Medio ambiente

La UGR participa en una investigación sobre el exoplaneta mejor conocido

Un equipo internacional de científicos, en el que participan astrofísicos de la Universidad de Granada (UGR), ha logrado medir la masa y el radio de un exoplaneta (esto es, un planeta situado fuera del Sistema Solar) similar a la Tierra con una precisión que no tiene precedentes hasta la fecha.

Gracias a los datos cuidadosamente obtenidos con un conjunto de instrumentos y telescopios espaciales y terrestres, este equipo de astrónomos ha podido modelar el interior y calcular los tamaños relativos del núcleo (metálico) y el manto (rocoso) del exoplaneta Gliese 486 b, que fue descubierto en 2021.

El profesor del Departamento de Física Teórica y del Cosmos y catedrático en Astrofísica de la UGR Carlos Abia, perteneciente al Grupo de Investigación Evolución Estelar y Nucleosíntesis (FQM292), dependiente de la Junta de Andalucía, ha colaborado en el análisis químico de la estrella en torno a la cual gira Gliese 486 b, en particular en la determinación de su contenido global en metales y de la razón entre las abundancias de carbono y oxígeno.

Según Abia, la composición química de las estrellas pueden proporcionar información sobre los planetas que orbitan a su alrededor. Así, son unos 30 autores los que han realizado el estudio, pero Abia cree que su contribución es “importante”, porque, gracias a ella, se han podido inferir posibles modelos de la estructura del planeta.

El investigador precisó que, aunque el planeta ya se conocía, con esta investigación se ha podido “determinar con mucha más precisión” la masa, el radio y la densidad del planeta, así como su período orbital, hasta el punto de que, después de los planetas del Sistema Solar, “es el planeta cuyas características mejor conocemos”.

Se trata, posiblemente, de un planeta rocoso, con una estructura parecida a la de la Tierra, seguramente con un núcleo metálico de hierro y níquel, un manto como el de nuestro planeta y una corteza muy parecida a la terrestre, aunque todo indica que más fina.

La temperatura de Gliese 386 b anda en torno a los 700 grados Kelvin -unos 430 grados centígrados-, por lo que todo el material de su superficie se encuentra en estado magmático. “Aun así, parece ser que permita la existencia de una atmósfera”, indicó Abia, quien precisó que “dentro de poco” se comprobará con el telescopio espacial que se ha lanzado.

Se trata, según apuntó, de un planeta más caliente que Venus, por lo que “en principio no hay posibilidades de que albergue vida tal como la conocemos”. Además, el agua, si existiera -lo que se podrá comprobar con el telescopio- estaría en forma de vapor.

El planeta está a una distancia de unos 25 años luz de la Tierra, por lo que, con la tecnología disponible, es inaccesible para el ser humano, ya que, suponiendo que se pudiera alcanzar la velocidad de la luz en una nave espacial, se tardarían 25 años en llegar a él. Como los vehículos actuales ni de lejos llegan a esa velocidad, el mínimo que se tardarían, según los cálculos del experto, serían 2.500 años, por lo que “obviamente no tiene sentido mandar allí nada tripulado”.

En este sentido, Abia remarcó que es “bastante escéptico” respecto a la posibilidad de trasladarnos a otro planeta, “por lo menos a gran escala”. Por lo tanto, “nos quedamos aquí y lo que le pase a la Tierra nos pasará a nosotros”, apuntó.

Respecto a la posibilidad de encontrar vida en otros planetas, en principio, aseguró, ha de tratarse de algo “parecido” a la que se ha desarrollado aquí, ya que no se conocen otras formas de vida. A su parecer, “probablemente hay posibilidades de vida, pero a nivel bacteriano, microscópico”. Para esta afirmación, Abia se basa en que, incluso en la Tierra, hay bacterias que viven en condiciones sin luz o con presiones y temperaturas muy diferentes de las de la corteza. “Ahora bien, si hablamos de vida multicelular, lo veo más improbable basándonos en lo que ha ocurrido aquí”, aclaró.

“Probablemente en Marte hay vida microscópica”

Abia cree que sólo científicamente se puede abordar la posibilidad de vida fuera de la Tierra. En su opinión, con las últimas misiones a Marte, es posible que dentro de unos años se sepa si hay vida microscópica en su superficie, y él, que es “optimista”, piensa que “probablemente” se encuentre. “Sería tremendo, sobre todo si es muy distinta a la de la Tierra, porque eso abriría enormente las posibilidades de vida, que no tendría por qué estar basada en el carbono”, dijo.

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