La Selectividad arranca con nervios, pocas sorpresas y ningún incidente

l Un total de 359 (de los 361 citados) se examinó ayer de los primeros exámenes en Melilla.

La primera jornada de la Selectividad transcurrió sin incidencias en el Campus de Melilla de la Universidad de Granada. Sólo dos de los 361 alumnos que tenían que presentarse ayer a las pruebas no acudieron finalmente al examen. El resto llegó a las 7:30 horas para presentar la documentación antes de que comenzaran las pruebas.
Los nervios fueron un año más los protagonistas a primera hora de la mañana. Tal y como aseguró en declaraciones a El Faro uno de los docentes que se encargaba de vigilar el examen, Diego Navarrete, el ambiente previo a estas pruebas es algo que no cambia con el paso de los años.
Los alumnos, la mayoría por primera vez, se dieron cita a las puertas del Aulario del Campus. Entre los estudiantes había un poco de todo. Los había que preferían charlar con los amigos de algo que poco tuviera que ver con los exámenes, otros que aprovechaban para resolver las dudas de última hora con compañeros o docentes que subieron a acompañarlos y algunos que optaron por alejarse de la multitud y esperar en soledad que se abrieran las puertas del aula.
Una vez que los jóvenes comprobaron dónde tenían que realizar su prueba, comenzó la entrada a las clases, en la que los nervios y la ansiedad de los aspirantes a universitarios chocaba de frente con el intento de los docentes de que se mantuviera la calma en el centro y cada uno fuera poco a poco tomando asiento y recogiendo los códigos de barras con los que tendrían que identificar su examen.
A las 8:30 horas ya no había marcha atrás. Al mismo tiempo que en las ocho provincias andaluzas, Ceuta y los institutos españoles de Marruecos, en Melilla los profesores encargados de vigilar a los estudiantes abrían los sobres, precintados hasta ese momento, para sacar los exámenes y repartir por fin suerte.
Si minutos antes el bullicio era el protagonista, en ese momento el silencio y las miradas en busca de algún compañero cómplice que lograra tranquilizar los pocos segundos que ya quedaban de espera, se convirtieron en la tónica general.
Los docentes repartieron entonces las pruebas y las caras comenzaron a mostrar la alegría o la decepción.En el primer ejercicio, consistente en un comentario de texto relacionado con la Lengua Castellana y la Literatura, los estudiantes podían optar entre un fragmento de la obra teatral de Valle Inclán ‘Luces de Bohemia’, y un texto de ‘Los girasoles ciegos’ de Alberto Méndez. Este año no hubo ni poesía ni textos periodísticos, tal y como esperaba la mayoría de los estudiantes melillenses.
Una hora y media después de este primer examen llegaba el primer descanso de 45 minutos y los alumnos comenzaban ya a respirar después de comprobar que, tal y como les habían aseguradoo las pruebas no eran tan duras como ellos podían imaginar.
En  el segundo examen, los estudiantes debían escoger entre examinarse de Historia de la Filosofía o Historia de España. Llos que optaron por la primera posibilidad, tenían entre sus dos opciones un texto de Nietzsche, tomado de ‘El crepúsculo de los ídolo’, y otro extraído del ‘Manuscritos de Economía y Filosofía’ escrito por Karl Marx.
Por su parte, los que se optaron por al examen de Historia de España se les ofreció la posibilidad de escoger entre la opción A, con el tema 'La Guerra de la Independencia y los comienzos de la revolución liberal. La Constitución de 1812' y dos documentos a comentar y contextualizar, ‘Murat informa a Napoleón de los sucesos del 2 de mayo’ y una imagen sobre los miembros de las Cortes de Cádiz. La opción B, cuya temática se centraba en ‘La sublevación militar y Guerra Civil (1936-1939’, incluía un extracto de la ‘Carta colectiva del episcopado español sobre la guerra (1 de julio de 1937)’, y dos documentos fotográficos: la entrega de fusiles a la población de Madrid por el Gobierno de la República, por un lado, y los generales Franco, Mola y Cavalcanti en Burgos, por el otro.
La última prueba del día fue la de lengua extranjera, donde los alumnos tenían varias preguntas relativas a un texto escrito en el idioma por el que ellos habían optado este curso.
A las 14:30 horas, los 359 estudiantes habían concluido ya su primera jornada de exámenes, con una sensación generalizada de optimismo. En nuestra ciudad el año pasado aprobó en junio casi el 88% de los alumnos que se presentó a las pruebas, una tendencia que se repite en todo el país. Algunos lograrán acceder a la carrera que querían y otros tendrán que buscar una segunda opción. Sea como sea, para la mayoría estos exámenes marcarán en gran parte su futuro profesional y personal. Aún quedan dos días para concluir los exámenes y poder disfrutar del verano más largo de su vida académica y laboral.

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