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La segunda fase de las obras de García Margallo provocan malestar entre los comerciantes

La segunda fase de las obras de la calle General García Margallo, que se vienen ejecutando dentro del conjunto de reformas que la Ciudad Autónoma ideó para el barrio del Rastro, comenzó hace varios días y se extenderá durante los próximos cuatro meses. Esta fase se sitúa entre el cruce con las calles Comisario Valero y Alférez Sanz.

Esta situación provoca un cierto malestar entre los comerciantes de esta calle, pues a los ruidos y suciedad que provocan estos trabajos se añade los más de cinco meses desde que comenzaron las obras y que, como consecuencia, han provocado una clara bajada en las ventas.

El Faro se ha trasladado a García Margallo para preguntar a los comerciantes, cuyos negocios se ubican en la zona de esta segunda fase, cómo están llevando esta situación y si consideran necesarios estos trabajos.

Testimonios

Los comerciantes que conversaron con este medio coincidieron en destacar que las obras estaban afectando de forma negativa a sus negocios, hablando de las pérdidas que venían registrando. Además, también hicieron referencia a los ruidos y suciedad que estos trabajos conllevan y el malestar que les están provocando.

Fatima, encargada de la panadería de la esquina con Comisario Valero, denunció una situación "horrible" por los ruidos y la suciedad. El comienzo de las obras el pasado mes de septiembre afectaron a su negocio, pero ha sido el comienzo de esta segunda fase lo que les están provocando mayores quebraderos de cabeza. "El negocio ha bajado demasiado, sobre todo por la falta de aparcamiento", lamentó.

Los responsables de estos trabajos, de los que Fatima dijo desconocer el motivo, les hablaron de un plazo de cinco meses de duración.

Un comerciante que prefirió no dar su nombre habló de grandes pérdidas en su negocio desde que comenzó esta segunda fase. Tampoco se olvidó del malestar que le estaban provocando personalmente los ruidos y dijo confiar en futuras ayudas. "Si no nos ayudan, nos acabarán hundiendo".

Por otro lado, Mimon y su hijo Yesin, de la carnicería El Encuentro II manifestaron un bajón repentino en las ventas desde que cerraron al tráfico el tramo de la calle. Pese a que los trabajos comenzaron en septiembre, Yesin afirmó que en este negocio no se vieron especialmente afectados, debido a que los vehículos podían circular por esta zona.

"Esto tendría que estar lleno y mira como está, totalmente vacío", subrayó.

El miedo de padre e hijo es que estos trabajos sean como los de García Cabrelles y duren más de un año.

"Demasiados comercios han cerrado abajo. Antes subían y nos preguntaban pero no notábamos nada, ahora sabemos como se sienten", dijo Yesin.

Ambos dijeron que podrían aguantar el plazo de cuatro meses de duración que los responsables de las obras les han comunicado, pero no más tiempo. "Más de cuatro meses y ya nos matan", denunció.

Por último, destacaron que el sufrimiento y las pérdidas valdrán la pena si la finalmente mejora la accesibilidad y aumenta el turismo en la zona. "Si no, que no las hagan".

Obras

La asociación de comerciantes del Rastro Cepromel, viene reivindicando en los últimos tiempos una línea de ayudas para los afectados por las obras en este barrio melillense. Algo a lo que se han unido distintas formaciones políticas de nuestra ciudad, como es el caso del Partido Socialista o Somos Melilla.

Pese a que se realizó un estudio para minimizar las molestias, las obras en General Margallo han provocado numerosas consecuencias negativas para los comerciantes.

Es necesario recordar la situación de los más de 60 comerciantes ambulantes que estaban instalados en dicha calle, una ubicación que fue adjudicada por la antigua Consejería de Medio Ambiente para hacer frente a las necesidades demandadas por la cooperativa del mercadillo y los propios comerciantes.

En la actualidad, el mercadillo dispone de dos nuevas ubicaciones en la ciudad, la calle García Cabrelles, los martes y jueves y la explanada junto al estadio Álvarez Claro en lunes y miércoles. Esta situación se mantendrán en principio hasta que las obras de General Margallo concluyan y se abra al público.

Asimismo, estos trabajos se enfrentaron a las críticas de las asociaciones ecologistas como el caso de Guelaya, quienes recogieron las quejas de comerciantes y vecinos para criticar la ausencia de árboles en el proyecto de las obras. Finalmente, la Consejería accedió y ha situado numerosos alcorques para una futura plantación de árboles en esta vía del barrio del Rastro.

Antecedentes

Las obras de García Margallo comenzaron el pasado 15 de septiembre. La Consejería de Medio Ambiente y Naturaleza llevó a cabo para este proyecto un estudio detallado para, según dijeron, producir las mínimas molestias tanto a vecinos como a los ciudadanos que transitan por esta calle.

Estos trabajos se han planificado para acometerlos en cinco fases, con una duración máxima de cuatro meses para cada una. La Administración trató de retrasar estas obras. No obstante, el ex consejero, Manuel Ángel Quevedo manifestó la imposibilidad del aplazamiento, debido a que los Fondos Europeos obligaban a invertir los 3,2 millones de euros que se destinaron a estos trabajos. Quevedo afirmó que de no haberse comenzado los trabajos, habría que haber devuelto esta suma, con la consiguiente indemnización al contratista.

La primera fase, ubicada en la entrada de la calle, está a punto de concluir. Para las próximas fases, se irán avanzando los trabajos a lo largo de esta vía.

Posteriormente, en las fases siguientes se plantea desdoblar la calle Gran Capitán para que sea en doble sentido y así el tráfico llegue a toda la zona de Martínez Campos, calle Toledo, Comandante Haya. De esta manera, el ex consejero de Medio Ambiente dijo esperar que esta situación afectase al menor número de comercios y vecinos posible.

Una vez finalicen estos trabajos, el objetivo es que General García Margallo luzca completamente distinta y se muestre de forma similar al centro de nuestra ciudad. Desde la Consejería se ha pensado que las aceras sean más amplias, haya pasos elevados para los peatones y mejore la recogida de aguas fecales y pluviales.

La portavoz del Gobierno, Fadela Mohatar, ya declaró que estos trabajos unidos a los de Garcia Cabrelles, harán que el barrio del Rastro se modernice en sintonía con los planes que la Ciudad Autónoma tiene para la zona. La intención definitiva es regenerar el Rastro y convertirlo en un barrio patrimonial, según afirmó.

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