“Las asociaciones de vecinos deben funcionar como entes denunciadores”

Villena ve necesario tomar medidas para concienciar a la población y aumentar el nivel de civismo de los melillenses  l Lamenta que muchas arquetas pasen meses rotas a causa de la empresa propietaria.

Tras doce años al frente de la Viceconsejería de Control y Gestión de Servicios, Francisco Villena afronta una nueva legislatura con cambios en su trabajo, entre los que se encuentra el seguimiento y el control de la limpieza de la ciudad. Tras tres legislaturas entre arquetas rotas, mobiliario urbano, bancos y papelera, Villena cree que ha llegado el tiempo de una nueva política en la que hay que escuchar a los ciudadanos, en su caso particular, a través de las asociaciones de vecinos de los barrios, de las que considera que deben recuperar su carácter reivindicativo con el que comenzaron, para poner de manifiesto los problemas de las barriadas. Así pues, el viceconsejero pretende cumplir sus funciones a pie de calle para “darle a las calles de la ciudad la importancia que requieren”. –¿Cómo afronta su cuarta legislatura al frente de la Viceconsejería de Control y Gestión de Servicios? –La afronto con mucho optimismo. Vienen tiempos nuevos, sobre todo para mí. Vengo a la Ciudad Autónoma, porque antes mi despacho estaba a las afueras, llevando los servicios operativos en las naves H1 y H2 en el Polígono Industrial, y ahora apoyaré desde aquí la consejería y al nuevo consejero de Medio Ambiente. Quizá antes estaba más distante con los anteriores consejeros y ahora trabajaremos codo con codo. –¿Qué novedades se pueden esperar de la Viceconsejería? –La denominación de Control y Gestión, este mandato es cuando más va a cumplir con sus funciones, porque las competencias que hoy (ayer) mismo se han publicado en el BOME me dan el seguimiento y el control de la limpieza en la ciudad, así como parques y jardines, así como las distintas empresas que trabajan para la Ciudad. Todo esto es nuevo. Yo voy a ser la parte política en la calle de la Consejería. La nueva política es de la calle, y mi función es de calle de verdad, porque se trata de adecuar las calles, los parques, las zonas públicas. Todo esto requiere que haya un agente político en la calle, en este caso un viceconsejero para darle la importancia política que requiere. Partimos con muchas ganas, llevamos ya 12 años, pero ahora tenemos un proyecto nuevo, porque el ciudadano demanda más que el político esté en la calle. Las redes sociales y estas herramientas de comunicación hacen que cualquier ciudadano sea crítico en la ciudad, y esto nos sirve de gran ayuda porque no podemos tener ojos en todos lados. –¿Puede ser el caso de la recientemente creada Asociación de Vecinos de El Real un ejemplo de esto que comenta? –El carácter representativo que tenían las asociaciones de vecinos cuando se crearon a finales de los 70 y a principios de los 80 les daba un papel reivindicativo, de denuncia ciudadana. Esta asociación de vecinos de El Real parte de una página de Facebook, siempre en defensa de los intereses de los vecinos. Este tipo de iniciativas nos ayuda a tomar decisiones, porque nos transmiten lo que necesita el barrio, para tenerlo en cuenta en la toma de decisiones. –¿Considera que este tipo de acciones son positivas entonces? –Yo creo que estos movimientos se tendrían que repetir. Yo siempre digo que una asociación de vecinos no es un bar ni el ambigú del barrio, la asociación de vecinos tiene que funcionar como un ente denunciador de lo que ocurre en el barrio, de las demandas de los vecinos, si no no tiene sentido. –¿Qué medidas se pueden tomar desde su Viceconsejería en el barrio de El Real? –Hace poco se reunieron el consejero de Seguridad Ciudadana y el de Medio Ambiente con los vecinos de la zona para ver fórmulas para resolver sus mayores inquietudes. Una de ellas es la prostitución, que no es un problema sólo de esta ciudad sino de todo el mundo. Nosotros siempre hemos estado por la labor de erradicarla. Tener a ciudadanos encima denunciando lo que pasa nos estimula para cumplir con los vecinos. Otra de las reivindicaciones eran las terrazas de la zona de la calle de La Legión, ya que los hosteleros de la zona necesitan fomentar el consumo, pero no tenemos que olvidar que la calle es de los ciudadanos, y si se hace un paseo para los ciudadanos, tenemos que regular bien lo que son las terrazas. –¿Tienen pensado mantener reuniones con las asociaciones de vecinos para conocer sus demandas y problemas? –Hay una viceconsejería que se encarga de estas cuestiones. Nosotros estamos en contacto para escuchar las demandas. A veces son los propios vecinos los que llaman. Ahora mismo, en la zona aledaña al campo de fútbol, hemos hecho una rampa nueva. Ahora estamos actuando en calle Oceanía, en el cruce con avenida Donantes de Sangre, estamos retirando un muro de piedra para embellecer la zona. También estamos colocando rampas y quitando las barreras arquitectónicas. Nosotros siempre