“La Universidad para Mayores es aprender por el gusto de aprender”

Los alumnos y profesores de este programa formativo de la UGR que tiene una sede en el Campus de Melilla comentan en El Faro las ventajas de incorporarse con más de 50 años a la universidad · Las clases se imparten de lunes a viernes a las 17:00 horas.

“La Universidad para Mayores es aprender por el gusto de aprender”, asegura Asunta, una de las alumnas del Aula Permanente de Formación Abierta de la Universidad de Granada (UGR) en la sede del Campus de Melilla. Asunta dejó los estudios cuando era joven y por diversos motivos personales no fue hasta hace unos años cuando se enteró de la existencia de este programa. Le gusta ir cada tarde porque “todos los días se aprenden muchas cosas”. Algunas asignaturas le gustan más que otras, pero confiesa que gracias a Internet puede ampliar todos aquellos conocimientos más atractivos le resultan, siempre que se tome alguna que otra nota de las clases. “Como vienes sin la premura de que tienes que finalizar o hacer algo al final de las clases, pues coges todo y lo que te interesa lo amplías. A nuestra edad no se nos permite ya tener nervios”, asegura en declaraciones a El Faro.
Como Asunta, más de 20 personas están realizando los programas de estudios del Aula Permanente de Formación Abierta de la UGR en Melilla. Lengua, Historia, Botánica o Psicología son algunas de las asignaturas que estos mayores, ya que está dirigido a personas de más de 50 años, disfrutan en el aula de grados del Campus de Melilla. Y no nos equivocamos al decir que disfrutan, ya que no se pierden ninguna clase y su interés no disminuye con el paso de los años.
La coordinadora de este proyecto en la ciudad, María José Molina, comentó que se trata de un programa preparado para tres años y que cuando trascurre este tiempo se hace un acto simbólico de entrega de becas a los graduados, aunque no se otorgue ningún tipo de título. No obstante, el cambio anual de los programas de estudio hace que los alumnos sigan viniendo al Aula Permanente de Formación Abierta a pesar de cumplir diez años desde su fundación en la ciudad.
“Es una manera de tener la mente ocupada en cosas interesantes y a las que les sacas beneficio”, indicó Asunta.
La clase recibió a El Faro con sus mejores galas en el salón de grados y entre todos fueron contestando a las preguntas.

Los alumnos

Juani lleva diez años viniendo de lunes a viernes a las 17:00 horas a este programa de formación. Es la veterana del grupo. Ella estudió estética y peluquería, por lo que comentó que la parte artística la tenía muy desarrollada, pero la intelectual, la dejó un poco de lado cuando era joven.
Un día, entró en el Campus buscando un documento que necesitaba una de sus hijas y se encontró con una periodista que actualmente es la viceconsejera de la Mujer, Fadela Mohatar. Ella fue quien le presentó al entonces coordinador de este proyecto, Miguel Ángel Pérez Castro, y desde entonces está enganchada a este programa.
No sólo destacó las horas de clase que a lo largo de diez años ha recibido por parte de muy buenos profesores, sino las horas de debate y conversación con sus compañeros. “Estoy muy feliz. La gente tiene que apuntarse por ellos mismos. Yo ahora tengo menos pudor a la hora de hablar. Me doy cuenta de que tengo más seguridad en mí misma y analizando la realidad. No tiene nada que ver la persona que era antes a la de ahora”, apuntó.
María conoció esta aula de formación a través de su amiga Carmen. Ahora las dos se arreglan para ir a clases cada día y se sientan juntas para escuchar la lección de los profesores. El buen ambiente y la cantidad de cosas que se aprenden en esta aula son las claves de que estas dos amigas  lleven cuatro y cinco años sin faltar.
Paco es otro entusiasta de este programa formativo. Su pasión es la Informática, asignatura que descubrió de la mano del profesor Miguel Ángel Montero, el más antiguo de los que actualmente imparten lecciones en esta aula. “Los profesores sienten una gran inquietud por nosotros y me siento muy contento en esta clase”, destacó.
Paco lleva seis años y hasta su mujer le anima cada día a conocer más temas interesantes de estas clases.
Por su parte, María del Carmen indicó que se apuntó hace nueve años y que toda su familia es partícipe de las novedades que va aprendiendo en estas clases. Ella pensaba apuntarse a Francés en la Escuela Oficial de Idiomas, pero al final se enteró de este programa y ni cuando se siente pachucha, falta a estas dos horas de lección que reciben de los profesores.
Ella, como otros en la clase, no tuvo ocasión de estudiar de joven nada más que lo básico, así que ahora disfruta con muchas asignaturas y declaró que le ha enriquecido mucho acudir cada tarde a clase. Incluso su familia pensaba que iba a ser algo puntual, pero ya forma parte de su vida cotidiana.
Asunta apuntó que ahora tienen más tiempo para analizar y reflexionar sobre cosas que vivieron, pero que debido a sus obligaciones les pasaron casi desapercibidas. Aunque también señaló que era un esfuerzo ir cada tarde hasta el Campus de Melilla, pues a todos les gustaría estar tranquilos durmiendo una siesta. Además, son mayores, pero aún cuentan con un gran número de responsabilidades entre sus manos, como el cuidado de familiares o de los nietos.
Son un grupo de personas que llenan las tardes de conocimiento donde antes había soledad y apatía, y además, está conformado por personas respetuosas con la vida privada del resto de sus compañeros. Incluso, esta aula ha contado con mayores que despejaban su mente ocupada por el estrés de cuidar a un familiar enfermo con los conocimientos que se imparten.

