Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se vieron obligadas a intervenir, tanto en la plaza multifuncional de San Lorenzo como en la zona de embarque del Puerto.
Un año más, la Feria de Melilla deja su cara menos amable a la hora de despedirse de la ciudad, pues horas después de dar por finalizadas las Fiestas Patronales se puso en marcha la ‘Operación Feriante’, un dispositivo policial dedicado a localizar inmigrantes indocumentados que intentan pasar a la península ocultos en las atracciones.
La primera jornada de esta actuación conjunta de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se saldó con la detección de diez personas en los camiones que transportaban las atracciones de Feria, una cifra menor a la de años anteriores y que augura que, como viene siendo habitual, el número de intervenciones sea menor al del 2009.
El dispositivo se puso en marcha poco antes de las 4:00 horas de la madrugada del lunes, momento en el que los feriantes comenzaron a desmontar sus puestos. En dicho momento, las primeras patrullas de agentes de la Policía Nacional y Local se pusieron en marcha para inspeccionar los alrededores de la plaza de San Lorenzo, pues ya eran varias las personas que rondaban por la zona con la intención de aprovechar un descuido e introducirse en los camiones.
Las primeras intervenciones no llegaron hasta pasadas las 5:00 horas, aunque éstas se saldaron sin incidentes, pues la celeridad con la que actuaron los efectivos policiales disuadieron a los inmigrantes de su intento. No obstante, hubo alguno que probó suerte más de una vez, siendo en ambas ocasiones interceptado rápidamente.
En este terreno, la colaboración de los feriantes fue vital, pues en varias ocasiones fueron los que alertaron a la Policía de que alguien se había ocultado en sus vehículos.
Al partir los primeros camiones rumbo al puerto, la actividad alrededor del recinto ferial se incrementó, siendo frecuente ver a parejas de menores inspeccionando la zona de manera sospechosa y avisando a sus compañeros cada vez que se aproximaba una patrulla de Policía.
El resultado fue, según la Delegación del Gobierno, un total de cuatro intervenciones, en las que se interceptó a otros tantos inmigrantes de nacionalidad magrebí. Sin embargo, fuentes policiales consultadas por ‘El Faro’ en el momento de los hechos aseguraron que la cifra había podido ser de hasta de siete personas.
Cuando el alba comenzó a despuntar, lo más rezagados se jugaron su última carta y aprovecharon las paradas que algunos vehículos de los feriantes realizaron en los semáforos más alejados de la vista de los policías para acceder a su interior, imágenes que pudo recoger una televisión local.
Según varios agentes consultados por este periódico, la actividad detectada en el recinto ferial fue “considerablemente menor a la de otros años”. Además, recalcaron que la plaza de San Lorenzo facilitaba mucho las labores de detección, ya que cuando las Fiestas Patronales se organizaban en el Parque Hernández esta labor se convertía en una ardua tarea.
En cuanto a los feriantes; algunos se mostraban en constante alerta, inspeccionando sus camiones en todo momento y dando la voz de alarma en varias ocasiones. Otros, sin embargo, recogían las atracciones más resignados a que en cualquier momento de despiste alguien pudiera esconderse en su camión.
Registros en el Puerto
Los registros se intensificaron al llegar a la zona de embarque del Puerto, tarea que corrió a cargo de 25 agentes de la Guardia Civil y en la que jugó un importante papel el grupo cinológico de la Benemérita, pues gracias a la intervención de varios perros amaestrados se pudo localizar a los últimos inmigrantes ocultos.
De esta manera, llegaron a detectarse a seis personas más, la mayor parte de ellas menores de edad, en los dos controles efectuados, uno para cada buque; el primero de ellos, con destino a Almería, que partió a las 9:00 horas y el segundo rumbo a Málaga a las 12:00.
Hay que destacar que el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil también colaboró en la operación patrullando la zona marítima cercana a las embarcaciones, aunque como ha ocurrido otros años, no fue necesaria su intervención.
En líneas generales, el dispositivo funcionó con normalidad y demostró que la mejor medida para que los inmigrantes desistan es la propia presencia policial, pues ésta sirve para disuadirles.
La operación siguió activa en San Lorenzo durante todo el día sin incidentes. Por otro lado, la Benemérita mantendrá el dispositivo en el Puerto hasta esta noche, cuando embarquen las últimas atracciones rumbo a la península.
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