El sindicato dice que la responsable del área no dio “ni esperanzas ni soluciones” a las reivindicaciones.
La Unión General de Trabajadores (UGT) continúo ayer con las reuniones con la Delegación del Gobierno para exponer sus reivindicaciones con respecto a las condiciones de los trabajadores transfronterizos, es decir, los residentes en Marruecos pero que desarrollan su empleo en Melilla. El sindicato terminó el encuentro con Antonia Basante, directora del Área de Trabajo, con un mal sabor de boca, y sostiene que extrajeron “cero conclusiones” de esta reunión, que duró menos de media hora. Tras el encuentro, el responsable de la Federación del Metal y la Construcción de UGT, Abdelseman Mohamed, aseguró a El Faro de Melilla que Basante no les ofreció “ni esperanzas ni soluciones” ante sus planteamientos. “Hemos salido muy descontentos”, sentenció Mohamed. Asimismo, el representante sindical afirmó que Basante no aportó “nada”. “Nos ha explicado otra vez lo que han conseguido agilizando la tramitación, pero nada más”, lamentó Mohamed. Por otra parte, según apuntó el miembro de UGT, la directora del área explicó que las reivindicaciones tienen que ver con cuestiones que dependen de la legalidad, por lo que no se pueden abordar desde la Delegación. A pesar de ello, Mohamed echó en falta cierta comprensión, puesto que dice entender los argumentos de Basante, pero no las leyes. Reivindicaciones Las reivindicaciones de UGT van más allá de que se agilicen los trámites para la renovación del permiso, una cuestión de la que ya hablaron en la reunión con el delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani, que tuvo lugar el pasado martes. En concreto, desde el sindicato piden que la duración de este permiso no sea sólo de un año, sino que se prolongue al menos tres, puesto que antes del cambio de la legislación, el lapso temporal era de un lustro. Mohamed aseguró que durante el encuentro con Basante, preguntó por los trabajadores transfronterizos que llevan muchos años trabajando en Melilla y que pierden su empleo, puesto que no ve lógico que después de 15 o 20 años en la ciudad, se le deniegue el permiso. Sobre esta cuestión, el representante sindical apuntó que la directora del área no manifestó margen de mejora para los trabajadores. “Es una situación que no nos parece de recibo”, apuntó Mohamed, puesto que sostiene que “estos trabajadores cotizan como cualquiera, pero no tienen beneficios”, entre los que destacó el derecho a la prestación por desempleo. “Cuando había trabajo en el sector del ladrillo sí que les daban más derechos”, lamentó también Mohamed. El representante sindical aseguró que mantiene contacto con los empleados transfronterizos, de los que dice que están “muy quemados” de la situación que están viviendo. “Están pensando incluso en movilizarse”, apuntó el miembro de UGT poco después de terminar su reunión con Basante.
La tasa a fondo perdido, otro asunto por dirimir
Otra de las quejas que la Unión General de Trabajadores (UGT) presentó ayer a la directora del Área de Trabajo de la Delegación del Gobierno en Melilla, Antonia Basante, fue que el sindicato recibe casos de trabajadores transfronterizos que se ven obligados a pagar una tasa para la tramitación de su permiso y que, una vez denegado éste, no se les devuelve el dinero. Según UGT, la respuesta de Basante no dio una explicación a esta reivindicación más allá de decir que es un impuesto de tramitación.
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