“La política representa la continuidad de mi vocación de servicio a los españoles”

Llegó a Melilla como coronel-jefe del Estado de Mayor en la Comandancia General en 2008 y años después, en 2013, fue designado, a propuesta de España, como consejero principal del presidente de la República de Guinea para la reforma del sector de Seguridad en este país. Poco después vuelve a Melilla como general de División para ocupar la jefatura de la Comandancia General, cargo que desempeñó hasta 2018. Un año después y tras su retiro, pasó a la política de la mano del Partido Popular, por el que concurrió a las elecciones generales que se celebraron en 2019 (primero en abril y luego en noviembre al no haber acuerdo para la investidura del presidente). Como diputado por Melilla ha estado muy ligado a las cuestiones relacionadas con la Defensa y Asuntos Exteriores. Además, fue designado como vicepresidente de la delegación española en la Asamblea Parlamentaria de la OTAN desde mediados de febrero del pasado año 2022. Bilbaíno de nacimiento, ha encontrado en Melilla su razón de ser para estar en la política, algo que interpreta como la continuación de su vocación de servicio público.

-¿Qué resumen haría de su paso por el Congreso de los Diputados?

-En primer lugar, ha sido un altísimo honor el que los ciudadanos me proporcionasen la oportunidad de representar sus intereses en el seno de uno de los poderes del Estado, como es el legislativo, que además, constituye la cámara de representación del pueblo español, en el que, según establece nuestra Constitución, reside la soberanía nacional.

En segundo lugar, una escuela de conocimiento sobre la realidad social de nuestro país, constituida por múltiples sensibilidades, representadas todas ellas, o la mayor parte de las mismas en las cámaras de representantes.

Por último una gratitud inmensa hacia el partido político que ha hecho posible todo lo anterior, que es el Partido Popular, en cuyo seno y distribuido por todos los rincones de la geografía nacional, he descubierto a un plantel de servidores públicos con auténtica vocación de mejorar la vida de los españoles a través del mejor y más abnegado ejemplo de servicio a nuestra nación, con mucha frecuencia poco comprendido y reconocido.

-¿Su formación militar ha sido determinante para algunos temas tratados?

-Por supuesto, ya que mi Grupo Parlamentario aceptó y asumió mi interés por implicarme en los asuntos de los que más conocimiento previo tenía y en los que, en consecuencia, podía resultar de más utilidad. Eso me ha llevado, lógicamente, al ámbito de la Defensa y la Seguridad Nacional, así como a mi participación en diferentes Asambleas Parlamentarias como la de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y también a las áreas de Unión Europea, Asuntos Exteriores, Migraciones y Cooperación Internacional al Desarrollo. En todas ellas, mi formación profesional previa me ha permitido desenvolverme con cierta soltura y con criterio propio.

-¿Qué le parece la última polémica sobre Marruecos relacionada con la carta del Sáhara?

-Pues el colofón perfecto para una legislatura plagada de planteamientos erráticos y de despropósitos de gran envergadura en relación con nuestras relaciones exteriores, especialmente en lo que se refiere a Marruecos, que comenzó con el cierre unilateral por su parte de la Aduana Comercial en Melilla, transitó por el desencuentro en el asunto de la atención sanitaria a Brahim Ghali, la invasión de Ceuta por miles de ciudadanos marroquíes y remata con esta carta, inequívocamente escrita en francés, en primer término, traducida a un español mejorable, firmada por nuestro presidente sin informar previamente al Jefe del Estado y sobre la que el Presidente firmante no reconoce su autoría. Surrealista, por calificar todo ello de una manera amable.

-¿Cuál sería, bajo su punto de vista, la mejor forma de relacionarse con Marruecos?

-Entiendo que debería de ser una relación basada en la transparencia, la complicidad, la buena vecindad y la búsqueda de enfoques compartidos a las controversias existentes en nuestras relaciones bilaterales. Todo ello basado en la franqueza y en la firmeza en la defensa ineludible de las garantías de sostenibilidad de la vida de los ciudadanos españoles residentes en las dos ciudades españolas con frontera terrestre con Marruecos (Ceuta y Melilla) y de los ciudadanos españoles del archipiélago español ubicado en la plataforma continental africana (Islas Canarias).

-¿Cuáles son los temas que considera imprescindibles para Melilla de cara a la próxima legislatura?

-Yo lo resumiría en la recuperación de la trayectoria de progreso y bienestar para los melillenses protagonizada por los Gobiernos del Partido Popular de las dos primeras décadas del siglo XXI. En otros términos, se impone la recuperación de la normalidad, pues la última legislatura ha sido especialmente aciaga para los intereses de los melillenses, tanto a nivel nacional como a nivel local o autonómico.

