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El equipo vallisoletano manejó a su antojo el partido desde los primeros compases tanto en defensa como ataque y nada pudieron hacer los jugadores melillenses en su visita al Polideportivo Pisuerga
El Melilla Baloncesto no fue rival en tierras vallisoletanas ante un Carramimbre Valladolid de dulce que manejó a su antojo el partido desde los primeros compases con un juego muy compacto y ante el que nada pudieron hacer los jugadores de la Ciudad Autónoma. Pese a que los de Alejandro Alcoba lo intentaron por todos sus medios tuvieron enfrente a uno de los grandes candidatos en la lucha por el playoff y acabaron naufragando en su visita al histórico Polideportivo Pisuerga (95-70). Los melillenses en ningún momento estuvieron dentro del partido y los pucelanos se aprovecharon a la perfección de esta circunstancia para sacar importantes ventajas desde el inicio del partido, lo que hizo inviable la posible remontada del conjunto dirigido por Alejandro Alcoba.
Como el mismo entrenador del Decano declaró en rueda de prensa, su equipo no está pasando por sus mejores momentos deportivos como así se está refrendando con los últimos resultados cosechados.
Mucho tendrá que cambiar la dinámica del Club Melilla Baloncesto durante estos próximos partidos para intentar llegar en plenitud de facultades físicas al inicio de los playoffs por el ascenso de categoría, aunque habrá que ver en que posición se clasifica finalmente.
De inicio, el Melilla saltó al parquet sin la intensidad necesaria para enfrentarse a un equipo que atraviesa por un gran momento de forma y que llegaba de vapulear al Cáceres en tierras extremeñas. Tanto es así que cuando apenas habían transcurrido tres minutos de juego los de Alejandro Alcoba ya caían por un contundente 12-2 en un mal arranque de partido para los de la Ciudad Autónoma.
Mientras que los vallisoletanos se mostraban intratables tanto en defensa como en ataque, el técnico del Decano se vio obligado a solicitar un tempranero tiempo muerto para intentar enderezar el rumbo de su equipo. Algo que sin embargo apenas tuvo incidencia en el juego de los melillenses, ya que el Carramimbre siguió a lo suyo con una eficacia poco habitual. De hecho, los locales finalizaron el primer cuarto con una renta de 18 puntos de ventaja ante un rival en el que sólo lograba mantener el tipo en la pintura Fran Guerra.
Tras un primer cuarto para olvidar para los jugadores visitantes, la segunda manga comenzó sin demasiadas variaciones y la renta local siguió aumentando con el paso de los minutos. Ni las rotaciones y ni los cambios tácticos sirvieron para mejorar las prestaciones sobre la cancha de quinteto de Melilla que poco podía hacer para frenar la exhibición vallisoletana y el gran nivel de los locales llegó a desquiciar a los jugadores visitantes con un marcador que mostraba fielmente las diferencias sobre el campo (50-24).
Tras el paso por vestuarios, los de Alejandro Alcoba volvieron algo más enchufados a la pista y con mejores sensaciones, aunque pronto quedaría patente que sólo se trataba de un espejismo. Y es que enfrente tenía a uno de los equipos más entonados del campeonato. Los de Paco García afrontan el tramo final de la temporada regular en su mejor momento del año y sus rivales se ven obligados a hacer el partido perfecto para hacer mella en el juego vallisoletano.
La sangría de puntos para los visitantes continuó en el tercer cuarto y nada parecía indicar que los jugadores del Melilla fueran capaces de evitar la hemorragia anotadora del Carramimbre Valladolid. Con una defensa poco contundente en el rebote los vallisoletanos se movían a sus anchas en ataque y las segundas jugadas locales fueron letales para que la ventaja pucelana no dejara de crecer en un final de partido para olvidar para los pupilos de Alejandro Alcoba. No había capacidad de reacción y los locales sentenciaban la contienda.
En los instantes finales del choque, los locales bajaron ligeramente la intensidad de su juego y vieron como el Melilla lo aprovechó para intentar maquillar una desventaja que por momentos había superado la treintena de puntos en contra de los intereses forasteros, siendo este último el único de los parciales que le fue favorable en el marcador a la escuadra de nuestra ciudad.
El encuentro llegó a su finalización con el claro resultado de 95-70 para los vallisoletanos que al contrario que los melillenses están llegando a este final de competición liguera con todos sus jugadores en plenitud de facultades.
Los melillenses, tras su llegada en la jornada de hoy, a nuestra ciudad tendrán que olvidarse cuanto antes de todo lo ocurriendo en este encuentro para centrarse únicamente en lo que tendrá que ocurrir el próximo fin de semana donde medirá sus fuerzas ante el segundo de los clasificados en esta Liga LEB Oro, el cuadro del CB Prat, en el pabellón Javier Imbroda.