Bajo un intenso sol, los encargados del evento ultiman, entre ayer y hoy, los preparativos del Mercado Medieval l Los participantes ven en el Pueblo un ambiente perfecto con el que no cuentan otras ciudades para realizar este evento.
“No siempre tenemos la oportunidad de montar nuestros espectáculos con esta muralla tan impresionante detrás, normalmente tenemos bloques de pisos de fondo”. Esta es la impresión de una recién llegada a Melilla, Fatima Colomo, integrante de Camaleón Espectáculos, que participa por primera vez en el Mercado Medieval de la ciudad. Fatima, junto a sus cinco compañeros, llegó ayer a la ciudad para montar escenarios y escenografías que acogerán las diferentes representaciones y espectáculos del evento de este año. En concreto, esta compañía realizará una función esta misma noche y otra mañana, además de ser los encargados de amenizar la jornadas de los más pequeños de la casa con un show que se desarrollará sobre un barco que, desde ayer, se encuentra ‘anclado’ en la plaza de Armas.
Por otra parte, Colomo, que viene desde Navalcarnero (Madrid), comentó ayer por la tarde a El Faro que el lugar en el que se desarrollará el mercado le parece “precioso”. “Es un buen fondo al que no le hace falta más”, sostuvo la participante en el evento, que también añadió que en el gremio, lugares así se denominan como “un buen sitio para grabar”.
Por otra parte, Marco Casas, que repite este año en el Mercado Medieval de Melilla, califica de “ideal” el entorno para realizar este evento, puesto que sostiene que recrea muy bien la esencia medieval. Este granadino, que se encarga de montar los puestos de oficios antiguos, entre los que se encuentran el de acuñación de monedas, fabricación de cencerros o realización de botas de vino, también señaló a la muralla como elemento clave del paisaje, y valoró positivamente que el entorno estuviera “limpio y cuidado”. Aseguró que es uno de esos lugares que él califica “de los superiores” para hacer este tipo de eventos.
Viaje en barco que compensa
Uno de los platos fuertes de este Mercado Medieval, al igual que en los anteriores, es la exhibición y espectáculos de aves rapaces. José Luis Ortiz, encargado de la cetrería, explicó que normalmente no realiza viajes que vayan más allá de Andorra, Portugal o, en definitiva, de lugares lejanos a los que haya que acudir con avión o barco, puesto que se hace muy pesado cargar con todos los preparativos y depender de los horarios de los transportes para el montaje.
Sin embargo, este valenciano acude con toda la familia al mercado de Melilla desde hace años, ya que asegura que vale la pena. Asimismo, comenta que se sorprendió por la buena acogida de los melillenses el pasado año y espera que esta edición congregue aún a más personas para ver a sus aves rapaces.
“A mí me compensa el mercado”
Además de los participantes en el Mercado Medieval, que se encargan de intentar hacer disfrutar a los melillenses con sus actividades, talleres, juegos y espectáculos, la otra cara de la moneda de este evento anual son los vecinos de Melilla La Vieja. A pesar del bullicio que vive esta zona de la ciudad durante este fin de semana, algo insólito puesto que suele tratarse de un lugar tranquilo, en general los vecinos coinciden en que es una celebración que merece la pena y que, al realizarse una vez al año, las molestias no son del todo reseñables, sobre todo en comparación con la tranquilidad que se respira en el barrio la mayor parte del año.
José María Morales, vecino de la zona, aseguró ayer a El Faro que a él le “compensa” la celebración del Mercado Medieval, puesto que sólo es “un fin de semana al año”. “El barrio se pone bien y bonito”, señaló Morales, que añadió que “si hay un lugar para hacerlo es este”, puesto que considera que la muralla y los rincones del Pueblo son el lugar perfecto para esta celebración. Sin embargo, este vecino sí que considera que las actividades podrían centrarse más en la zona del Foso del Hornabeque, puesto que allí no hay viviendas.
Limpieza
Uno de los aspectos que sí que lamentan algunos vecinos de Melilla La Vieja es la limpieza, puesto que consideran que, al darse tal aglomeración de personas, es normal que se ensucie más, por lo que demandan una limpieza más intensa. Así opina otro de los residentes en la zona, que apunta que muchos jóvenes se refugian en las callejuelas “para orinar” y culpa de esto a que hay pocos servicios portátiles, porque los que hay o están lejos o están saturados de personas. Por tanto, este vecino aboga por poner cuartos de baño también por la zona alta del barrio, para evitar situaciones como esta.
Aparcamiento
Otro de los inconvenientes que ponen de manifiesto los que residen en esta parte de Melilla es la falta de aparcamiento que se da en estas fechas del año, coincidiendo con esta celebración. Según comenta otra vecina de la parte alta de la barriada, entre los puestos para estacionar que se pierden por los puestos que se montan y los que terminan ocupados por los melillenses que acuden al evento, les cuesta mucho más encontrar un sitio libre y muchas veces tienen que aparcar fuera de la muralla y subir andando a sus hogares.
A pesar de ello, los vecinos sí que muestran su simpatía con respecto a este evento, puesto que consideran que es una actividad puntual que tiene sus beneficios para la ciudad y que, durante un fin de semana, decora para mejor los rincones de su barrio.
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