La UFP pide al próximo delegado del Gobierno soluciones en la frontera

El sindicato denuncia que en las últimas semanas vehículos, supuestamente robados, han intentado llegar a Marruecos pasando a toda velocidad por los controles del lado español.

La Unión Federal de Policía (UFP) de Melilla está “harta” de las condiciones laborales que soportan los agentes que cada día desarrollan su labor en los puestos fronterizos de la ciudad autónoma.
Según ha podido saber El Faro gracias a las manifestaciones realizadas por fuentes del sindicato, la UFP ha recogido en un escrito la realidad que viven los efectivos de la Policía Nacional en su trabajo diario, con el ánimo de que el nuevo delegado del Gobierno pueda mejorar su situación.
En opinión de la formación sindical, en los puestos fronterizos “ocurren cosas que desconocen los ciudadanos e incluso los altos cargos de ambas administraciones”.
Como ejemplo, fuentes de la UFP señalaron que en las últimas semanas se han dado varios casos de vehículos que han intentado entrar en Marruecos saltándose a toda velocidad los controles del lado español de la frontera, con el consiguiente riesgo que ello conlleva para los agentes y los viandantes.
Según el escrito de la UFP, estos “kamikazes” arremeten contra todo lo que encuentran a su paso en cuanto la Policía Nacional da el alto al vehículo.
“Estos conductores parecen conocer a la perfección las pésimas condiciones en las que se realizan los controles de vehículos en la zona de salida con dirección a Marruecos”, afirman desde el sindicato, “los agentes no cuentan con los recursos materiales y personales necesarios para realizar esta tarea. Además, el único objetivo de los que manejan estos vehículos, supuestamente robados, es llegar a Marruecos, donde encuentran la salvación, y que está a pocos metros, por lo que no dudan en intentar pasar a la fuerza”.
Asimismo, el texto de la formación sindical asegura que, como resultado de esta práctica, dos agentes han resultado heridos y varios vehículos que circulaban por la zona han sufrido daños.
Además, denuncian que, ante lo ocurrido, la único solución proporcionada por el alto mando fue la de instalar algunas vallas para dificultar el paso de vehículos.
Sin embargo, de poco han servido, pues la UFP recalcó que son arrolladas por los vehículos que intentan huir a Marruecos y ocasionan molestias al resto de conductores.
“Los controles de vehículos deberían hacerse con personal suficiente y, además, que éste estuviera especializado. A día de hoy, el riesgo para los agentes que realizan esta labor es evidente”, criticaron, “además, la eficacia no está garantizada. A veces parece que se están haciendo para cubrir un cupo determinado de personas y vehículos en la base de datos y así justificar que se están realizando los registros de manera correcta”, añadieron.

En ‘tierra de nadie’

Ésta no es la única denuncia realizada por la UFP en su escrito, pues el sindicato también protesta por la situación de la llamada ‘tierra de nadie’, la franja de terreno que existe entre el puesto de control marroquí y el español de la frontera de Beni Enzar y que es suelo internacional.
Así, aseguran que zona está llena de policías marroquíes y personas sin documentación que intentan cruzar clandestinamente hacia Melilla.
“No entendemos por qué se nos impide entrar en la ‘tierra de nadie’ cuando está llena de gente que lo único que pretende es entorpecer nuestro trabajo. Esta situación sólo ocurre en Melilla, porque en Ceuta sí se respeta el suelo internacional. Aquí tenemos que soportar que nos amenacen e intimiden mostrándonos cuchillos o tirándonos piedras y botellas por sorpresa sin poder hacer nada. Es un calvario trabajar en esas condiciones”, criticaron.
Del mismo modo, desde el sindicato hicieron especial hincapié en los insultos y vejaciones de carácter sexista que reciben las agentes y que se ven obligadas a aguantar con impotencia.
Además, lamentaron las situaciones que se dan en los pasos para peatones, ya que en muchas ocasiones se producen aglomeraciones en los tornos de control, con el consiguiente peligro para la integridad física de los que desean entrar en Melilla a pie, y culpan de que esto ocurra al desorden y la desidia existente en el lado marroquí de la frontera.
Por otro lado, también reseñaron que es peligrosa la situación existente en la frontera del Barrio Chino cuando comienza el tránsito de mercancías en dirección a Marruecos. “Hay intervalos de tiempo en el que todo tipo de mercancía es admitida y otros en los que no. Cuando esto se produce, hay personas que quedan literalmente atrapadas, por lo que deciden pasar el control de seguridad arrollando por sorpresa a los compañeros que allí trabajan”, afirmaron, “la solución más sencilla sería controlar los vehículos y las personas que intentan huir a la carrera desde una posición más elevada”.
La unificación de criterios también es un tema que preocupa a la UFP, así como mayor presencia policial en los distintos pasos fronterizos en horario nocturno y la falta de formación de los que trabajan en esta zona, pues aseguraron que en ocasiones la única forma de aprender para los novatos es preguntar a algún agente que lleve más tiempo.
Además, critican que los únicos cursos que se están impartiendo a día de hoy se estén dando durante las horas libres de los policías.
“La falta de personal es más que evidente. Hemos llegado a trabajar cuando agentes más el jefe de servicio sin poder descansar absolutamente nada, una auténtica barbaridad si tenemos en cuenta todas las dificultades mencionadas”, concluyeron.

“Nuestro trabajo es un calvario. La motivación, muy escasa”

El escrito de la UFP concluye señalando que lo único que pretenden es sentarse a hablar con el próximo delegado del Gobierno para mejorar la situación de la frontera. “Desconocemos si lo que ocurre en los puestos fronterizos de la ciudad es tan siquiera conocido por los altos representantes del Gobierno. Con este texto, pretendemos que se busquen soluciones, o al menos dar a conocer la realidad de lo que ocurre. Tenemos la sensación de estar completamente abandonados”, reza el informe del sindicato, “nuestro trabajo es un calvario y la motivación para llevarlo a cabo muy escasa”.
De igual modo, el sindicat