La UD Melilla sigue viva en el grupo IV

El equipo azulino maniató a un líder sólido y rocoso durante buena parte de un partido intenso, marcado por el fuerte viento. El Melilla está a seis puntos de la salvación.

La UD Melilla demostró que quiere pelear hasta el final por mantener la categoría. Ayer, ante un rival rocoso y con hechuras de líder, completó un excelente primer tiempo y no perdió la compostura en el segundo cuando el Real Murcia puso sobre el verde a toda su artillería y contó con el viento a favor. Carlos Granero diseñó un partido muy táctico, trabajado durante la semana y llevado a cabo por sus hombres prácticamente al 100 %. Con línea de tres y los laterales adelantados, el técnico valenciano pobló la zona de creación con el objetivo de neutralizar el juego ofensivo del equipo granate y plantar batalla en el cuerpo a cuerpo para ganar las segundas jugadas. Intensidad, concentración, disciplina y esfuerzo generoso bastaron a los norteafricanos para superar durante buena parte del encuentro al equipo de José Manuel Aira. David Cubillas adelantó a los locales cuando apenas se había disputado un cuarto de hora de partido, y Chavero estableció el empate definitivo a falta de otro tanto para el final. En definitiva, reparto de puntos que viene a premiar el trabajo de uno y otro equipo en la pugna por conseguir objetivos tan diferentes como el ascenso de categoría o la permanencia en la misma. Además de la importancia de los puntos en juego y del interés por ver al líder del campeonato, la atención estaba centrada en si Granero hacía debutar a los recién llegados Alí Diakité y David Álvarez. Ambos formaron parte del once titular y los dos rayaron a un buen nivel en su primera comparecencia con la elástica azulina. La competencia ahora está garantizada. El nuevo técnico tenía ayer en el banquillo a jugadores como Nacho Aznar, Sufian, Sergio Díaz o Braim, y, en la grada, por decisión técnica, a otros como Bolaños o Borja López. Sin contar a Manolo y David Vázquez, quienes podrían incorporarse esta semana al trabajo de grupo. La primera mitad se jugó al ritmo que quiso la UD Melilla. El juego, marcado por el fuerte viento de Poniente, no fue vistoso. Los azulinos llevaron siempre la iniciativa en el juego. La fuerte presión realizada por los dos hombres de arriba y los del centro del campo hacía que el Murcia no se encontrar cómodo en ningún momento, mientras que la línea de atrás se mostraba sobria y segura como en los viejos tiempos. Diakité lo intentó desde frontal tras un saque desde el banderín de córner cuando apenas habían transcurridos cinco minutos de partido, pero Fernando atrapó la pelota con seguridad. Los norteafricanos verían premiado su empuje al cuarto de hora en una acción en la que tras un envío en largo Diego Cascón le ganó la partida a Satrústegui y conectó un disparo que se estrelló en el palo derecho de la portería murciana. El rechace fue a parar a los dominios de David Cubillas que solo tuvo que empujar la pelota para establecer el 1-0 en el electrónico. El Melilla se creció ante un Murcia que solo replicó pasada la media hora de juego con un disparo lejano de Azkorra al que Dani Barrio respondió con una gran parada enviando el cuero a saque de esquina. Raúl Chavet hizo gala de la fama de protagonista que le precedía. El trencilla expulsó a instancia de su asistente número uno al técnico Jose Manuel Aira y al delegado visitante Antonio Morote por hacer observaciones a sus decisiones. Aunque el colegiado andaluz no influyó para nada en el marcador. Con ventaja por la mínima en el marcador los azulinos se marcharon al descanso con la sensación del trabajo bien hecho, pero sabedores de que las tornas podrían cambiar en la reanudación. Y así fue. Los murcianos, ahora con el viento a favor, se hicieron con la iniciativa en el juego ante un equipo local que se defendió con mucho orden. Rafa fue el primero en intentarlo desde la frontal, pero sin éxito. Casi a renglón seguido era Azkorra el que cabeceaba flojo a las manos de Dani Barrio un centro desde la derecha de José Ruiz. Chupe levantó al público de sus asientos en la jugada posterior, pero el madrileño se adelantó en exceso la pelota y Fernando se abortó la ocasión. Al filo de la hora de partido el lateral zurdo Hordi Hostench enganchaba un impresionante zurdazo que se perdía muy cerca del travesaño del portal defendido por Dani Barrio, y Diakité respondía un cuarto de hora más tarde con un disparo lejano que se marchaba cerca del palo derecho de la meta pimentonera. Así hasta que, a falta de catorce minutos para el final, Isi se hacía con una pelota en banda derecha y centraba raso casi sobre la línea que delimita el área. Arturo, que acababa de entrar en sustitución de Rafa, dejaba pasar la pelota y Chavero conectaba un disparo raso y colocado que se colaba junto al palo derecho de la portería melillense para colocar la igualada en el marcador y que a la postre sería definitiva. Chavero pudo adelantar al líder en el tramo final del duelo, pero Dani Barrio se empleaba a fondo para despejar a córner una pelota que se colaba por su escuadra izquierda. De nuevo el meta azulino intervenía para despejar un disparo de Isi a pie cambiado desde el vértice izquierdo que el viento envenenó y ya, en tiempo de prolongación, el mismo protagonista dispuso de la última oportunidad del choque, pero disparaba flojo a las manos del meta unionista.

Aira: “En el choque ha habido una parte para cada equipo”

El entrenador del Real Murcia explicó el por qué fue expulsado por el colegiado malagueño Raúl Chavet. “Le dije que mirase más el juego y se fijase menos en lo que pasaba en el banquillo”. Sobre el partido valoró que sabían que iba a ser difícil y que el viento lo complicó aún más. “Ha habido una parte para cada equipo”, aseguró. “En el primer tiempo, hasta el gol, nosotros no habíamos entrado mal al partido. Creo que estábamos haciendo lo que tocaba. Con el viento en contra el balón estaba muy cerca de nuestra área, pero a través de la circulación éramos capaces de salir sin hacer demasiado peligro, es verdad, pero lo teníamos controlado. Ha llegado la acción del gol en una acción de falta de contundencia y, a partir de ahí, creo que en la segunda hemos tenido el control y el mando del partido como era previsible y hemos tenido ocasiones”.