Las clases

Para formar parte de este programa formativo tan sólo hay que preguntar en el Campus por la profesora María José Molina, la coordinadora del Aula de Permanente de Formación Abierta.
En ocasiones, plantea a la persona interesada que acuda durante unos días a las clases y si después de conocer de cerca este proyecto desea matricularse, se mandan los documentos a Granada, donde se formaliza esta inscripción.
Gracias al apoyo de la Consejería de Cultura, según comentó Molina, el precio de la matrícula es de 80 euros al año, por lo que sin este apoyo financiero, no se podría hacer este tipo de excepciones con estos mayores.
Se trata de un programa para mayores de 50 años y no importa si tienen o no estudios previos, ya que en estas clases ni se toman apuntes ni se realizan exámenes. A estas aulas sólo se acude por el placer de aprender cosas nuevas.
En muchas ocasiones, son los propios alumnos los que solicitan los apuntes al profesorado o los que sugieren los temas que se pueden abordar.
Molina comentó que cada año se abre un periodo de propuestas para que los docentes interesados propongan temáticas para impartir en este aula para mayores. Hace unos años, la nanotecnología fue una de sus asignaturas y al contrario de lo que se pueda pensar, disfrutaron mucho viendo cómo los avances en tecnología creaban nuevos tejidos o modificaban formas de trabajo en la industria.
El abordaje de la historia contemporánea es otra de las asignaturas que se ha estado impartiendo estos años. Primero la de España y luego la mundial, para realizar paralelismos y ver cómo afectaban los acontecimientos a nivel local e internacional.
Este año, los cambios realizados por la Real Academia de la Lengua en el uso del español escrito da forma una de las asignaturas que se imparte en este cuatrimestre.
El ambiente de las clases fue uno de los aspectos destacados por Molina. Son muy críticos con los profesores y se llevan muy bien entre ellos, incluso a pesar de llevarse 20 años en muchos casos, destacó.
Miguel Ángel Montero y Bibihna Benbunan son profesores de este grupo de alumnos de Informática y de Psicología, respectivamente. Sus experiencias son muy positivas, y los dos aseguran que aunque adaptan los contenidos para este alumnado tan específico, son del mismo nivel que el que pueden exigir en las clases normales de facultad.
Por ejemplo, Montero indicó que el pasado año le pidieron algunos trucos para mejorar la resolución de las fotografías de sus nietos, los pasos básicos para hacer una presentación por ordenador y algunas clases de Skype, un programa de videoconferencia, que algunos de los alumnos utilizan para hablar con familiares que están fuera de Melilla.
Todos, profesores y alumnos, animaron a otros melillenses a participar en esta aula de formación, ya que disfrutarán con sus contenidos y con la compañía del resto de sus compañeros.

Otra forma de enseñar

Los profesores de Aula Permanente de Formación Abierta están muy contentos con estos alumos porque estos programa de estudio no están cerrados y les permite variar o ampliar determinados temas según el interés de estos mayores. Es otra forma de enseñar que no tiene nada que ver con los rígidos programas académicos de las facultades de las que provienen los docentes.
Además, el ambiente de clase es más distendido porque no tienen que cumplir con un programa y la voluntariedad de acudir a estas clases hace que los profesores se preparen los conocimientos que van a impartir de una forma más entretenida y amena. Así, disfrutan todos, como comentó una de las alumnas de este aula: “No hemos visto a ningún profesor que se haya preparado las clases con falta de interés. Al revés vienen con trabajo bien hecho. Porque somos personas mayores, nos damos cuenta y lo apreciamos”.

Encuentros anuales

Baza, Guadix, Motril, Órgiva, Ceuta y Granada son otras de las ciudades que cuentan con una sede de Aula Permanente de Formación Continua de la UGR. Cada año se organiza un encuentro para abordar los problemas y las novedades de cada sede. En esta reunión participan los profesores, los coordinadores de cada sede y también los alumnos, por lo que son, además de momentos de trabajo, días de diversión e intercambio de opiniones y experiencias.
En abril del pasado año, unos 300 alumnos de todas las aulas de formación vinieron a Melilla, donde se celebró este congreso anual. Fueron recibidos por los jóvenes universitarios del Campus y además, y como ocurre siempre que se realiza este tipo de encuentros, se organizaron visitas turísticas por toda la ciudad para el disfrute de todos estos mayores.

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