Melilla y las Fuerzas Armadas llevan siglos ligadas, en concreto, desde que Pedro de Estopiñán pisó la vieja Rusadir acompañado de diecinueve artilleros en 1497. Esa relación, que con el paso de los años se ha traducido en lazos afectivos de amistad e incluso familiares, vive una jornada de exaltación cada año con motivo del Día de las Fuerzas Armadas (DIFAS). El de ayer no fue una excepción. Militares y civiles se volcaron en la celebración, los primeros mostrando su profesionalidad y organización y los segundos arropando al Ejército en el desfile que se celebró por la tarde en la Avenida Juan Carlos I.
Cientos de ciudadanos se echaron a la calle, tanto para admirar el vistoso desfile como para jalear a los soldados. No en vano, la mayor parte de los melillenses tenía algún amigo o familiar entre los que participaron ayer en este espectacular acto.
También fue un día de despedidas, en concreto para el comandante general Álvaro de la Peña Cuesta, que presidió su último DIFAS en Melilla después de tres años en la ciudad autónoma. Al acabar los actos de ayer, dirigió unas breves palabras a los asistentes para despedirse de los melillenses, a los que aseguró que siempre los llevará en su corazón.
Aunque el desfile fue el broche de oro al DIFAS, los actos empezaron por la mañana, en concreto a las 10:00 horas, con el izado de la enseña nacional en la Plaza de España, donde se mantuvo ondeando al viento hasta su recogida, sobre las 19:30 horas.
Asimismo, se celebró la clásica exposición de vehículos militares en la Plaza del Consejo de Europa, que hizo las delicias de los melillenses, sobre todo de los más pequeños de la familia.
Ya por la tarde, sobre las 19:00 horas, autoridades castrenses y civiles tomaron posiciones en la Plaza de España para asistir a los actos principales del día.
El comandante general Álvaro de la Peña pasó revista a la tropa y se dirigió presto a ocupar su lugar entre el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, y el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, quienes le acompañaron durante todo el acto como máximos dirigentes de la administración local y de la central, respectivamente.
De igual modo, estuvieron presentes la plana mayor de la Comandancia General y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, así como parte de los diputados de la Asamblea de Melilla y del Gobierno autonómico.
A continuación, se procedió a recoger la bandera, que fue entregada a estudiantes de los centros escolares Juan Antonio Fernández, Leopoldo Queipo y Reyes Católicos, en un bonito gesto de la Comandancia, pues se trataba de los ganadores regionales de los premios del Ejército de este año.
De igual modo, se hizo entrega del premio DIFAS de este año a la Federación de Casas Regionales de Melilla, por su labor de divulgación de la ciudad.
Homenaje a los caídos
Como ocurre en casi todas las paradas y actos militares, se celebró un sentido homenaje a todos los soldados caídos por España depositando una corona de laureles a los pies de la fuente de la Plaza de España, en la que está situada la estatua de un soldado mirando hacia el monte marroquí del Gurugú.
Finalizado este reconocimiento, la acción se trasladó a la Avenida Juan Carlos I, donde cientos de melillenses esperaban ansiosos a que comenzara el desfile. Su paciencia mereció la pena, pues marcharon calle arriba, en dirección al Acuartelamiento Alfonso XIII, unos 1.900 efectivos militares y 40 vehículos. Un despliegue de medios espectacular que recibió los vítores y aplausos de los ciudadanos que acudieron al acto. Especialmente jaleados fueron los Legionarios y los Regulares, encargados de cerrar la marcha militar.
Por la céntrica avenida pasaron desde tanques de combate hasta el ‘Alacrán’ de Ingenieros. Asimismo, también estuvo presente en el desfile la Guardia Civil.
Concluida la dislocación de unidades y tras las emotivas palabras de despedidas del comandante general de Melilla, se dieron por concluidos los actos del DIFAS 2014.
Hay que recordar que la Comandancia de Melilla comenzó a festejar este día a comienzos de semana con diversas actividades, como unas jornadas de hermanamiento con centros escolares, la representación de una zarzuela, una exhibición de bandas de música militar, un concurso de paellas y dos exposiciones.
Así pues, un año más las Fuerzas Armadas y los melillenses volvieron a estrechar lazos de amistas, volcándose los unos con los otros. Buena muestra de ello fue el ambiente vivido ayer en la Avenida Juan Carlos I, en la que había ciudadanos de todas las religiones que, al concluir el desfile, no dudaron en alzar su voz para gritar con los militares un sonoro ‘Viva España’. El broche de oro perfecto para otro DIFAS celebrado con éxito y en ambiente festivo y familiar.
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