LOS problemas que hace semanas sufrió Melilla con la inmigración volvieron a demostrar que los argumentos de nuestra ciudad no se escuchan altos y claros en Europa. Las palabras del delegado del Gobierno y del presidente del Ejecutivo local llegaron como un susurro a los despachos de las instituciones europeas porque nuestra tierra no habla con voz propia. La presencia de Melilla y Ceuta en la Unión Europea se limita las acciones que pueda hacer en nombre de ambas Salvador Rueda, su representante en Bruselas. El Ministerio de Exteriores le nombró allá por el mes de abril de 2012, poco después de que Rajoy formara Gobierno tras ganar las Elecciones Generales. Desde entonces, Rueda no ha dedicado un solo día para viajar a las ciudades autónomas con el fin de conocer personalmente cuál es la realidad social, política y económica de estos dos territorios que ‘defiende’ en Europa. Este ‘pequeño’ detalle basta para imaginar el nivel de nuestra presencia en Bruselas y el ruido que hacen en las ‘euroinstituciones’ los problemas de un pequeño territorio de 12,5 kilómetros cuadrados del norte de África.
La presencia real y directa de Melilla en Europa es mínima. Imbroda asegura que el Ejecutivo local llamó a la puerta del Comité de las Regiones de la UE en 2005 y critica que entonces el presidente Zapatero no hiciera nada para que nuestra ciudad pudiera entrar y ocupar un puesto compartido con Ceuta en esa institución. Hoy, si volvemos a llamar a la puerta, habrá un Gobierno de otro color político para ayudarnos a abrirla. Además, a medida que pasan los años, cada vez es más evidente que hay razones mayores y aumenta la necesidad de que tanto Melilla como Ceuta tengan la oportunidad real de hacerse oír. Los españoles de ambas ciudades somos los únicos que no tenemos un representante propio en el Comité de las Regiones. Es una discriminación difícil de justificar políticamente a no ser que todos los argumentos se apoyen en la dejadez.
El presidente de esta institución europea, Ramón Luis Valcárcel, también presidente de la Región de Murcia, explica hoy en El Faro la importancia que tiene para cualquier territorio de la UE estar representado, bien representando, en este organismo. Y al mismo tiempo Valcárcel destaca el peso de las aportaciones que pueden hacer tanto Melilla como Ceuta en determinados debates.
Si hace años las circunstancias o el momento político nos impidieron entrar en el Comité de las Regiones, hoy no existe ningún argumento para no volver a intentar entrar. Sólo una vez dentro podremos decir que la discriminación con el resto de ciudadanos españoles y europeos ha desaparecido.
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