La Delegación del Gobierno confirmaba ayer que en breves fechas se iniciará el proceso de traslado de los congoleños a la península, sin confirmar la fecha y sin establecer cuál será el Centro de Internamiento para Extranjeros (CIE) al que irán. Y todo ello ocurría después de que este colectivo, que llevaba casi dos semanas frente a la Delegación, decidiera levantar el campamento a tenor de las promesas del delegado de buscar una solución a su problema.
El Barkani se comprometió a tratar de agilizar este traslado y a buena fe que ha cumplido su promesa. Ahora queda la otra parte, aunque esa ya no dependa del delegado. Saber qué tiempo estarán en ese CIE, si se pueden quedar en la península o si por el contrario, son deportados a su país de origen.
Varios frentes tiene la Delegación abiertos en tema de inmigración y frontera. Por un lado el poblado de chabolas, que si bien es más complicado, también puede encontrársele una pronta solución; y por otro, el de la frontera. Parece que voluntad por resolverlos no le falta al nuevo delegado.
Si todos van a ser resueltos con esta celeridad, felicidades. Con ello ganamos todos, los afectados y desde luego los melillenses.
Sin embargo, que nadie se llame a engaños y no todo aquel que se parapete frente a la Delegación dos semanas va a ver resuelto su problema. Sino, ya veremos mañana con eso de la reforma laboral. El Gobierno tiene la sartén por el mango y además, cuenta con muchos apoyos para sacarla adelante en el Parlamento.