¿Cuánto gana un camarero en la semana de Feria? Uno de los caseteros que habló ayer con El Faro aseguró que el salario de uno de estos trabajadores es de entre 800 y 1.000 euros por nueve jornadas laborales. En la mayoría de estas instalaciones han tenido que contratar a gente para poder atender al gran número de personas que pasan durante estos días por la Feria, lo que ha supuesto un alivio para muchos desempleados de la ciudad.
El presidente de la Asociación de Hosteleros de la Ciudad, Hassan Amaruch, aseguraba hace unos días en declaraciones a El Faro, que en nuestra ciudad un camarero gana entre 1.200 y 1.400 euros al mes. Esto supone que en poco más de una semana, algunos de los trabajadores del recinto ferial han logrado embolsarse casi lo mismo que hubieran conseguido trabajando un mes en un negocio común. Está claro que las jornadas laborales de los empleados en la Feria son maratonianas y que las condiciones no son las mismas que en un negocio de hostelería habitual, pero también es verdad que para muchas de estas personas este dinero supondrá un soplo de aire en unos momentos bastante complicados.
El propio director provincial del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), Antonio Vázquez, aseguraba el martes, tras la publicación de los últimos datos del paro, que en la bajada de agosto había influido el comienzo de la Feria. Las contrataciones de esta semana han incidido directamente en estos datos.
Es evidente que se trata de empleo muy temporal y casi precario, pero en cualquier caso también supone un salario para gente que lo necesita.
Desde la Ciudad, el propio viceconsejero de Festejos, Francisco Díaz, apuntaba justo antes del arranque de las fiestas, ante las críticas por el presupuesto destinado a su organización (300.000 euros), que más allá del gasto, hay que tener en cuenta que un evento de este tipo también genera ingresos para la ciudad y es una fuente de empleo durante más de diez días.
En pocos días las lonas azules y blancas, las atracciones y los puestos de comida de la Plaza Multifuncional de San Lorenzo se despedirán hasta el año que viene. Para algunos se acabó la diversión, para otros se terminó el trabajo. Pero en cualquier caso para los unos y los otros el sabor de boca será bueno. Lo único que queda ya es desear que las fiestas del 2014 sean más una excusa para divertirse, que un ‘clavo ardiendo’ al que se agarren decenas de parados melillenses.