Con un simple vistazo a los Archivos de Indias se han encontrado documentos sobre 1.100 naufragios l En la actualidad, hay constancias de 86 yacimientos en las costas andaluzas.
Todos sueñan de niño ir en la búsqueda de un tesoro y vivir una aventura que haga cambiar la historia. Localizar un barco hundido de alguna guerra lejana y bucear para localizar un gran cofre escondido tras una puerta rota llena de sedimentos, coral y con peces de todos los colores alrededor. Sin embargo, esta imagen romántica y aventurera de los pecios hundidos en el mar no ayuda a que arqueólogos como Carmen García Rivera puedan desarrollar su trabajo en las profundidades del mar, el rescate de la historia de estos barcos.
La primera dificultad con la que se han encontrado estos ‘cuidadores de la memoria depositada en el fondo de las costas españolas’ es que la sociedad no es consciente de la importancia que tiene conocer, proteger y preservar estos yacimientos arqueológicos. Los ciudadanos los ve como unos ‘caza tesoros’ de riquezas que provenían de las Indias y, en realidad, son científicos que desean conocer toda la infomación de esos barcos hundidos.
No les importa ni el oro ni la plata, sino reconstruir la historia de esos pecios y contársela a los ciudadanos. No están para recoger los objetos que aún están sin descubrir en estos barcos y depositarlos en un museo, sino para estudiar el contexto en el que están para obtener más datos sobre el pasado.
Para concienciar a los ciudadanos sobre la importancia de estos yacimientos subacuáticos y protegerlos ante cualquier actividad legítima (obras en el medio marino) o ilícitas (expolio) nació hace unos años el Centro de Arqueología Subacuática del Instituto de Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía. García Rivera es la jefa de esta institución en la que se trabaja para preservar esta parte ‘hundida’ de la historia de los españoles.
“La verdadera riqueza de la arqueología subacuática no es el oro o la plata que se pueda encontrar bajo el mar, sino la información histórica que pueda proporcionar un pecio. Ésta es la que entre todos tenemos que lograr que nadie destruya”, afirma.
Por descubrir
García Rivera explica que se partía de una “realidad negativa” cuando se creó el centro, es decir, que no había conciencia de salvaguarda de este patrimonio que está en el fondo del mar. Indica que la mayor parte de los pecios que estaban a menos de 20 metros de profundidad han sido expoliados, porque no había esa idea de conservarlos. Se pensaba que algo que se había perdido en el mar.
Sin embargo, a través de este proyecto se ha logrado no sólo estudiar en profundidad algunos de los yacimientos, como el de dos navíos de la batalla de Trafalgar, sino una política de protección real. Andalucía cuenta con las figuras jurídicas de ‘zona arqueológica’ y de ‘zona de servidumbre arqueológica. Esta última permite que se pueda preservar un lugar tan sólo teniendo indicios y la sospecha de que pueda haber un yacimiento.
Esta especialista destaca que esta disciplina es tan joven que debe de haber muchos yacimientos sin descubrir bajo el mar tanto el Atlántico como en el Mediterráneo. Afirma que en la actualidad tienen constancia de hay 86 en las costas de Andalucía. Aunque explica que sin hacer nada más que un estudio por encima en los Archivos de Indias se han encontrado más de 1.100 naufragios documentados. Por ello, asegura que son muchos los descubrimientos se que se podrán hacer en un futuro si se cuenta con los medios adecuados. También está entre sus proyectos que los ciudadanos conozcan algunos yacimientos a través de visitas, el montaje de exposiciones y charlas sobre estos hallazgos.
Esta especialista en arqueología subacuática estará hoy en Melilla para ofrecer una conferencia titulada ‘La protección del patrimonio arqueológico subacuático de Andalucía’. Se realizará en el Club Marítimo a las 20:00 horas.
‘Caza tesoros’, tecnología punta para expoliar
Carmen Rivera García asegura que el expolio lo realizan en la actualidad grandes empresas a las que llaman ‘caza tesoros’. Están provistas de tecnología punta y tan sólo buscan pecios con cargas económicas importantes. Su interés no es recatar esta parte de la historia, sino lucrarse con la venta de estos objetos que extraen del mar.
Esta experta destaca que lo importante no es el objeto en sí sino el contexto en el que se encuentra. Un barco intacto en el fondo del mar es una “capsula” en la que se ha conservado la historia, apunta. Por eso, se debe analizar de forma científica y no comercial.
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