l Más de un centenar de estudiantes inició ayer los exámenes de acceso a la Universidad l Algunos buscan obtener una nota mejor que en junio, otros tienen su última oportunidad para pasar las pruebas
Más de un centenar de estudiantes comenzó ayer los exámenes de selectividad en el Campus de Melilla. Los nervios, como casi siempre en estas ocasiones, volvieron a ser los protagonistas. En las aulas había dos tipos de alumnos, los que buscaban la excelencia y los que esperaban pasar con más o menos apuros las pruebas. Es decir, aquéllos que ya aprobaron en juniok, pero querían conseguir una nota más alta y los que o bien suspendieron la selectividad en la primera convocatorio o ni siquiera tuvieron opción de presentarse porque no lograron superar todas las asignaturas de segundo de Bachillerato.
Pablo Delgado pretende comenzar la carrera militar. En junio aprobó la selectividad, pero no consiguió nota suficiente para hacer su sueño realidad. Ahora espera tener más suerte. “Los exámenes han ido bien, creo que sí podré hacer lo que quiero”, afirmó en declaraciones a El Faro. Su compañera Patricia Parra subía ayer al Campus de Melilla por segunda vez. Fue una de las 62 estudiantes que no logró aprobar los exámenes en junio y volvió a probar suerte ayer. Su objetivo es estudiar Arqueología en Granada y espera que en esta ocasión haya más suerte.
Junto a ellos también hay estudiantes que no consiguieron aprobar todas las asignaturas de Bachillerato en junio y han tenido que esperar a septiembre para poder presentarse a los exámenes por primera vez. Carmen Gutiérrez es una de ellas. La joven aseguró en declaraciones a El Faro que su objetivo es estudiar Pedagogía en Madrid. Los primeros exámenes, el de Lengua y Filosofía, habían ido bien y señaló que espera no tener problemas para entrar en la universidad el próximo año. Lo mismo le ocurre a Margarita Aragón, que tampoco pudo examinarse en junio. En su caso se quedará en el Campus de Melilla para cursar el grado de Educación Infantil, aunque no descarta continuar su formación fuera cuando acabe los cuatro años de carrera.
Juan Santamaría no logró aprobar en junio y ahora espera conseguir el aprobado que necesita para estudiar el grado de Filosofía en Granada. Sabe que sólo con lograr ser apto podrá matricularse y aseguró que las pruebas del primer día habían ido mejor que la vez anterior.
Agustín Pérez también pretende irse a Granada a estudiar, aunque en su caso el objetivo es matricularse en ADE (Administración y Dirección de Empresas). Ayer se presentó por primera vez a la selectividad y se mostró confiado en conseguir el 6 que necesita para entrar el próximo año en la universidad.
Las pruebas continuarán hoy y mañana para estos estudiantes, que tienen esta semana su última oportunidad de comenzar sus estudios superiores el próximo año. El porcentaje de aprobados en septiembre suele ser bastante inferior que en la convocatoria ordinaria, más aún en el caso de Melilla, donde en general pasan las pruebas menos alumnos que en el conjunto de la Universidad de Granada. A pesar de ello los jóvenes se mostraban ayer esperanzados de conseguir su objetivo.
Las pruebas de selectividad son para la mayoría de estos jóvenes uno de los primeros ‘grandes exámenes’ de sus vidas. A pesar de que el porcentaje de aprobados en junio suele ser bastante elevado (81,5% en Melilla y 90% en la UGR en la última edición), para algunos pocos estos exámenes se convierten en una pesadilla. En el Campus de nuestra ciudad un alumno indicaba ayer a un compañero que era la tercera vez que trataba de superar estas pruebas. Para él los nervios eran mayores que para la mayoría. En unos días todos sabrán si la suerte ha estado de su lado y si habían estudiado lo suficiente. Los que no lo consigan tienen dos alternativas: Esperar a junio para volver a intentarlo u optar por matricularse en un grado superior de Formación Profesional y desde ahí decidir después si quieren acceder a una carrera. Lo que suceda en estos exámenes marcará para muchos de estos jóvenes gran parte de su futuro.