Las obras del Rastro avanzan a su ritmo

La zona del Rastro sigue levantada en obras, una situación que no está siendo bien llevada por los vecinos y los comerciantes por las repercusiones negativas que tienen para ellos después de muchos meses en marcha. Estas actuaciones de la Consejería de Medio Ambiente tienen por objeto remodelar y mejorar las infraestructuras pero el ritmo de los trabajos no parece el más adecuado a juzgar por la opinión de las personas con las que se entrevistó este Diario.

La calle García Cabrelles es un claro ejemplo de los retrasos que se vienen produciendo. Las obras debían estar terminadas el próximo mes de julio según el plazo de ejecución pero solo hay que pasar por allí para darse cuenta de que será imposible cumplir con ese planteamiento. Ya hace unos meses que el diputado popular y portavoz del PP en Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, criticó la lentitud de los trabajos y aseguró que, a ese ritmo, las obras no estarán finalizadas hasta dentro de dos años.

La ejecución del proyecto fue adjudicado por 3,5 millones de euros y actuamente trabajan en esa calle unos catorce operarios. El propio consejero, ahora en funciones, Hassan Mohatar, admitió el pasado mes de marzo que las obras de García Cabrelles han sufrido "algún pequeño retraso". Además, aseguró que si la empresa adjudicataria no cumple el plazo establecido en el contrato "será sancionada por parte de la Ciudad Autonoma".

Pero el retraso en la conclusión de las obras no parece pequeño. Quevedo aseguró que ha habido obras con algún problema y han sufrido cierto retraso “pero en este caso es algo que sale de cualquier parámetro que pueda tener cierta lógica”. La ejecución del proyecto se inició en agosto de 2022 con un plazo de ejecución de 11 meses y ya lleva consumidos 9. “Ha superado ya dos tercios de su plazo y no hay hecho ni un 10%”, insistió.

Junto a la calle García Cabrelles también se está actuando en la plazoleta del Rastro. Entre las principales actuaciones que se recogen en el proyecto está la demolición de la cubierta auto-portante, la creación de pasos peatonales en todo su recorrido para la movilidad urbana sostenible, mejora de la pavimentación, disponer de redes de saneamiento conforme al nuevo trazado y redes de agua potable, y adquirir fibra de telecomunicaciones y fibra óptica con redes de baja y alta tensión.

Además, también se busca disponer de zonas de sombras mediante pérgolas modulares y generar de un espacio abierto de esparcimiento para la inclusión de mobiliario urbano y vegetación.

El Faro ha tenido acceso a esta obra para hablar con uno de los encargados y que nos explicase cómo va el avance de la fase uno de la remodelación de la plazoleta. Según nos cuenta, la obra está terminando la fase de solera donde se han metido todas las instalaciones y por ahora no ha surgido ningún tipo de problema. El siguiente paso consiste en comenzar con la pavimentación de la zona y el mobiliario urbano. La plazoleta está en la fase uno del Plan de Transformación de unos 1.700 metros.

Posteriormente, cuando la fase uno esté disponible y abierta al público, se acometerán con la fase dos que es mucho más “pequeña”. La división en dos fases se hizo para causar el “menos daño posible a los vecinos”.

A causa de la finalización de la primera fase, hay cinco trabajadores en la obra, pero la media de sitúa en ocho empleados según las necesidades del desarrollo de la ejecución y “trabajos puntuales” donde también contratan más personal.

“Si no tiene problemas la obra termina a finales de agosto. Esta actuación tiene un inicio anterior, pero por un bloqueo de la obra de abajo (de la calle principal) llevamos cinco meses realizando la transformación, desde el 10 de enero” nos explicó el jefe de obra.

¿En qué medida afecta a los negocios?

Asimismo, hemos querido conocer la situación en la que se encuentran los numerosos comercios que están implantados en el barrio del Rastro y, en particular, en la calle Cabrelles, donde se están efectuando estas actuaciones de construcción y mejora de las infraestructuras.

Los dueños de estos comercios coinciden plenamente en sus declaraciones y apuntan a que la situación está provocándoles pérdidas económicas. Según dijeron estos comerciantes a El Faro, hay un escaso número de ventas, han tenido que reducir las plantillas y se enfrentan a una escasa afluencia del público.

Justo en una de las esquinas de la calle Cabrelles, Zacarías tiene un negocio de dispositivos móviles. El dueño nos detalla que las obras han afectado al negocio porque no hay espacio para aparcar. “Nadie puede venir a comprar por esa zona porque está completamente en obras. Sin espacios para aparcamientos, la gente ya no acude a nuestro barrio para consumir aquí”.

