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Las altas temperaturas también afectan a los ‘peludos’ de la casa

El verano es sinónimo de descanso, vacaciones, playa y piscina, pero también de altas temperaturas. La mayoría de personas toman precauciones para paliar los efectos del calor, como evitar salir a la calle en las horas centrales del día, beber mucho líquido o no permanecer en sitios cerrados sin aire acondicionado. Estos cuidados deben aplicarse a todos los miembros de la familia, sin excepción, grupo en el que por supuesto, entran las mascotas que viven en nuestros hogares como uno más.

Daniel Fernández, veterinario de la Clínica Pintos, habló ayer con El Faro de Melilla sobre los efectos de las altas temperaturas en los animales domésticos y como evitar posibles complicaciones cuando el mercurio no da tregua. En primer lugar, este profesional explica que los perros, al carecer de glándulas sudoríparas en su piel, no pueden intercambiar el calor a través del sudor, a diferencia de los seres humanos.
Por ello, es muy importante mantener a los ‘peludos’ en las zonas más frescas de la casa durante el verano, evitar los paseos en las horas centrales del día, que tengan siempre agua a su disposición y no dejarlos nunca en un vehículo cerrado.
La temperatura corporal de los perros, según Fernández, tiene sus límites normales en torno a los 39 grados centígrados. Si sube y pasa los 40 grados, se le pueden desnaturalizar las proteínas de la sangre y sus consecuencias pueden ser letales.

Signos del golpe de calor
¿Cuáles son los signos que alertan de que un perro está sufriendo un golpe de calor? En un primer momento, el animal comenzará a jadear de una forma más intensa que de costumbre y su dueño debe de estar pendiente de esos síntomas, además de llamar al veterinario. Si el problema se agrava, el can puede llegar a marearse, desorientarse e incluso sufrir un ‘shock’.
Para evitarlo, el veterinario recomienda evitar los factores de riesgo, pero si la situación ya se ha dado, lo aconsejable es actuar con rapidez. El dueño debe llenar de inmediato un recipiente con agua y hielo e introducir dentro al animal, con el fin de bajarle la temperatura.
Asimismo, debe controlar con un termómetro digital que el animal está bajando sus niveles de calor y llamar con inmediatez a un profesional para que comience a tratar al perro.
Hay razas, como el carlino, bulldog inglés y francés o bóxer, que por su fisionomía, pueden tener más problemas a la hora de respirar tras un golpe de calor. También hay que tener en cuenta que los perros nórdicos, como el husky siberiano o el alaskan malamute están adaptados a vivir en climas fríos, por lo que hay que extremar las precauciones. En cualquier caso, todos los ‘peludos’ deben estar convenientemente vigilados por sus dueños, sobre todo si tienen una edad avanzada o cualquier tipo de dolencia.
Si el dueño lo desea, puede remojar al animal cuando tenga calor, si bien Fernández aconseja limitar los baños con champú sólo una vez al mes. Si el perro va a la playa, es necesario enjuagarlo posteriormente con agua dulce para quitar de su piel los restos de arena y sal.
Los gatos también pueden sufrir un golpe de calor, si bien por su carácter independiente y su capacidad de movilidad suelen buscar por sí mismos las zonas más frescas de la casa.
Otros animales muy comunes en nuestros hogares son los loros, cacatúas o cotorras. Estas especies, según el veterinario, no suelen presentar una sensibilidad especial a las altas temperaturas, pero es necesario tener en cuenta que no deben estar expuestos a corrientes ni recibir directamente focos de aire acondicionado, puesto que pueden enfermar.
Si la familia va a viajar en barco, lo más aconsejable es utilizar las zonas habilitadas para los animales y cuando acabe la travesía, si se desea, se puede dar un baño y aplicarle una pipeta que evite los parásitos, como pulgas o garrapatas.
Si el viaje se hace en coche, no suele haber problema para las mascotas si se hace el trayecto con aire acondicionado, pero deben tener a su disposición agua fresca todo el camino. También recuerda Fernández no dejar nunca solo al animal dentro del vehículo.

Otras consultas
Las altas temperaturas también provocan que las consultas por gastroenteritis se multipliquen durante esta época del año. El veterinario aconseja no cambiar la rutina de alimentación del perro y tener especial cuidado con la alimentación húmeda, puesto que puede ponerse en mal estado en poco tiempo cuando hace calor.
También son comunes durante el verano que los animales acudan al veterinario por heridas por atropello o incluso por ingesta de anzuelos, por lo que el profesional aconseja extremar las precauciones con el fin de evitar estos problemas.

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