La Unidad de Coordinación Contra la Violencia Sobre la Mujer de la Delegación del Gobierno en Melilla ha llevado a cabo un taller de yoga y técnicas de relajación y autocuidado para mujeres víctimas y en situación de vulnerabilidad.
Este taller tuvo lugar en la Asociación Caridad Virgen de la Luz, impartido por la terapeuta y profesora de yoga Inmaculada Gaitán, y se ofreció para mujeres de las Casas de Acogida de Cruz Roja y del piso tutelado de Mujeres en Igualdad, y otras mujeres que se derivan del Centro de Información y Atención a la Mujer, así como de diversas asociaciones, organizaciones y entidades.
Tal y como ha relatado la jefa de la Unidad, Laura Segura, el taller se ha dividido en dos partes, la primera teórica e interactiva donde se ha explicado qué es el yoga, sus beneficios a nivel físico, emocional, mental y cómo la respiración consciente puede ayudar en estados de ansiedad, nerviosismo o cuando sentimos miedo.
En la parte práctica se han realizado técnicas de respiración y meditación dinámica para liberar el cuerpo de tensión y se han practicado posturas de yoga para estirar y fortalecer los músculos, especialmente de la espalda. Por último se han impartido consejos prácticos en aras a fortalecer la salud mental en el día a día.
Segura ha destacado que se trata de un taller en el que se hace partícipe a trabajadoras de las propias casas y entidades “lo que supone una actividad de encuentro e enriquecedora para todas las mujeres que participan en él”.
“La práctica de yoga para mujeres víctimas de la violencia de género y mujeres en situaciones de vulnerabilidad se centra en el autocuidado”, ha recalcado. Es más, ha apuntado que se trata de “construir otro tipo de vinculación afectiva basada en la seguridad y la confianza en ellas mismas, así como, en la recuperación del cuerpo para la vivencia de los sentimientos y pensamientos para sanar sus vidas”.
“Los efectos y consecuencias de la violencia contra la mujer pueden repercutir en la salud física, psíquica y comportamiento social hasta producir la muerte por homicidio o suicidio”, ha recordado.
Entre las consecuencias de la salud psíquica, según la Organización Mundial de la Salud, la violencia contra la mujer puede ser causa de depresión, trastorno de estrés postraumático y otros trastornos de ansiedad, insomnio, trastornos alimentarios e intento de suicidio, ha explicado.
Además pueden surgir también consecuencias en condiciones crónicas de salud, tales como dolor crónico, quejas somáticas, síndrome del intestino irritable, entre otros trastornos gastrointestinales.
“Diversos estudios sobre el efecto de la práctica de yoga en grupos de mujeres víctimas de violencia de género, reportan grandes beneficios físicos”, ha revelado, entre ellos Segura se ha referido a una mayor flexibilidad en el cuerpo, aumento en la capacidad de relajación y mejora de la capacidad de respiración, alivio o mejoría en dolores crónicos de espalda y cabeza.
“En la dimensión psicológica los principales beneficios que reportan estos estudios son aumento de la autoestima, mayor auto aceptación y control sobre la emociones”, ha agregado.
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