Decía ayer Dionisio Muñoz que no hay motivo de amenaza para los melillenses de origen bereber y que es el alarmismo y las falacias de algunos lo que está generando una inquietud innecesaria entre la población española local con apellidos magrebíes.
Aludía además a que los melillenses reclamados por Marruecos son acusados por el vecino país de delitos de terrorismo, poniendo con interés el acento en un aspecto que sí provoca sin duda temor y recelos entre el conjunto de la población.
Olvidaba sin embargo que quienes sostienen que existe peligro en el hecho de extraditar a un español, contraviniendo la legislación vigente, no son alarmistas, sino consecuentes con una situación que desde hace dos años mantiene en la cárcel a dos hijos de esta tierra, contra los que la Justicia española no tiene nada. De hecho, existe un auto del juez Garzón respecto de uno de ellos que así lo certifica.
Por tanto, no es alarmismo sino necesidad de dejar claro que aquí todos somos españoles por igual y que para todos se debe aplicar la ley por igual. Por tanto, si tienen que ser juzgados de algo, que lo sean en España y no en el vecino reino.