La pregunta del millón y los borregos para el Aid el Kebir

La pregunta del millón estos días es si finalmente entrarán o no este año corderos de origen marroquí para la fiesta del sacrificio o Aid el Kebir.

La formación del nuevo Gobierno De Castro, sustentado principalmente en Coalición por Melilla, cuya oposición ha sido frontal a la prohibición impuesta en años anteriores a consecuencia de la declaración de la fiebre aftosa en Marruecos, ha hecho pensar a muchos melillenses musulmanes que para esta Pascua sí podrán volver a adquirirse los borregos de la cabaña marroquí.

El asunto no sólo provocó en los tres últimos años un agrio enfrentamiento entre CpM y PP sino que trascendió al conjunto de la sociedad, suscitando, especialmente en las redes sociales, acusaciones muy gruesas entre ciudadanos de nuestras dos principales comunidades.

La Pascua del Aid el Kebir, que habíamos interiorizado como una fiesta del conjunto de los melillenses y que así fue declarada oficialmente en 2009 a propuesta del PP –eso sí, tras varios años de reclamo en el mismo sentido por parte de los cepemistas- acabó convirtiéndose en el más feo asunto de gresca política de la Melilla reciente, hasta el punto de poner muy en solfa nuestra ansiada interculturalidad y nuestro ejemplar nivel de convivencia entre grupos de diferente orígenes culturales o distintas confesiones religiosas.

Hubo episodios para todos los gustos, con CpM al frente de las distintas movilizaciones inicialmente dirigidas contra el anterior Delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, y posteriormente contra la exconsejera de Sanidad Interior, Paz Velázquez.

Para entender lo que sucedió hay que recodar mínimamente los detalles y el origen de la gresca, que no fue otro que la declaración de nuevos brotes de fiebre aftosa en Marruecos y la prohibición que, a causa de ello, impuso la UE a cualquier tipo de importación de ganado marroquí con destino a territorios europeos, entre los que se incluyó Melilla.

A causa de ello, los borregos de Marruecos no pudieron entrar en 2016, ni tampoco en 2017, cuando la situación de mayor control de los brotes permitió medidas excepcionales para que sí pudieran importarse excepcionalmente a nuestra ciudad exclusivamente para la Pascua musulmana aunque, eso sí, como una expedición comercial y con destino a alguno de los cebaderos o explotaciones ganaderas locales. Una condiciones que tampoco satisficieron a CpM, empeñada en mantener los viejos hábitos de pasar los borregos por la frontera como si fueran mascotas, andando, atados a cuerdas, en los maleteros de los coches o subidos de cualquier manera sobre una moto o bicicleta., tras su libre adquisición en los zocos y demás lugares de venta del entorno marroquí. Todo ello, alegaban los cepemistas, con el fin de preservar el rito de una tradición que, de otro modo y según su parecer, se adulteraba y se impedía “atentando gravemente contra los legítimos derechos religiosos de los melillenses musulmanes”. Recuérdese el vídeo tan traído a colación en esta última campaña electoral, en la que la nueva diputada local por CpM y futura presidenta de EMVISMESA, Yonaida Sel-Lam, llamaba a la movilización de los melillenses de confesión islámica en respuesta a las maniobras que, según decía, pretendían invisibilizarlos, anularlos o humillarlos impidiendo que celebraran su Pascua grande como lo habían hecho antes de la fiebre aftosa.

Y como el año pasado ya no gobernaba el PP y la Delegada del Gobierno ya era socialista, CpM varió su estrategia y optó por cebarse contra la entonces consejera de Presidencia y Sanidad Interior, Paz Velázquez, a la que acabó presentando una querella por prevaricación en marzo pasado, justamente siete meses después del anterior Aid el Kebir y cuando ya prácticamente andábamos en período preelectoral.

CpM podría haberse querellado contra Sabina Moh, que igualmente puso restricciones a la entrada de borregos como antes lo hiciera El Barkani y que también exigía para dejarlos pasar que los borregos tuvieran como destino obligatoriamente una explotación ganadera. Sin embargo, Moh logró salvarse de las críticas cepemistas al admitir, a diferencia de su antecesor, que los borregos pudieran entrar, no sólo mediante expediciones comerciales sino también a instancias de particulares. Una variación que a CpM le sirvió para interpretar como una nueva permisividad de los hábitos anteriores, siempre y cuando la Ciudad habilitara un lugar donde ir concentrando los borregos en los días previos a la Pascua Grande. De ahí que propusiera habilitar a tal fin la Plaza de Toros, parte del Parque Forestal (antigua Granja Agrícola) o el matadero. Y como la Ciudad no lo hizo y Paz Velázquez, de la que dependía el matadero, tampoco autorizó reconvertirlo en un establo de concentración provisional del ganado, pues acabó denunciada y enfrentada a una querella tardía, pero oportunamente coincidente con el período electoral, por la que ayer tuvo que prestar por primera vez declaración en el Juzgado de Instrucción nº 5.

Veremos qué pasa con la querella contra la exconsejera y qué pasa también este año con los borregos. Para CpM, no sólo hay que recuperar la fiesta como antaño sino que no hay base legal para prohibir nada porque, según sostiene, Melilla al estar fuera de la Unión Aduanera es como un tercer país y por tanto queda al margen de la prohibición de la UE. Ayer lo repitió en Onda Cero Dunia Almansouri, Vicepresidenta Primera de la Asamblea, diputada local por CpM y consejera del Gobierno de Eduardo De Castro.

Ella, junto a Aberchán, participó además en la reunión que el Presidente de la Ciudad mantuvo con la Delegada del Gobierno y representantes de la Comisión Islámica junto con el consejero y viceconsejero que ahora llevan Sanidad Interior, área rebautizada por el nuevo Ejecutivo como Salud Pública.

Cómo se conjugarán las demandas de los cepemistas con la normativa legal está por ver, más aún cuando ha habido recientemente nuevos brotes de fiebre aftosa en el Marruecos cercano. Pero que nadie olvide que en esta historia hay un dato clave a la hora de concluir que Aberchán y su partido utilizaron vilmente como arma política los sentimientos religiosos de los musulmanes melillenses. Y ese dato es que ya en 1999 y en el 2000, cuando también por la fiebre aftosa se impuso la prohibición de importar borregos de Marruecos, Aberchán no protestó sino que, como Presidente que fue de la Ciudad en aquel entonces, hasta secundó la prohibición.

Ahora, con CpM de nuevo en el Gobierno local, lo que ocurra es por ahora una incógnita que, no obstante, forzosamente tendrá que despejarse en breve.

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