EL secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, negó ayer “rotundamente” que la entrada a Melilla de más de 450 inmigrantes en los últimos once días se deba a la pasividad de los agentes de la Guardia Civil de la ciudad ante los asaltos a la valla. Probablemente respondiera así porque la periodista que le entrevistó le preguntó en esos términos. Lo cierto es que el rumor existía desde hace días y ya era hora de que alguien saliera a decir que no es cierto.
Lo está pasando es que los guardias civiles de Melilla están cumpliendo la ley a rajatabla porque tras lo sucedido en Ceuta el pasado día 6, cuando 15 inmigrantes perdieron la vida ahogados o aplastados en El Tarajal, se han dado cuenta de que ningún mando ha dado un paso al frente para asumir responsabilidades. Los que salen en los vídeos de las televisiones nacionales son los agentes que, a nadie se le olvide, cumplían órdenes de sus superiores.
El número dos de Interior también exigió ayer más apoyo de la Unión Europea para “agilizar” la colaboración con Marruecos en temas migratorios. Traduciendo al castellano de a pie, vino a decir que algo tendrá que decir Marruecos sobre las avalanchas en el perímetro fronterizo de Melilla.
Para sorpresa de los mortales, Francisco Martínez, pese al halo de discreción que le rodea, se desmarcó ayer del discurso azucarado del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que, cada vez que puede, echa un ramo de flores sobre la “omnicomprensiva” relación hispano-marroquí.
Tampoco es que el número dos de Interior pusiera a Marruecos a caldo, pero el caso es que dijo que hay que “agilizar” una relación que es buena a secas.
Las loas de tiempos pasados han quedado en ese sencillo “buenas” que, por cierto, se ajusta más a la realidad. Al menos, a la realidad que vivimos los melillenses.
El secretario de Estado de Seguridad se pronunció además ayer sobre la necesidad de que Europa arrime el hombre para acometer mejoras en infraestructuras. ¿Se refiere a que la UE debe poner dinero para que Melilla tenga paso fronterizos decentes en Barrio Chino y Farhana?
Pero ayer no fue únicamente el secretario de Estado de Seguridad el único que le pegó un tirón de orejas a la Unión Europea. También lo hicieron, y en términos duros, la senadora del PP por Melilla, Mari Carmen Dueñas, y la eurodiputada popular Teresa Jiménez-Becerril. La primera dijo tal cual que Europa no puede seguir mirando para otro lado con el tema de la inmigración en Melilla. La segunda lanzó un dardo al corazón de la Comisión Europea a la que acusó de ser lenta y poco eficaz. Parece que no, pero vamos avanzando.
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