Este documento certificaba la aportación que la familia de la novia entregaba en el momento del matrimonio. Algunas de ellas pueden verse en el Hospital del Rey hasta el 16 de junio.
Melilla celebró ayer por primera vez el Día Internacional de los Archivos. Para ello, se inauguró una exposición en la que se podrán ver 17 cartas de dote del siglo XVIII que se conservan en esta entidad. Unos documentos que certificaban el matrimonio y en el que se detallaban las aportaciones de la novia a su enlace, lo que le permitía asegurarse su futuro y no tener una gran dependencia económica de su marido.
La consejera de Cultura, Simi Chocrón, destacó en la apertura de esta muestra la importancia de celebrar el Día de los Archivos, ya que son entidades que contienen la historia de la ciudad.
Puertas abiertas
Además de la exposición, el Archivo de Melilla ofrecerá una jornada de puertas abiertas hasta el día 16 en horario de 10:00 a 13:00 horas, y se permitirán visitas para ver cómo se desarrolla el trabajo diario.
Chocrón destacó que la exposición titulada ‘Las cartas de dote del siglo XVIII’ contenía algunas originales y otras se han trascrito para que todo el público pueda leer su contenido. También se podrán ver réplicas, unas vitrinas con libros de la época y las ilustraciones de los vestidos de esas mujeres del siglo XVIII confeccionadas por María Cobreros Rico. También se han realizado para esta ocasión unos cuadernillos donde se explica qué es una dote y unas postales con datos sobre la exposición y la historia de estos documentos.
La consejera también destacó la colaboración de Teresa Cobreros Rico, quien ha diseñado el cartel anunciador de este día.
La consejera de Cultura realizó hincapié en que esta muestra resulta curiosa y que además de permitir conocer una parte de la historia de la ciudad, aporta datos sobre mujeres importantes de la época, como María de Alcalá.
Sin dote no hay matrimonio
“Si la mujer se quería casar, tenía que llevar una dote”, explicó Chocrón, quien apuntó que en las cartas se pueden leer que aportaban todo tipo de objetos de la casa, joyas y utensilios, que están cuantificados y que tienen marcado su valor.
La ayudante del Archivo Histórico de la Ciudad, Isabel Migallón, animó a todos los melillenses a subir al Hospital del Rey, “ya que no siempre se tiene la posibilidad de ver documentos originales que no hablan de guerras, pero que permite recrear la vida cotidiana de la Melilla del siglo XVIII a través de las cartas de dote”.
Así, informó de que en estos documentos se puede ver el estatus social de las familias, ya hay mujeres que aportan 2.000 reales de bellón y otras 90.000. Un dato que permitía saber el estado económico de la ciudad.
Sobre las mujeres que recibieron esta dote, Migallón comentó que la mayoría hicieron su vida en Melilla, otras sólo estuvieron algún tiempo, pero que en común tenían que se casaron en la ciudad y realizaron sus cartas de dote aquí, a excepción de dos documentos, que son cartas realizadas por confinados y desterrados en la ciudad, y que fueron otorgadas y que hacen referencia a dos mujeres que no estaban en Melilla.
¿Por qué era tan importante la dote? “Era fundamental porque sino no había matrimonio. Normalmente, se dotaba antes del matrimonio, aunque hay casos que se hace con posterioridad y era una forma de darle legalidad al matrimonio”, explicó Migallón.
Con posterioridad a la promesa de matrimonio
Las cartas de dote son, junto con los testamentos e inventarios de bienes, elementos fundamentales en los archivos para poder conocer cómo era la situación económica de la época.
Este documento se realizaba en presencia de un escribano con posterioridad a la promesa de matrimonio, y generalmente antes de desposarse. Su valor era el de un contrato ya que se a modo de inventario recogía los bienes que se entregaban a los contrayentes en el que se especificaba la cuantía y el valor de todo.
El Archivo Histórico de Melilla cuenta con un buen número de cartas de dote del siglo XVIII, escritas en lenguaje formal y en la que aparecen los nombres de los padres y la mujer que se beneficia de esta aportación.
Uno de los aspectos que gustaba resaltar por algunos de los otorgantes era que quedara constancia de la virginidad y la honestidad de las futuras esposas, y en otros casos, de la limpieza de sangre, es decir, que se acreditaban que varias generaciones anteriores también eran cristianas.
Algunas de las mujeres que recibieron estas dotes fueron María Ramírez, Juana López de la Mota, Adriana Vergara Amoroso y María Teresa López.
El matrimonio y la mujer de Melilla en el siglo XVIII
Enmarcado también en el Día Internacional de los Archivos, se está terminando la elaboración de una publicación bajo el título 'Mujer y matrimonio en la Melilla del siglo XVIII: las escrituras o cartas de dote' y que está escrito por Isabel Migallón. Una obra que se presentará en breve.
Qué es
La dote es la aportación de la mujer al matrimonio o que adquiere tras él. Era proporcional al estatus de la familia del novio, quien podía administrarlo. En caso de repudio, separación o divorcio se devuelve a la familia de la novia. Era un medio de subsistencia en caso de enviudar
Derecho romano
La ‘dos’ era una donación especial que la mujer hacía al marido, con el fin de contribuir a las cargas económicas que suponía la vida matrimonial
Una obligación
Teodosio I permitió la legislación de la llamada ‘Constitución Feminae’ en el año 382 y a partir de Justiniano I la constitución de la dote se convirtió en una obligación legal, ya que hasta entonces era de índole honorífica o moral
La Reconquista
En los primeros siglos de la Reconquista se mantuvo el uso de la ‘dote ex marito’, añadiéndose también la denominación de ‘arras’.
Alfonso X
La aportación de Alfonso X El Sabio fue reflejar las principales disposiciones en materia de donaciones esponsalicias
Un obstáculo
La ‘Enciclopedi’ defendía la importancia del amor en el matrimonio y, por tanto, la dote podía constituir un obstáculo para la felicidad matrimonial