estamos a pie de calle. –¿Qué opinión le merece la situación y las demandas de los vecinos que residen en la zona de Minas del Rif? –La zona de Minas del Rif, lo que vi en las fotos de El Faro es suciedad de los orines de los perros. Yo suelo pasar por la zona y lo veo a diario. En Minas del Rif hay un problema de civismo. También hay que decir que tiene unos pequeños desperfectos, que el otro día estuvimos arreglando algunos. El principal problema es la suciedad, y eso si mañana lo limpiamos, en dos días vuelve a estar todo con esa suciedad porque, por ejemplo, los perros van a seguir orinando en la zona. Lamentablemente, estos casos van a existir. Otro de los problemas de Minas del Rif es que a la gente le cuesta mucho desplazarse 20 metros para ir a tirar la bolsa de basura. Por eso en sitios como este hemos retirado papeleras, porque lo que se consigue con ellas es acumular residuos, porque siempre hay algún listo que deja la bolsa ahí en lugar de ir al contenedor y esto ocasiona que los desperdicios se esparzan por la zona. Muchos vecinos que nos han pedido papeleras nos han vuelto a llamar para que las retiremos. Algo parecido pasa con los bancos porque para alguien que no viva en estas zonas pueden estar bien, pero si un vecino tiene un banco debajo de su ventana y hay gente en él hasta las 3 de la mañana, terminan hartos del banco. –¿Qué actuaciones pueden llevar a cabo en arquetas y demás mobiliario urbano? –Nosotros tenemos un hilo directo desde el 112, que mandará a Bomberos para señalizar el peligro, en este caso las arqueta. El Cuerpo nos da aviso a nosotros para que mandemos a alguien para analizar la situación. La mayoría de las arquetas se que ven deterioradas no son de la Ciudad, sino de empresas privadas. En este sentido, Telefónica nos tiene muy olvidados, porque tenemos que hacer nosotros la función sustitutoria. Telefónica está fatal con respecto al arreglo de arquetas. Las de alumbrado público, que depende de nosotros, y las de la empresa de electricidad, se reparan rápidamente. También hay platillos de registro a la entrada de las viviendas o de los bloques de viviendas, que pertenecen a la propiedad. Cuando se rompen estas raquetas domiciliarias a veces los propietarios tardan mucho en repararlas y las vallas se quedan ahí meses. Esta es una de las acciones que tenemos que llevar a cabo desde la Ciudad, llevar a cabo una acción rápida de la acción sustitutoria, es decir, comunicar al propietario de la vivienda para que la arregle con la mayor brevedad posible. Hay que darle un corto margen de tiempo porque hay peligro en la ciudad para los viandantes. Tenemos que hacer algo para que esto funcione más rápido. Nosotros podemos hacer la sustitución y después pasarle el cargo a la comunidad. –¿No se podrían generar con estas medidas problemas de morosidad con la Ciudad? –Nosotros tenemos que actuar siempre en beneficio del ciudadano. No puede ser que una arqueta lleve dos años rota y con una valla de señalización, como ocurre en la carretera de la Alcazaba. Podríamos incluso pasarle un cargo por la valla. No puede estar una valla de Bomberos tirada en el suelo, que esas vallas son de la Ciudad Autónoma. Hay que empezar a pagar por esas vallas. No lo hacemos por mero hecho recaudatorio, sino para que se agilicen los trámites. Cuando empiecen a pagar los propietarios, se darán prisa para arreglar los desperfectos. Con Telefónica hemos tenido problemas de meses con vallas puestas, y muchas veces hemos tenido que cambiarla nosotros. Hace poco nos pasó en la calle Enrique Nieto, que tuvimos que poner unas chapas porque la arqueta rota estaba en la puerta de un portal y los vecinos tenían que dar literalmente un salto para entrar en el portal. –A lo largo de estos años, ¿qué actuaciones recuerda por la importancia que tuvieron? –En mis años en la Viceconsejería, lo que más me ha emocionado fue poner una rampa en el Lázaro Fernández, porque había una niña discapacitada que usaba silla de ruedas y no había forma de que compartiera el minuto de gimnasia con sus compañeros. Lo que más me ha gustado ha sido solucionar los problemas de los vecinos en las Caracolas, donde hicimos una rampa en la entrada de un edificio donde vivía un vecino en silla de ruedas. En general, lo que hacemos es contribuir a que los vecinos estén cómodos en su zona. Otra cosa que llena de satisfacción es haber contribuido a tener el Belén tan magnifico que tenemos en la ciudad en el Foso del Hornabeque. La inauguración de este Belén es uno de los momentos a los que más gente acude. –¿Considera que hay falta de civismo por parte de la ciudadanía? –Nosotros vamos a sitios donde hay papeleras muy cerca de desperdicios por el suelo. Quizá haga falta concienciación de limpieza. Se puede lograr partiendo desde los colegios, porque hay centros que enseñan a los niños a tirar cada desperdicio en la papelera que le corresponda. También hay que crear la inquietud para que estos niños lo hagan y recriminárselo al que no lo hace.