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La suerte llama por tercera vez

Fernando Pareja Montilla vendió el domingo un cupón agraciado con 25.000 euros en el quiosco de la plaza Menéndez Pelayo. El lotero ya había dado otros dos premios en sus diez años de profesión en Melilla.

La suerte cayó el domingo en Melilla de la mano de Fernando Pareja Montilla. El vendedor de cupones de la ONCE hizo suya esa frase que tanto se ha escuchado en las últimas semanas y que forma parte del refranero popular de que “no hay dos sin tres”, y otorgó su tercer premio desde que comenzó en esta profesión hace ya diez años. El comprador, cuya identidad no quiso desvelar Pareja, acudió al quiosco de la ONCE que hay frente a la iglesia del Sagrado Corazón el domingo por la mañana, con la clara intención de adquirir un número terminado en 76 y tuvo buena intuición. Pareja explicó, en declaraciones a El Faro, que se trataba de un cupón de T.P.V., es decir, un décimo que el vendedor no tiene físicamente sino que se consigue a través de un dispositivo automático y que permite a los compradores elegir el número que deseen. Para este vendedor, que volvió a su Melilla natal hace algo más de una década y comenzó a trabajar en la ONCE, dar un premio “es una gran alegría”. Pareja, que conoció la buena noticia gracias a un compañero que también dio un premio hace poco más de un mes, señalaba ayer que aún estaba nervioso con la noticia. “Lo que quiere un vendedor de lotería es dar premios, sobre todo a sus clientes más habituales y cuando lo consigues, sientes una gran satisfacción”. La otra cara de la moneda, apuntó Pareja, es cuando devuelven un número premiado, algo que según dijo, afortunadamente sólo le ha ocurrido una vez, o cuando un comprador rechaza la suerte. “Me ha pasado en varias ocasiones que le haya ofrecido un número a alguien y lo haya rechazado porque creía que es feo o por una intuición equivocada”. Sin embargo, señaló el vendedor, en realidad no hay números feos, porque cualquiera puede tocar. El mayor premio que ha dado este vendedor ambulante de cupones fue de 100.000 euros. Pareja aún recuerda la terminación, el 94, y que en aquella ocasión el dinero se repartió entre cuatro personas. El 79 fue el segundo cupón agraciado que salió de las manos de este melillense al que se puede encontrar de miércoles a viernes frente al centro de salud de Alfonso XIII y el plaza Gota Redona, así como en el quiosco del mercado del barrio del Real los sábados y en el de la plaza Menéndez Pelayo los domingos. Las casualidades de la vida han querido además, según indicó Pareja, que todos los premios que ha vendido hasta ahora hayan sido precisamente con números de T.P.V., a pesar de que indica que hay muchas personas que aún son reticentes a adquirir sus cupones mediante esta tecnología. Y es que, según apuntó el vendedor, todavía son muchos los que prefieren el cupón de toda la vida, aunque esta lotería, que lleva impreso un código de barras y la identificación del lotero, con su nombre y su DNI, es exactamente igual que un décimo de los de siempre y permite a los jugadores elegir cuál es exactamente el número que desean. No obstante, y continuando con el refranero, en su caso también se cumple aquello de “en casa de herrero, cuchara de palo”. Y es que, según aseguró el lotero, él nunca ha ganado ningún premio en la lotería. Sólo su mujer, María, tuvo la suerte de conseguir una vez 600 euros, una cantidad, no obstante, muy lejana a la que dio el pasado domingo. “Pasan tantos números por tus manos todos los días, que al final casi nunca te quedas con ninguno, aunque para nosotros lo más importante es seguir dando premios a nuestros clientes”, aseguró el lotero. Así, explicó que, como la mayoría de sus compañeros de profesión, sólo compran cupones en ocasiones especiales, lo que hace que, al contrario de lo que pueda parecer, no sea habitual que ellos sean agraciados con algún premio, indicó el melillense. Pero la intención de este lotero, uno de los más antiguos de los que venden en la zona centro de la ciudad, es continuar repartiendo suerte entre sus vecinos. Para eso, Pareja no duda en animar a los melillenses a que compren lotería y les recuerda que aunque parezca mentira, a veces la suerte sonríe cuando uno menos lo espera. “Lo que es seguro es que el que nunca juega a la lotería, nunca puede ganar”, apuntó este repartidor de fortuna. “Con la que está cayendo darle a alguien 25.000 euros supone una gran alegría”, concluyó Pareja, que espera que después de tercero, la diosa Fortuna continúe sonriéndole a él y sobre todo a los melillenses que lo elijan para comprar sus números de la suerte.

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