Entrando en el terreno de los detalles, es preciso identificar y aplicar las medidas que garanticen la generación de riqueza, empleo y bienestar en nuestra ciudad, con incentivos a la iniciativa privada, a la pública y a la cooperación público privada que propicien la generación de esa riqueza, ese empleo y ese estado de bienestar.

Un aspecto muy relevante a este respecto es el del análisis transversal de todas las peculiaridades que hacen de nuestra ciudad una ciudad especial. Quizás los aspectos más significativos de esta especificidad melillense sean su condición de ciudad fronteriza con el reino de Marruecos y la interculturalidad inherente a la realidad social de nuestra ciudad.

-¿Qué le parece su cambio al Senado?

-Siempre dije que estaba disponible para seguir trabajando en la identificación de las dificultades por las que atraviesa nuestra nación en el entorno geográfico de nuestra ciudad y que me haría ilusión seguir haciéndolo, pero, al propio tiempo, que estaba seguro de que el Partido Popular identificaría la candidatura más conveniente para trabajar por el interés de los melillenses en un nuevo ciclo legislativo y estoy muy contento de que esta candidatura cuente conmigo. El hecho de que sea en el Senado, imagino que es lo que se ha considerado más conveniente.

En mi vida anterior en la milicia, tampoco estuve más de cuatro años destinado en el mismo sitio, con una sola excepción, en la que estuve cinco, por lo que no me pilla desentrenado este “cambio de destino” después de los cuatro primeros años, sino más bien al contrario, forma parte de la movilidad geográfica a la que estamos tan acostumbrados los militares. Un nuevo reto y un desafío demandante e ilusionante.

-¿La política era como se imaginaba antes de entrar cuando aún era general del Ejército?

-Sustancialmente sí. Depende mucho, en cualquier caso, de la disposición con la que te aproximas a ella. En mi caso, representa la continuidad de mi vocación de servicio a los españoles en un ámbito distinto al que ha constituido mi experiencia profesional durante cuarenta y cuatro años. Más que un político me considero un ciudadano, con una experiencia dilatada en el ámbito de la milicia, sirviendo, temporalmente, en la actividad política a mis conciudadanos.

-¿Qué va a suponer en su opinión el Gobierno de Imbroda para los melillenses?

-Como he dicho anteriormente, creo que va suponer un retorno a la trayectoria de progreso y de bienestar para los melillenses que no debimos abandonar, pero la coyuntura electoral de 2019 hizo que otras formaciones políticas se unieran para interrumpir esa trayectoria, lo cual, en mi opinión, ha sido perjudicial para los intereses de los melillenses. Un retorno a la normalidad y al camino que, lamentablemente, abandonamos en 2019.

-¿Habría preferido la política local?

-Se me planteó la disyuntiva en 2019, pero creo que soy de más utilidad en la política nacional y así lo consideró también el Partido Popular en aquel momento. Como he dicho, yo estoy disponible para servir en el marco del proyecto reformista y moderado desde la óptica de servicio al conjunto de la nación española desde sus distintos rincones que representa el Partido Popular y en mi condición de militar profesional asumo disciplinadamente las decisiones de quienes tienen la responsabilidad de adoptarlas. El Partido Popular es una organización muy grande que existe para buscar el bienestar y el progreso de nuestra nación. En ese marco, donde el Partido Popular me encuentre de más utilidad. Por otra parte, creo que la cobertura de los puestos existentes en la administración local de nuestra ciudad está excepcionalmente garantizada por mis compañeros con esa responsabilidad y estoy absolutamente convencido de que son los representantes más idóneos para garantizar el bienestar y el progreso de los melillenses.

-¿Cree que la Unión Europea debería involucrarse más con la ciudad?

-Sin duda. Hace poco reflexioné públicamente sobre la conveniencia de perseverar en el mantenimiento de nuestra ciudad en el marco de la agenda global, o, lo que es lo mismo, en el mundo de relaciones exteriores que le es propio a nuestra nación, que empieza, lógicamente por la Unión Europea, pero continúa por la OSCE, la OTAN y finalmente la ONU. Ello depende, como es natural, del interés de estas instituciones por nuestra realidad, que debe suscitarse por nuestra parte, dando a conocer en ellas la esencia de los aspectos más significativos de esa realidad.

-¿Cuál es su mensaje para los melillenses?

-Me gustaría transmitirles un mensaje de esperanza y de ilusión, desde el convencimiento de que los mejores años para Melilla y para España están por llegar y de que todos tenemos un papel relevante que jugar para que ello sea una magnífica evidencia. Alejar todo pesimismo y toda tentación derrotista.