Entre ayer y mañana, la UNED celebra unas ponencias bajo el título ‘Desde las dos orillas: España, Melilla y la crisis del 17’. En la inauguración, intervinieron varios historiadores, entre ellos Alberto Bru, experto en historia militar. Según afirmó, “las dos disoluciones del Cuerpo de Artillería que ordenó Primo de Rivera fueron dos barbaridades gigantescas”.
Aparte de Bru, las charlas de ayer estuvieron protagonizadas por Susana Sueiro, profesora de Historia Contemporánea de la UNED; Xosé Manuel Núñez, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Santiago de Compostela y la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich, y el historiador especializado en sindicalismo Ángel Herrerín.
El director de la UNED de Melilla, Antonio Bravo, y el responsable de actividades culturales del mismo centro, Ángel Castro, fueron los encargados de presentar a los ponentes. Tras ello, cedieron el testigo a Susana Sueiro, quien trató la crisis de 1917 en su contexto general.
Antes de comenzar la charla, los ponentes atendieron a la prensa. Sueiro destacó el momento de “crisis en el contexto internacional”, pues entonces se estaba desarrollando la Primera Guerra Mundial, así como la Revolución Rusa, que “tuvieron bastante impacto en España”.
“La guerra entró en España”
Sueiro subrayó que, aunque nuestro Gobierno fue neutral en el conflicto, su influencia se notó. “España no entró en la guerra, pero la guerra entró en España”, dijo.
En ese año hubo en nuestro país una huelga general de enorme seguimiento, un asunto que trató el historiador Ángel Herrerín. Sueiro explicó que hace justo un siglo hubo otros acontecimientos, como la “configuración de las juntas militares de defensa” o el ascenso del nacionalismo catalán, con la Lliga Regionalista de Francesc Cambó.
Precisamente de las “tensiones territoriales” habló el catedrático Xosé Manuel Núñez, que también citó a la Primera Guerra Mundial como factor influyente en los movimentos nacionalistas “dentro del Estado español”, que “incluían la cuestión rifeña”.
Núñez destacó que, tras la Paz de Versalles, con el desmembramiento de “los imperios centrales” y el “otomano”, surgieron nuevos Estados en virtud del “principio de autodeterminación”, algo que también fue incluido “en el plan revolucionario de los bolcheviques” que tomaron el poder en Rusia.
Catalanes y vascos
El historiador señaló la influencia de movimientos como el independentismo irlandés (“el alzamiento de Pascua de 1916”) en los nacionalistas vascos y catalanes, que “llegaron a enviar memorándums a las negociaciones en Versalles, que fueron rechazados”.
Por último, Alberto Bru habló de las juntas militares de defensa, que definió como “un movimiento corporativo que va a mediatizar la crisis del 17 y la coyuntura política” hasta el golpe de Primo de Rivera.
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