Las nuevas viviendas de EMVISMESA

La Ciudad Autónoma aprobó ayer, con los votos a favor de todos los grupos políticos representados en la Asamblea,  la petición de un crédito de 3.4 millones de euros para EMVISMESA, con el que financiar las 24 viviendas que la misma sociedad viene construyendo en la calle Villegas, junto a la Consejería de Educación. Se trata del mismo solar donde se pretendió en principio que se construyera un hotel, pero que finalmente no prosperó ante el desinterés de los potenciales promotores para llevarlo a efecto.
EMVISMESA construirá en el citado lugar viviendas de Protección Oficial en régimen concertado, lo que permitirá que accedan a estas nuevas casas familias que ingresan como máximo 6,5 veces el IPREM o indicador que combina la valoración de los ingresos con el número de miembros que componen cada unidad familiar, así como otras circunstancias derivadas de la composición y casuística de cada familia.
En concreto, podrán acceder a la promoción desde familias con ingresos máximos de 51.000 euros anuales hasta otras con  ingresos de 71.500 euros, según estén compuestas por un solo miembro o un total de siete, como de hecho se exige en el caso de nóminas más elevadas.
Desconozco por qué EMVISMESA ha optado por este tipo de construcción, dirigida a una clase media que sí puede optar a las viviendas de mercado libre, sobre todo teniendo en cuenta que tiene en la actualidad un parque de otras 40 viviendas, también de régimen general, aunque de precio tasado, para las que no encuentra compradores, a causa de las restricciones bancarias a la hora de acceder a préstamos hipotecarios.
Es seguro que las nuevas viviendas, que por su mayor precio se supone tendrán más calidad, obtendrán una mejor salida, puesto que están ubicadas en un lugar muy atractivo y cercano a lo que será la más moderna y lujosa urbanización melillense, si el proyecto de los solares de Isla Talleres sale adelante como se prevé.
En mi opinión, EMVISMESA debería acentuar su actuación en la actualidad en las viviendas puramente sociales, teniendo en cuenta el parón que este tipo de construcciones han sufrido durante los siete años largos de Gobierno central de Rodríguez Zapatero y la enorme demanda que existe de las mismas por amplios sectores menos pudientes de la sociedad melillense.
Es verdad que la Ciudad aspira a que se enajenen por fin los terrenos dependientes todavía del Ministerio de Defensa, para promover nuevos convenios con el Estado una vez se forme el nuevo Gobierno de Mariano Rajoy. El compromiso pasa por construir un total de 800 viviendas de régimen especial, es decir, para familias que ingresan como máximo 2,5 veces el aludido IPREM o, lo que es lo mismo, entre 19.000 y 27.500 euros, según estén conformadas por un solo miembro, en el caso de límites económicos más bajos, o siete, en el caso de tope económico más alto.
Ayer, en el Pleno, los grupos de la oposición apenas pusieron el acento sobre el perfil de estas nuevas viviendas que convierten a EMVISMESA en una especie de promotora privada pura y dura, aunque eso sí con notables ventajas para los beneficiarios finales, puesto que además de salir algo más baratas que en el libro mercado, se ajustan a unas condiciones que rebajan desde los intereses del crédito hipotecario hasta las exigencias finales para el caso de impago o morosidad en la satisfacción de la hipoteca.
Supongo que la razón última radica en la necesidad  dar salida a un solar muy bien ubicado, que requiere de potenciales compradores con un cierto poder adquisitivo, a fin de asegurar la venta de la nueva construcción. La promoción que ya se anda edificando promete, de hecho, ser un dulce que, de seguro, tendrá muchos pretendientes.
Ahora bien, siempre cabe preguntarse si este es el papel de EMVISMESA a pesar de la recesión económica y la especial crisis en el sector de la construcción, que en su movimiento sigue siendo el mayor generador de empleo y movimiento económico hoy por hoy. Sinceramente, echo en falta un debate en tal sentido entre los grupos políticos aunque comprendo que EMVISMESA haya hecho lo único posible, si verdaderamente lo que se pretende es dar prestancia y valor a un solar que por su ubicación tampoco merece otro tipo de tratamiento urbanístico.