El líder de la red que captaba yihadistas contactó en 2012 con una célula que fue desarticulada en Larui.
la supervisión de la Audiencia Nacional culminaron ayer con la desarticulación en Melilla, Málaga y Marruecos de una red que captaba yihadistas para hacer la guerra santa en Siria y Mali.
El Ministerio del Interior marroquí confirmó ayer que las siete detenciones practicadas en Melilla (tres), Málaga (uno) y Larui (tres) son la continuidad de una operación policial que empezó en 2010 y continuó en junio del año pasado en Ceuta y Marruecos. Entonces hubo ocho personas arrestadas.
Los agentes llevaban tiempo tras el rastro del líder de la organización, Mustafa Maya Amaya, detenido ayer en La Cañada de Hidum. Sabían que “había acumulado amplias relaciones con extremistas marroquíes y extranjeros”, y que residió durante un tiempo en Larui, donde entró en contacto con una célula que fue desmantelada en noviembre de 2012, especializada en el envío de combatientes a la guerra de Mali.
Aquella célula de ocho miembros se hacía llamar Ansar al Charia fil Magreb islami (partidarios de la Charia en el Magreb islámico), y al detenerlos se puso de relieve que, además del envío de combatientes a Mali, planeaban atentados contra sitios estratégicos, sedes de los servicios de seguridad y destinos turísticos en varias ciudades de Marruecos.
A finales de enero pasado, otra célula yihadista fue desmantelada en seis ciudades de Marruecos, y también en aquel caso estaba dirigida por un español (en este caso de origen cristiano y convertido al Islam) con una larga experiencia en el Ejército, donde había servido durante varios años y había participado en la misión española en la guerra de Irak.
La operación en la que fue apresado el ex militar yihadista dio como resultado la detención de una veintena de individuos en seis ciudades de Marruecos: Nador (donde residía el español tras salir del Ejército), Tetuán, Taza, Alhucemas, Fez y Marraquech.
Contra Rabat y sus aliados
El Ministerio marroquí del Interior aseguró ayer que los desmantelamientos de comandos terroristas confirman “la insistencia de Al Qaeda y sus grupos afiliados en poner como objetivo la estabilidad del país y de sus aliados”.
Para Rabat, hay un objetivo no declarado” de Al Qaeda, que es “movilizar a combatientes que vuelvan al territorio nacional a perpetrar atentados terroristas”.
La pasada semana, el director General de la Policía, Ignacio Cosidó, participó en Marruecos en un seminario bilateral sobre el combate al radicalismo islamista, que definió como “un peligro para nuestras sociedades”.
Cosidó agradeció a Rabat la colaboración mostrada para combatir al terrorismo y al crimen organizado, aunque la cooperación nunca se había manifestado de forma tan estrecha como quedó evidenciado ayer.
A los servicios de inteligencia españoles y marroquíes no les cogió de sorpresa la existencia de la red de reclutamiento de yihadistas en Melilla y alrededores porque ya barajaban la posibilidad de que la ciudad acogiera a células radicales. De hecho, El Faro publicó esos temores hace unos días.
Una organización que colaboraba con el terrorismo
La red desarticulada ayer en Melilla, Málaga y Marruecos enviaba terroristas a Siria y Mali para colaborar con tres organizaciones cercanas a Al Qaeda. Se trata de una operación iniciada en 2010 bajo la supervisión del titular del Juzgado Central de Instrucción número dos de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno. Las detenciones se hicieron inminentes al detectarse a dos activistas a punto de partir a Siria.