Mohamed, es dueño de una tienda de alimentación. Él relata que ha tenido que disminuir su plantilla de empleados para quedarse el solo al frente de su negocio. “A mí me está costando dinero estar abierto. He tenido que despedir a mis empleados porque no tengo las mismas ventas que antes, he perdido un 90% del negocio porque la afluencia de los clientes ha disminuido totalmente”.

De la misma manera, el comercio Chic- Chic también se ha visto afectado por las construcciones de la calle principal del barrio del Rastro. Sabah, que es dueña de este comercio, afirma que las obras están acabando con su local. “Sólo tienes que comprobarlo, no hay nadie en la tienda. He perdido el 90% de mis ingresos porque nadie puede pararse con el coche a comprar en mi negocio. Espero que las obras acaben pronto, pero llevan mucho tiempo en construcción”, aclaró la dueña del comercio.

Un vecino de la zona, que no ha querido dar su nombre, denunciaba la falta de personal y profesionalidad de los empleados contratados para este tipo de construcciones. Nos cuenta que él mismo tuvo que explicarle a uno de los trabajadores cómo se cortaban e igualaban las losetas. “Lo que no se puede permitir es ver tan pocas personas trabajando en estas obras y que no tengan la experiencia necesaria. Un día estuve explicándole a uno de ellos cómo debía cortar las losetas porque estaban todas desigualadas, faltan peones profesionales”, explicó este vecino.

Tarik, que vive en pleno corazón del Rastro,  lamenta los retrasos que están teniendo las obras. Aclara que no existe la posibilidad de desarrollar actividades comerciales porque los ciudadanos melillenses no pueden tener acceso al barrio por las obras y la falta de aparcamiento.

“Con el barrio prácticamente levantado por las obras es imposible la circulación de coche. Ahora nadie puede venir desde otras partes de la ciudad para comprar en los negocios del Rastro” afirmó el vecino.

Carmen también tiene su casa en esta zona de Melilla. Ella nos cuenta que la suciedad que generan las obras tienen al barrio molesto. "Entre todo el vallado y la suciedad que se generan en las obras, nuestro barrio está cada vez más sucio", denunció.

El objetivo: fomentar los entornos urbanos

Según la Consejería de Coordinación y Medio Ambiente, con este objetivo se pretende fomentar el cambio modal en entornos urbanos y metropolitanos hacia modos de transportes más sostenibles, priorizando el transporte público y la movilidad activa.

Asimismo, se busca mejorar la movilidad urbana para potenciar el urbanismo de proximidad, dando prioridad al peatón adaptado al Plan de Movilidad Urbana Sostenible de la Ciudad Autónoma de Melilla para aumentar la eficiencia del uso de los recursos hídricos, entre otros.

En este sentido, estas obras pretenden incrementar la garantía del suministro de agua potable para cumplir con la Directiva Marco del Agua y el Plan de gestión de Agua de la Ciudad autónoma de Melilla, así como con la mejora y modernización de la infraestructura hidráulica de distribución de aguas a la población.

Ya cuando salió la licitación de las obras, Hassan Mohatar, consejero de Medio Ambiente señaló que la inversión de 1,1 millones de euros supondría “cambiar la fisonomía del Rastro, un barrio totalmente abandonado donde los vecinos de la zona demandan desde hace muchísimo tiempo actuaciones en este sentido”.

El coste de inversión

A través de los Fondos Plan Recuperación Transformación y Resililencia, la obra está cofinanciada al 90 por ciento por la Unión Europea- NextGenerationEU, por 751.634,99 euros, y el resto por parte de la Ciudad.

No obstante, el importe de la adjudicación de las obras para la Ciudad es de 726.000,00 euros.

Este programa de ayudas a municipios para la implantación de zonas de bajas emisiones y la transformación digital y sostenible del transporte urbano entra dentro del marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resililencia.

La empresa Doranjo S.L es la adjudicataria de este proyecto con el objeto de modernizar la zona del Rastro cambiando por completo la cubierta, implantando mobiliario urbano y la infraestructura hidráulica.

La reordenación del Rastro se realizará durante tres etapas. La primera serán las actuaciones que se acometerán en la calle García Cabrelles, dejando para próximos ejercicios y fases los trabajos en la calle Gran Capitán y General García Margallo.

Dentro del mismo proyecto está planteado la reorganización de la circulación del tráfico.

Desde la Ciudad tienen previsto que la calle principal, la García Cabrelles sea de “bajada” hacia el centro de la ciudad con plataforma única donde además se prevé cambiar todo el saneamiento, mobiliario urbano e iluminación.