La Unión Europea afirma que la presión migratoria sobre Melilla empeorará

Un informe de Frontex destaca que las entradas por vías irregulares continuarán creciendo en el Mediterráneo y recomienda a España que se mantenga alerta.

Pese a que el número de entradas de inmigrantes de manera irregular en Melilla y Ceuta no experimentó un crecimiento “considerable” entre el 2010 y el 2011, la presión al otro lado de la frontera no para de incrementarse, lo cual podría provocar “una situación muy crítica” en ambas ciudades autónomas.
Esta es la principal conclusión a la que ha llegado la Agencia Europea de Fronteras (Frontex), quien ha alertado en su Informe Anual de Riesgo del presente ejercicio acerca del creciente número de inmigrantes que cada vez se aventuran más a entrar en España de manera ilegal través de las rutas del Mediterráneo oeste.
Melilla y Ceuta ya se han convertido en la segunda frontera terrestre de la Unión Europea (UE) más transitadas, con un total de 10 millones de entradas al año. El informe deja claro que la situación geográfica de ambos territorios provoca que el flujo sea sea muy elevado debido a los acuerdos de buena vecindad que existen entre España y Marruecos, gracias a los cuales los habitantes de este último no siempre necesitan un visado para cruzar la frontera, siempre dependiendo de la actividad que piensen llevar a cabo en las ciudades autónomas y de su tiempo de estancia.
En lo que se refiere a las entradas ilegales, Frontex apunta que la situación más preocupante se detecta a lo largo y ancho del mar Mediterráneo. Al presentar cada zona sus propias peculiaridades, el informe lo divide en tres sectores: Este, central y oeste, siendo este último en el que se engloba a Melilla y Ceuta. Como indica el texto, lo más grave no es la cifra de llegadas, sino la creciente presión y la formación de bolsas de inmigrantes en los territorios marroquíes aledaños a ambas ciudades autónomas.
En este sentido, apunta que las llegadas se mantuvieron en un nivel “bajo” durante el 2010 y que fueron incrementándose a lo largo del 2011. En concreto, hubo un total de 8.500 detecciones durante el año pasado, contando tanto las entradas como los intentos.
Esta cifra supuso el 6% de todas las fronteras de la UE. El grueso de la presión migratoria se detectó en las costas del Mediterráneo central, en territorios como Lampedusa, Malta o Sicilia, principalmente. El número de interceptados fue de 64.000, un ingente aumento con respecto a las 5.000 del 2010. La mayor parte de los inmigrantes eran de origen Tunecino y Libio.
En lo que respecta a la nacionalidad de los que intentan acceder a Melilla y Ceuta, el informe destaca la dificultad para analizar el flujo de llegadas de manera precisa, aunque señala que su origen suele ser subsahariano y de territorios del Magreb, principalmente Marruecos y Argelia. Además, Frontex recalca que se producen muchas llegadas de inmigrantes “de origen desconocido” y que estas se han duplicado durante el último año. Por otro lado, destaca que cada vez llegan de países más lejanos, tales como Costa de Marfil, Guinea, Nigeria o Congo, lo que evidencia que “el sur de España es un objetivo preferente”.
Como caso excepcional dentro del Mediterráneo oeste, el informe destaca que en 2011 se interceptaron dos botes con inmigrantes argelinos a bordo que navegaban rumbo a las islas Baleares.

España, en alerta

En base al análisis de Frontex, la UE advierte a España de que debe mantenerse en alerta. No obstante, Bruselas aplaude los esfuerzos realizados desde el 2008 para evitar la inmigración ilegal por vía terrestre, tanto con la creación y refuerzo de perímetros fronterizos como con la firma de acuerdos de repatriación con distintos países subsaharianos. El informe subraya que este tipo de convenios son “esenciales” y que de no existir o de comenzar a perder eficacia “el número de intentos de entrada se incrementaría rápidamente pese al refuerzo de la vigilancia”.
En el caso concreto de Melilla, el documento de Bruselas apunta cómo ha evolucionado el método de entrada por vía marítima, mientras que por la frontera terrestre no reseña nada salvo que el aumento de las medidas de seguridad ha conseguido reducir el número de llegadas de manera considerable. Así, destaca la utilización de barcas de juguete hinchables en detrimento de los intentos a nado. En lo referente a estos últimos, señala que lo habitual en años anteriores era aproximarse a la costa española ocultos en algún barco pesquero de bandera marroquí para luego saltar al mar.
El cabo Tres Forcas aparece como el principal punto de partida de estas embarcaciones. Según se destaca, suelen ser “pequeñas e inestables”. Además, detalla que en el caso de los marroquíes, suelen viajar en ellas entre dos y tres personas, mientras que en el caso de los subsaharianos, suelen  viajar más de diez inmigrantes.
En el caso de Ceuta, su posición geográfica y la cercanía de su litoral con el de Marruecos provoca que la mayor parte de los intentos sea a nado, mientras que los botes hinchables se utilizan para intentar cruzar el Estrecho de Gibraltar.
En el informe de Frontex, también se dedica un apartado a las llegadas de inmigrantes ocultos en vehículos. Sin embargo, no se detalla la situación en la frontera de Beni Enzar, donde se produce la mayor parte de los intentos de entrada. Por otro lado, sí afirma que a lo largo del 2011 se incrementaron las detecciones en el puerto de Málaga, sobre todo en barcos procedentes de ambas ciudades autónomas. El documento subraya que el tráfico de bienes y personas entre Melilla, Ceuta y la ciudad andaluza es muy significativo, lo que facilita que los inmigrantes prueben suerte para llegar a la península ocultos en vehículos y contenedores.
No en vano, Bruselas destaca que los controles, tanto en los enclaves del norte de África como en el de Málaga, son muy intensos, lo que ayuda a evitar las entradas ilegales.
En lo que respecta al uso de documentación falsa para burlar los controles fronterizos en los límites de la UE, no detalla nada referente a la situación en Melilla y Ceuta, aunque incluye a los marroquíes como una de las cinco nacionalidades que más emplea este método, junto a ucranianos, albanos, iraníes y nigerianos.

Problemas derivados

A modo de complemento, el documento de Frontex detalla algunas actividades ilegales derivadas de la inmigración ilegal, las cuales afectan a España de lleno, entre las que destaca el tráfico de drogas y el robo de vehículos en países de la UE para venderlos en el mercado negro fuera de los límites de Europa. Aunque se reseña que estas actuaciones se suelen utilizar para extorsionar a los inmigrantes, no se detallan casos concretos referentes a Melilla y Ceuta.
En definitiva, el informe concluye recomendando a España que se mantenga alerta, pues todo apunta a que la presión migratoria sobre las fronteras de las ciudades autónomas continuará creciendo de manera exponencial.

Bruselas considera que los límites marítimos de Melilla son frágiles.

Frontex considera que los datos que facilita España sobre su “frontera sur” no son del todo completos y que podrían ser todavía “más abultados” al no incluirse en las estadísticas las denegaciones de entrada de los inmigrantes que no son aceptados al intentar entrar en territorio nacional de manera legal.
En cuanto la presión migratoria, Frontex considera que empeorará y que la situación en las fronteras que separan España de Marruecos se recrudecerá. Bruselas considera “frágiles” los límites marítimos de Melilla y Ceuta, lo cual facilita las entradas de manera irregular.
Como advertencia y ejemplo, el informe señala que en ocasiones, sobre todo en Ceuta, la proximidad geográfica entre la costa de ambos países posibilita las entradas a nado.