Categorías: Cultura y Tradiciones

Las obras del desvío del río de Oro de 1863, al alcance de los ciudadanos

El Centro de Historia y Cultura Militar elige este nuevo archivo para su campaña de divulgación.

‘Planos del desvío del río de Oro’ es el nombre del archivo que el Centro de Historia y Cultura Militar pone al alcance de los ciudadanos este mes, dentro de su campaña de divulgación del fondo archivístico que posee la institución militar en Melilla. En este documento se da cuenta de todo el trabajo realizado para este desvío, desde su inicio, en el año 1863, cuando se redacta el anteproyecto de desviación del Río de Oro en la zona de los nuevos límites de Melilla, obra del comandante del Cuerpo de Ingenieros Francisco Arajol y de Solá. Éste, nacido en Barcelona el 9 de octubre de 1821, ingresó en la Academia de Guadalajara en 1840, de la que salió como teniente de Ingenieros en enero de 1844. En 1860 fue destinado al Ejército Expedicionario de África, donde ganó la Cruz de San Fernando de 1ª clase por su actuación en la batalla de Samsa. También tomó parte en la batalla de Wad-Ras, donde se encargó de asegurar el paso a la artillería e infantería propia. En 1862 se hizo cargo de la Comandancia de Ingenieros de Melilla, en 1872 fue destinado como director-subinspector del distrito de Baleares y en 1874 se le nombró mayor general del Arma. Falleció en 1880. Propuesta El comandante Arajol razona en su propuesta sobre el desvío del río de Oro que es “la obra más importante, la más urgente y la más beneficiosa para la plaza de Melilla. Tendiendo la corriente actual hacia la plaza, en cada avenida seguirá destruyendo una parte de las fortificaciones y en breve se introducirá en los huertos, dejando a la población sin los recursos que éstos proporcionan y acaso sin las defensas de los dos últimos recintos. Si esto fuera de un porvenir lejano, aunque hubiésemos calificado de importante la obra, no nos hubiéramos atrevido a darle también la calificación de urgente, más si en la última avenida han arrastrado las aguas un torreón sólidamente construido y una muralla que tenía adosado el paramento opuesto a la corriente, un terraplén de 3,11 metros de altura, 4,60 metros de espesor en su parte superior y 10,70 metros en su base; con cuanta mayor razón no se llevará el débil muro de piedra y barro que separa los huertos del campo y une la Torre de Santa Bárbara con el Fuerte de San Miguel, dejando el recinto completamente abierto por esta parte. Dilatar la obra que proponemos es exponerse a correr la contingencia de dejar esta población a merced de sus inhospitalarios vecinos”, se puede leer en el archivo, entre otras explicaciones. En marzo de 1872, siendo gobernador militar de Melilla Bernardo Alemay Perote, el Río de Oro discurre por su nuevo cauce, dejando el llano que queda disponible para campo de instrucción del Ejército. Los trabajos consistieron en la apertura de un canal de 650 metros de longitud por 16 metros de ancho con un desnivel de 2.30 metros y el coste de la obra fue de 45.000 pesetas.

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