Una mujer iba de camino a la frontera de Beni Enzar, después de trabajar, e iba hablando por su teléfono móvil. De un fuerte manotazo, un individuo le arrebató el móvil y salió corriendo. Le persiguió y al grito de ‘¡Al ladrón!’, varias personas que estaban en la zona le consiguieron retener. En ese momento, una patrulla de la Policía Local que estaba de servicio en las inmediaciones de la frontera vio el revuelo y procedió a la detención del ladrón. En el juicio la víctima, una mujer de mediana edad, dijo no haber visto la cara a su ladrón en el momento en el que le quitó el móvil, pero cuando la Policía Local le cacheó encontraron su teléfono en uno de los bolsillos.
El acusado, S.B., se enfrenta ahora a una pena de un año de prisión y una multa de 180 euros (un mes a razón de seis euros diarios), que es la condena solicitada por la Fiscalía por un delito de robo con violencia en grado de tentativa y falta de lesiones. La multa solicitada viene dada por la reclamación de la víctima de la lesión que le provocó el fuerte manotazo sufrido al quitarle el teléfono móvil.
La declaración de uno de los agentes de la Policía Local constató que la mujer, en el momento de la detención del ladrón, tenía un dedo de la mano izquierda “doblado”. El agente declaró que mientras patrullaban con el coche la zona cercana a la frontera de Beni Enzar vieron a varias personas correr en una misma dirección, detrás de otro individuo, el presunto ladrón. A pesar de que la víctima dijo no haber visto la cara a su agresor, el agente declaró que la mujer reconoció al ladrón una vez detenido en el mismo lugar de los hechos. El caso quedó visto para sentencia.