La UD Melilla se quitaba en la jornada de ayer un gran peso de encima al conseguir la primera victoria de la temporada. Han tenido que transcurrir seis partidos para que la escuadra azulina saboreara las mieles del triunfo y acabara con uno de los peores arranques ligueros de su historia. El Decano de la Segunda División B daba un paso al frente de cara a sus pretensiones y espera ya, con menos ansiedad, la visita del San Roque de Lepe ante el que buscará la continuidad en el juego que aún echa en falta y la identidad que se le supone.
Ambas escuadras llegaban al choque con la necesidad de puntuar y esa urgencia se hacía patente en los minutos iniciales de un partido que tuvo un tiempo para cada equipo. Pasado el primer cuarto de hora la UD Melilla se adueñaba de la parcela ancha en la que David Sánchez y Nando imponían su poderío en el centro, mientras que Chupe y Sufian trabajaban a destajo en las bandas. Currás, que había adelantado que habrían cambios en el once, apostó por ubicar a Nando en su posición natural y el sevillano no defraudó mientras formó parte de la medular, ya que en la segunda retrasó su posición hasta al eje de la zaga cuando Hamin tuvo que abandonar lesionado el terreno de juego siendo sustituido por un David Vázquez que resultó decisivo para el desenlace de la contienda.
Plata, ante la ausencia por lesión de Diego Cascón, fue otra de las novedades en el once. El de Albolote completaba un buen partido mientras las fuerzas le acompañaron sobre todo a la hora de jugar de espaldas a la portería; mientras que Pepe volvía a la titularidad después del desastre del domingo anterior en La Nueva Condomina.
Mención aparte merece la actuación de David Sánchez. El sevillano completaba un enorme partido en la zona ancha tanto en la faceta de construcción cuando el equipo tenía la pelota como en la de destrucción cuando el medio estaba en posesión de los verdiblancos.
Conexión unionista
La conexión David Sánchez-David Vázquez funcionó a la perfección en la jugada del gol, una auténtica obra maestra en su elaboración y ejecución. De igual modo sería injusto no destacar la buena actuación del meta Dani Barrio, quien evitó con sus intervenciones que de nuevo volara algún punto del Álvarez Claro.
Tras unos minutos de tanteo el Melilla comenzó a merodear con cierta frecuencia el área heliopolitana. Primero fue Mahanan el que rozó con la testa una falta botada por David Sánchez. Chupe, muy activo a lo largo del choque, no le fue a la zaga y lo intentó con un doble remate que primero despejó un defensor y después el meta verdiblanco Pedro.
Sufian probó también fortuna con un disparo a pase de Nacho Aznar que el arquero bético atajó sin apuros y poco después, al filo de la media hora de partido, fue Hamin el que a punto estuvo de desnivelar el electrónico con un remate forzado de cabeza que se perdió junto al palo izquierdo del portal andaluz.
En la recta final del primer acto, David Sánchez habilitó a Nacho Aznar quien se asoció con Plata y este le devolvió la pelota, pero el disparo del atacante melillense se encontró con una espectacular intervención de Pedro que evitó un gol cantado enviando el cuero a córner. Hubo tiempo todavía para la jugada polémica del encuentro. A falta de dos minutos para el asueto, los azulinos reclamaron una pena máxima sobre Nacho Aznar al considerar que el delantero local fue arrollado por el portero visitante en una acción cercana a la línea divisoria lateral del área que el árbitro finiquitó señalando falta a favor de los visitantes.
Tras el paso por los vestuarios el guión pareció no cambiar, pero fue el Betis B el que se hizo con las riendas del juego. El esfuerzo realizado en el primer tiempo comenzaba a pasar factura a los azulinos y los verdiblancos merodeaban con más peligro el área local. La escuadra de Juan Merino pudo adelantarse a los diez minutos de la reanudación tras el lanzamiento de un saque de esquina que Madrigal, totalmente solo, cabeceaba con intención, pero Dani Barrio sacaba una mano prodigiosa para evitar que el esférico se colara junto a la cepa del palo izquierdo de su portería.
Cambio de posiciones
Mahanan, ya como lateral derecho, finalizaba una de sus subidas con un disparo que acababa en córner después de golpear en un defensor. La réplica no se hizo esperar y en la siguiente acción Juanma conectaba un disparo seco que Barrio despejaba con dificultad. El asedio verdiblanco no daba respiro a la zaga unionista y tan solo un minuto después Abeledo realizaba una gran jugada individual y se plantaba en el borde del área desde donde conectaba un tremendo zapatazo que obligaba a Dani Barrio a emplearse a fondo para evitar el gol. De nuevo el meta unionista tenía que emplearse a fondo en la jugada posterior para enviar a saque de esquina una pelota que se colaba por la mismísima escuadra tras un disparo de Rayco que se envenenaba después de golpear en un defensa azulino.
La suerte de lado unionista
Pero una vez más el fútbol demostró por qué es imprevisible. Cuando mejor estaba el Betis B y peor lo estaba pasando la UD Melilla se pasaba del posible 0-1 al 1-0 que a la postre sería definitivo. Corría el minuto 82 cuando Juanma protagonizaba un contraataque visitante por la banda derecha y centraba al corazón del área donde Julio, totalmente solo en boca de gol, enviaba la pelota por encima del travesaño cuando lo más fácil era enviarla a la red. Y mientras la grada se reponía del susto y los aficionados se aflojaban el nudo de la corbata, llegaba la jugada del gol de la victoria. Una auténtica obra elaborada por dos artistas. David Vázquez daba pausa a un ataque local, levantaba la cabeza y retrasaba la pelota para David Sánchez, quien veía la diagonal trazada por el primero para devolverle el cuero con un pase milimétrico que el centrocampista madrileño controlaba casi dentro del área de meta y con una sangre fría impropia de un ser humano enviaba de tiro cruzado la pelota al fondo de las mallas verdiblancas. Un gol muy celebrado tanto en el campo como en la grada por lo que significaba y por su estética. Una de esas jugadas que justifican el pago de una entrada o de un abono para toda la temporada.
La UD Melilla supo tirar de manual para dormir lo que quedaba de partido y sumar tres puntos de oro y un triunfo que puede servir de punto de inflexión para escalar posiciones en la clasificación general del grupo IV de la Segunda División B.
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