Driss lleva más de 40 años con su tapicería. Su cometido fundamental es confeccionar piezas de mobiliario que resulten confortables para sentarse y agradable a tu vista.
Tapicería y Toldos Driss es una de las pocas que quedan ya en Melilla, porque, como él dice, “a la gente le gusta comprar las cosas ya hechas y muy pocas personas compran ya cosas artesanas”.
A su tienda, situada en el Mercado Central, sólo van los vecinos. “La cosa aquí está flojilla”, lamenta. Un sofá, un tresillo, un bolso, una cortina, un toldo para una terraza o para un local de negocio. Eso es básicamente lo que le encargan, cuando se da el caso, porque asegura que recibe un encargo cada semana si la cosa va bien o cada dos si no hay tanta suerte. Alrededor de diez o doce días le lleva a Driss hacer los pedidos.
Vistos los tiempos, este tendero asegura que apenas puede subsistir con el negocio y manda un mensaje a la Ciudad Autónoma para que lo ayuden a él y revitalicen en la medida de lo posible un Mercado Central que se encuentra ahora mismo “fatal”, porque, si la gente volviera a comprar allí, Driss cree que también mejorarían sus ventas.
“Tendríamos más negocio. Más trabajo. Cogeríamos más clientes. Es que es muy poca gente la que entra al Mercado. Ahora mismo el Mercado está fatal. La mayor parte de los puestos están cerrados. Ya lo ha visto usted: como no hay negocio, todo el mundo cierra. Eso es lo que pasa”. Ahí queda eso.