El presidente de la Ciudad, Eduardo de Castro, se ha pasado tres años de esta legislatura haciéndose el muerto para ver el entierro que le hacen. De un tiempo para acá, ha cambiado su perfil bajo por el de quiero y no puedo.
Hay que admitir que De Castro ha ganado confianza en cuanto ha tenido la certeza de que puede ganar su pulso con Cs por la expulsión del partido, que él recurrió en los juzgados. Pero, sobre todo, cuando entendió que pese a los rifirrafes mediáticos CpM y PSOE tienen intención de acabar la legislatura o al menos de seguir juntos hasta aprobar los presupuestos de 2023, lo que neutraliza la espada de Damocles que ha pendido sobre su cabeza desde que ocupa el cargo.
Mientras sus socios de Gobierno se desgastan en contradicciones, él se ha echado en el bolsillo a estrellitas varias, entre las que se cuentan rebeldes del PP y todo aquel que escucha y da crédito a su poder marchito.
Dicho de otro modo, De Castro intenta resucitar y entre los pocos militantes que le quedan a Ciudadanos en Melilla nos aseguran que el presidente está detrás de la candidatura a compromisario que ha presentado José Robles Benet.
Para salir de dudas, hemos preguntado directamente a Robles, pero él, aunque admite que es amigo de De Castro y que habla con el 'presi' de temas personales, niega que se presente para garantizar que éste se haga con el control del partido que le expulsó y niega también haberle comentado su deseo de ser compromisario. Básicamente dice que se presenta por inspiración propia y porque quiere saber "cómo está la cosa aquí". O sea, cuántos militantes quedan en activo en la formación. ¿Para qué? No suelta prenda.
No tiene claro, si sale de compromisario a quién votará en la VI Asamblea General que se celebrará en Madrid los días 13, 14 y 15 de enero que, en principio, enfrentará las candidaturas de Inés Arrimadas y Edmundo Bal si no se consigue llegar a un consenso y sacar una lista de unidad.
Arrimadas expulsó a De Castro de Ciudadanos. Bal tiene el apoyo de Francisco Igea, el líder del partido en Castilla y León, que le disputó la presidencia de Cs a Arrimadas y perdió en las primarias. De Castro apoyó a Igea en ese enfrentamiento. Si él está detrás de Robles, ya sabemos por dónde van los tiros.
La candidatura de Robles ha sorprendido a los pocos que quedan en Ciudadanos Melilla porque aseguran que él nunca ha mostrado ningún interés por colocarse al frente de nada ni ha sido especialmente activo. Además, porque tiene el sambenito de ser cercano al presidente.
Robles asegura que solo quiere un partido democrático, muy liberal, con una regeneración al 100%, en el que "no salgan cositas raras".
Nos ha dicho con todas las letras: "Yo ahora mismo no soy el tapado. ¿Que voy de cabeza de turco? Eso no es real", aseguró en declaraciones a El Faro.
También nos dijo que no tiene las ideas claras todavía y por eso espera, si consigue ganar, aclararse un poco una vez esté en Madrid. Lo hará pensando en qué le conviene más a Melilla.
Robles no cree que en Ciudadanos a día de hoy queden solo 10 militantes como apuntan los rumores. "No es que seamos muchos, pero en principio estamos bien. Aunque muchos compañeros y amigos se han dado de baja, lo veo bien", dijo pese a no tener acceso a la base de datos de la afiliación.
En definitiva, José Robles enfrentará su candidatura como compromisario a la de Rosa Cuevas, ex directora de Protocolo de la Ciudad Autónoma, nombrada por De Castro al inicio de la legislatura, que dimitió harta del presidente y volvió a la docencia.
Rosa Cuevas tiene claro que apoyará a Arrimadas. Ella entró en política con el PPL de Ignacio Velázquez y llegó a ser diputada junto a Julio Liarte en una legislatura. Luego pasó lo que pasó: Paz Velázquez apoyó a Imbroda, disolvió PPL y se integró en el PP. Cuevas dice que se sintió utilizada y dolida y que por eso se marchó.
Pero como le gusta la política, se afilió a Ciudadanos, un partido que ella ve liberal y de centro, que le atrajo. Entró en la formación cuando De Castro era el coordinador regional y por aquella época le parecía que era un hombre que aglutinaba a profesores y a destacados profesionales de Melilla. El proyecto le pareció "ilusionador" y llegó a pensar que era algo nuevo.
Entonces se dio de bruces con la dimisión de Albert Rivera y el declive de la formación a la que a día de hoy las encuestas le dan uno o ningún diputado en el Congreso.
Cuando llegó el momento de entrar en el tripartito, Rosa Cuevas asegura que creyó que De Castro actuaba con el beneplácito de la Dirección Nacional del partido, pero no era así. No obstante, ella entró en el Gobierno, ilusionada por el cambio tras 20 años de PP en Melilla.
Pronto, asegura, se dio cuenta de que De Castro "es insoportable e inaguantable". "Me tuvo apartada durante mucho tiempo", recuerda. Por eso decidió irse.
Pero tras recibir los correos de Ciudadanos informando de que se elegirán a los compromisarios para ir a la Asamblea de enero, decidió presentarse. Al ver que José Robles también opta al puesto, lo llamó y habló con él y éste le dijo lo mismo que dijo a El Faro, que se presenta para ver cuántos quedan en el partido.
Rosa Cuevas no se anduvo por las ramas y le preguntó directamente si lo había llamado De Castro para presentarse. Robles le dijo que no, pero admitió que se ha visto recientemente con el presidente para hablar de temas personales.
A ella no le gusta nada que De Castro vuelva a coger las riendas de un partido cuya sede no se utilizó para nada durante su mandato. También por la ingratitud que cree que éste mostró tras las elecciones con los militantes que se dejaron la piel apoyando al partido cuando no había ningún cargo que repartirse.
Nadie en el partido entendió que diera a Hayda Ramos un puesto en Televisión Melilla, además de ser la responsable de prensa de la Ciudad. ¿Por qué la deferencia con ella? Por cierto, ¿dónde está a día de hoy? ¿Alguien sabe qué fue de la responsable de Comunicación y mano derecha del presidente?
Rosa Cuevas cree que Ciudadanos aún tiene futuro. A ella le gustaría una candidatura de unidad en Madrid, pero admite que es más de Inés Arrimadas. "Ha tenido sus fallos, pero me gusta para llevar el partido", dice además de lamentar que Begoña Villacís, la vicealcaldesa de Madrid, no dé el paso a presentarse.
"No doy por perdido a Ciudadanos en Melilla", añade.
Hasta este 15 de diciembre no se sabrá quién irá de compromisario por la ciudad a la Asamblea de Madrid: Rosa Cuevas, apoyada por el empresario Sergio Martínez, defensor e incondicional del partido liberal, o José Robles, bajo sospecha de contar con el apoyo de De Castro. Quedan los últimos mohicanos y no logran ponerse de acuerdo entre ellos. El partido lleva años reventado por dentro y aún hay disputas por las migajas.
De momento, entre la militancia se ha extendido el rumor de que De Castro quiere mover los hilos de Ciudadanos en Melilla y lo quiere hacer, de momento, desde la sombra. Dicen que le ha cogido el gustillo al poder y no quiere jubilarse después de haber tenido una legislatura para demostrar que la gestión pública no es su fuerte.
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