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La Virgen Dolorosa y el Nazareno, imágenes del cartel de Semana Santa

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El vicario episcopal recomendó en el acto de presentación celebrado ayer aprovechar la Cuaresma para acoger la gracias que Dios impuso en los hombres el día de su bautismo.

La Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Melilla presentó ayer el cartel anunciador de este año de la Semana Santa de 2011 realizado por el joven melillense Antonio José Lara González, quien recogió un diploma acreditativo y su premio al final de este acto realizado en el Salón Dorado del Palacio de la Asamblea de Melilla. Los protagonistas de esta anunciación de la Semana de Pasión melillense son dos imágenes pertenecientes a la Cofradía más antigua de la ciudad que tiene su casa en la Purísima Concepción, como son María Santísima de los Dolores y Nuestro Padre Jesús Nazareno. Una composición gráfica que despertó la admiración del auditorio y sus aplausos.
A este acto acudió un gran número de autoridades de la Ciudad representada por el presidente accidental, Miguel Marín, y otras autoridades como el comandante general de Melilla, César Muro; además, de un gran número de cofrades y hermanos mayores que llenaron el Salón Dorado y que disfrutaron de este acto que marca el inicio de todos los preparativos para  la Semana Santa melillense.

Estreno de una obra musical

Una de las intervenciones que se debe destacar de este evento fue la actuación realizada por la Banda de Música ‘Ciudad de Melilla’, que emocionó a los presentes interpretando por primera vez una magnífica obra del autor José María Chamorro titulada ‘Aniversario Nazareno’, que mereció el reconocimiento no sólo de los aplausos del público, sino del propio vicario episcopal, Juan Manuel Barreiro, quien aseguró que daban ganas pertenecer a la Cofradía del Nazareno. También recibieron el reconocimiento de los presentes tras la interpretación de la obra ‘Callejuela de la O” y el himno nacional.

Entrega de diplomas

Este evento previo a las actividades de Semana Santa fue presentado por Antonio Ramírez, quien hiló todas las intervenciones de la noche junto con una breve introducción a la Banda de Música. Así, el vicario episcopal realizó un resumen de lo que debe ser esta Cuaresma, tiempo litúrgico anterior a la Pasión de Cristo, y el magistrado-juez de la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Málaga y juez de vigilancia penitenciaria, Juan Rafael Benítez Yebenes, fue el encargado de presentar este cartel.

Preparación para la Pascua

El vicario episcopal fue el primero en abrir este acto con unas palabras en las que destacó una recomendación, aprovechar este tiempo de Cuaresma para mirar a la Semana Santa y acoger la gracia que Dios puso en los cristianos en el momento de su bautismo.
Recordó que la Cuaresma comenzó el pasado Miércoles de Ceniza y que en estos momentos, la vida cristina debe estar ligada a una actitud de reconciliación con Dios y con el prójimo para estar preparados ante la llegada de la Pascua y de esta forma, celebrar la resurrección de Nuestro Señor.
De esta forma, Barreiro apuntó que la Semana Santa de Melilla cuenta con el fervor y el seguimiento de los cristianos que cada año realizan esta manifestación de fe pública, que según indican las investigaciones actuales, se lleva realizando desde hace 350 años.

La descripción del cartel

Por su parte, Benítez realizó un discurso envuelto en una descripción física del propio cartel de la Semana de Pasión y de los significados y connotaciones de los símbolos de este tiempo para los cristianos. Además, aportó en todo momento ejemplos de sus explicaciones por medio de los pasajes de la Biblia.
De este cartel, indicó que las imágenes protagonistas no sólo tienen un valor patrimonial y religioso, sino sentimental al ser los titulares de la Cofradía más antigua de la ciudad.
Tras una sencilla descripción, Benítez explicó al público que iba a realizar una reflexión sobre todos los elementos contenidos sobre este póster.
Lo primero que señaló fue que en la imagen se puede ver a un hombre con una pesada carga y a una mujer que se solidariza con él y que le acompaña llorando. Así, comentó que desde la época de Adán y Eva, los hombres cargan con pesadas cruces, como las enfermedades, las pasiones, las ambiciones, el trabajo, los intereses personales y la muerte. Mientras que a lo largo de nuestra vida encontramos siempre a alguien que nos alivia la carga y con acompaña en el camino.
De esta forma, argumentó que el hombre se alejó de Dios pero que éste, a pesar de ello, salió a su encuentro, y para reconocer esta señal, los cristianos le rinden culto y adoración ofreciendo lo mejor de si mismos y de su trabajo.
Con la llegada de Jesús llega la plena revelación de Dios y comienza la historia de la Salvación de la Humanidad, tal y como declaró.

El mayor de los sacrificios

Benítez describió cómo la crucifixión era la peor de las condenas, no sólo por el sufrimiento de la flagelación, sino porque era la mayor de las vergüenzas posibles  puesto que cargaban con el palo mayor por todas las calles más transitadas con un cartel donde se indicaba su delito. Además, era una de las muertes más horribles y lentas que podía sufrir un condenado. De hecho, aseguró que estaba reservada a los criminales de la peor calaña.
Todo este contexto le sirvió para declarar que el mayor sacrificio que podía hacer el Hijo de Dios era sufrir de esta forma, no sólo por aquellos que le amaban, sino también por aquellos que le odiaban, según las propias palabras de Benítez.
Ante aquellas opiniones que se basan en que Cristo no se liberó de esta muerte para justificar que no era el Mesías, este magistrado indicó que se trata de “la mayor locura” realizada por amor al prójimo.
En este sentido, declaró que los cristianos no tienen que hacer más sacrificios a Dios porque su Hijo ya hizo el más grande, convirtiéndose en el ‘cordero pascual’.
No obstante, comentó que no había que quedarse con la parte trágica de esta escena, sino que gracias a la muerte de Cristo, es decir, a este medio, se llega a un fin mayor, la resurrección. Una imagen que predica la Iglesia Católica, como es la de Cristo vencedor y resucitado.
Animó a los presentes a reconciliarse con todo y así liberarse de las cargas, y a no quedarse en el folklore de las procesiones de Semana Santa, sino en vivir la fe. Tal y como lo hacen las Cofradías de la ciudad a través de la labor social que realizan a diario con muchísimos melillenses, según finalizó Benítez.

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