que podría evitar pasar por la zona dado que el hedor llega a inundar prácticamente toda la calle en algunos momentos. Así pues, tanto para los comerciantes como para los hosteleros, el inicio de las obras para resolver el entuerto es una muy buena noticia. Amaruch Hassan, dueño de un restaurante de la zona, aseguró ayer a este periódico que se puso muy contento cuando vio las vallas que indicaban que comenzaban las obras. Este empresario fue el que dio la voz de alarma sobre esta cuestión y el que presentó un escrito ante la Consejería de Medio Ambiente. Además, el hostelero se reunió con el titular del área, Manuel Ángel Quevedo, en un encuentro que, según comentó, fue muy útil, ya que hizo que el consejero fuese consciente de la problemática. Asimismo, Hassan considera que esta reunión fue el revulsivo para que el próximo martes den comienzo los trabajos de reparación de esta arqueta. Otro de los aspectos que los vecinos, comerciantes y hosteleros argumentaban es que el hedor que provocaba la alcantarilla iba más allá de una cuestión particular, puesto que afecta a un gran número de melillenses al tratarse de una zona céntrica por la que cada día transita mucha gente. Así pues, más allá de que se tratase de un problema cuyo responsable es un particular y no la Administración, demandaban algún tipo de remedio para acabar con el problema, puesto que no querían seguir soportando este olor, que aseguran que afectaba a su día a día y temían que repercutiera en sus clientes.

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