Las jóvenes captadas por la red eran “preferentemente” de Melilla y Ceuta

Las reclutadoras utilizaban las redes sociales y WhatsApp para la captación de estas personas

La red de captación desmantelada ayer en una operación conjunta entre Policía española y marroquí  utilizada las redes sociales y WhatsApp para el reclutar mujeres a las que pretendían enviar al frente sirio-iraquí para integrarse en la organización terrorista DAESH, según explicó ayer el Ministerio del Interior.
Desde Interior apuntaron que aunque las jóvenes captadas podían ser originarias de cualquier punto de España, Melilla y Ceuta eran “localidades preferentes” para el reclutamiento. De hecho, señalan que “muchas de las jóvenes” captadas e identificadas en el transcurso de la investigación proceden de alguna de las dos ciudades autónomas.
El proceso para reclutar a las mujeres estaba sometido a un protocolo dividido en tres fases. Primero, las reclutadoras insertaban mensajes y propaganda a través de la red social Facebook, en las que insistían “machaconamente” en la “supuesta crisis de valores existente en la sociedad occidental actual” y decían que esta crisis sólo podía ser compensada a través de la “interpretación extrema” de los valores del Islam. Una vez que difundían los mensajes, filtraban las respuestas de aceptación, para elegir a las “víctimas” que pasarían a la siguiente fase.
Las “elegidas” eran redirigidas a foros privados de WhatsApp, en los que los iniciales mensajes sutiles se convertían en “consignas de reprogramación” hasta que llegaba el momento de “pasar a la acción”.
En la fase final, las “víctimas” pasaban a foros exclusivos en los que, según indica Interior, se duplican las medidas de seguridad. Cuando el proceso culmina y el objetivo de reclutamiento ya estaba conseguido, se producía el contacto personal previo al desplazamiento de las elegidas a las zonas de conflicto.
El Ministerio recalca que las “férreas medidas de seguridad” adoptadas por los implicados han dificultado en algunos momentos la labor policial.
En cuanto a la organización de la propia red de captación, desde Interior apuntan que hay tres estratos: Directores, reclutadoras activas y jóvenes captadas.
Los primeros son los máximos responsables, aunque actúan en la sombra. A este grupo pertenecen los dos detenidos en la localidad marroquí de Castillejos, muy cercana a Ceuta. Los directores utilizan a “facilitadores”, uno de ellos era el hombre detenido ayer en Melilla, y colaboradoras mujeres jóvenes que se encargan de captar a otras personas.
Las reclutadoras son mujeres “conscientemente convencidas y radicalizadas” que utilizan las redes sociales para convencer a otras mujeres jóvenes de irse a zonas de conflicto al servicio de la organización terrorista DAESH. Las dos mujeres detenidas en nuestra ciudad forman parte de este grupo.
El tercer estrato es el de jóvenes captadas. Todas ellas son sometidas a “un proceso de radicalización” para integrarlas a DAESH y enviarlas a la zona de conflicto. Una vez “atrapadas” son “empujadas irremediablemente a una posible vía de no retorno”. En el marco de la operación realizada ayer se había logrado la identificación de doce de estas mujeres.

Vulnerables y con pocas expectativas socio-laborales

El Ministerio del Interior apunta que las jóvenes reclutadas por la red desmantelada ayer tiene un perfil heterogéneo. No obstante, afirman que hay una serie de patrones comunes en todas que evidencian su vulnerabilidad. Señalan que son jóvenes, algunas menores de edad, con bajas expectativas socio-laborales o usuarias de redes sociales “sin supervisión”. Las reclutadoras les ofrecían una visión “falsa e idealizada” de lo que sería la vida en lo que denominan el Califato del Estado Islámico (zona sirio-iraquí controlada por la organización terrorista DAESH). Sus funciones podían ser de “verdaderas guerreras yihadistas” o como “protagonistas de una vida sentimental perfecta al lado de un muyahidin”. Desde Interior recalcaron que estas ideas están lejos de la realidad de “padecimientos y vejaciones” que las aguardan.