El comisario Ángel Riesco informa de que 13 agentes resultaron heridos leves durante el altercado. Por el momento, no hay detenidos l El delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, reitera su rechazo al uso de la violencia.
El agua ha vuelto a su cauce o al menos así lo cree el jefe superior de Policía Nacional, Ángel Riesco, quien dijo ayer que el barrio de La Cañada, escenario el pasado viernes de una batalla campal durante más de ocho horas, ha recuperado la normalidad. Ahora los agentes están inmersos en la investigación para identificar a los instigadores y cabecillas del grupo de ‘manifestantes’ que lanzaron piedras, cócteles molotov y balines con escopetas de perdigones y cristales a los efectivos del Cuerpo Nacional de Policía, causando heridas leves a un total de 13 agentes. El delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, y Riesco explicaron que, por el momento, no hay detenidos, aunque ello no quiere decir que en los próximos días se produzcan detenciones fruto de las pesquisas.
El Barkani explicó que aunque los cabecillas tenían la cara cubierta durante los disturbios “siempre hay posibilidades de investigar e intentar esclarecer los hechos”. “No podemos tolerar que un grupo de 70 u 80 personas ponga en jaque a todo un barrio que lo que pretende es vivir en paz. Sabemos que hay problemas de paro y de exclusión social. Siempre he defendido que la gente critique y luche por hacer oír sus reivindicaciones, pero que lo haga con la fuerza que le da la razón y no la sinrazón que le da la fuerza”, argumentó El Barkani.
Trece heridos leves
El delegado del Gobierno recordó que los altercados comenzaron antes de las 16:00 horas, cuando un dispositivo de la Policía Nacional de unos 60 agentes se desplazó a La Cañada para “calmar” a estos jóvenes, que entonces no llegaban al centenar. El Barkani afirmó que había menores de edad entre los ‘manifestantes’ y dijo creer que fueron utilizados “de forma torticera” por algún adulto para que participaran activamente en los disturbios.
Una vez finalizados los altercados, son trece los agentes del Cuerpo que resultaron heridos leves aunque ninguno ha sido dado baja del servicio. El Barkani aseguró que no se había registrado ningún ingreso en el Hospital Comarcal por lesionados en los disturbios.
Las heridas que sufrieron los agentes fueron causadas por el lanzamiento de piedras y disparos de balines y cristales. La herida más grave es la que sufrió un agente en la mano donde quedaron incrustrados pequeños balines disparados con escopetas de perdigones de pequeño calibre por parte de algunos ‘manifestantes’. Además, Riesco señaló las heridas que sufrió el responsable de Prensa de la Jefatura, Juan Carlos Guerrero, quien “como consecuencia de los cascotes en la calzada, se cayó y tiene una herida en la mejilla que no reviste gravedad”, apuntó el comisario.
Los vehículos policiales también se llevaron su parte durante la refriega. Los seis furgones sufrieron abolladuras en la chapa y uno de ellos tiene la luna fracturada.
Sobre el uso de armas de fuego, el delegado del Gobierno prudencialmente no quiso confirmar su uso por parte de los manifestantes, si bien es cierto que refirió la entrega que un vecino de La Cañada le hizo a la Policía Nacional de una bala blindada del calibre 22 que había encontrado cerca de su coche. También hizo referencia al impacto de un proyectil del mismo calibre en el escudo antidisturbio de uno de los agentes, como informó El Faro en su edición de ayer.
Información puntual
El delegado del Gobierno explicó que durante el transcurso de los disturbios El Barkani estuvo constantemente informado y transmitiendo de lo que ocurría en La Cañada al comisario general de Seguridad en Madrid, al director general de la Policía, Ignacio Cosidó, y al secretario de Estado de Seguridad. “Estoy muy satisfecho de cómo se ha llevado el asunto. Entiendo que el personal de ayer ha sido profesional”, apuntó El Barkani, quien reiteró su agradecimiento a los agentes de la Policía Nacional por su labor en La Cañada. Por último, reiteró su “enérgica repulsa” a los hechos ocurridos, pues aseguró que “lo único que hacen es enturbiar la imagen y valía de los que son la inmensa mayoría de los ciudadanos de La Cañada, que están hartos de acontecimientos como éstos”.
Satisfacción con el operativo
El comisario Ángel Riesco aseguró estar satisfecho con la labor realizada ayer por sus efectivos. Explicó que, al principio de la tarde, para controlar el altercado únicamente había un equipo de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) en La Cañada y que fue suficiente para contener a los ‘manifestantes’. Sin embargo, la Dirección Adjunta al Operativo (DAO) decidió, al recrudecerse los incidentes, enviar al lugar a los efectivos de la unidad de Intervención Policial (UIP), hasta que se consiguió disolver a los ‘manifestantes’.
Además, Riesco insistió en que las aguas han vuelto a su cauce, aunque la Policía Nacional está pendiente del barrio y alerta por si se vuelven a producir altercados, en cuyo caso dijo que el Cuerpo “está preparado para hacerle frente”. Desde la noche del viernes no se ha producido ningún incidente. El delegado del Gobierno únicamente reseñó que en la mañana de ayer se recibió el aviso de un contenedor ardiendo, pero la denuncia resultó ser falsa.
30 agentes de la UIP refuerzan la plantilla policial
El comisario jefe Ángel Riesco, informó ayer de la llegada a Melilla de 30 agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) que vienen a reforzar la plantilla de la Jefatura Superior. Si bien el refuerzo no ha sido motivado los disturbios en La Cañada, esta unidad está especializada en la intervención en este tipo de altercados, también realizarán labores de seguridad en la frontera y de traslados de inmigrantes. El delegado del Gobierno recordó que la plantilla policial ya se vio reforzada tras la reordenación del tránsito de mercancías de Beni Enzar a Barrio Chino y destacó que se han doblado los efectivos en la Brigada de control de la Inmigración Clandestina (BRIC). Este incremento de los efectivos de la Policía Nacional, dijo El Barkani, responde al “interés del Ministerio del Interior por Melilla y su seguridad”.
Riesco destacó que la Jefatura cuenta con los recursos materiales y humanos “más que suficientes” para trabajar “sin problemas”, teniendo en cuenta que ya dispone de unos 140 efectivos de UIP y de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR). El jefe superior detalló que Melilla cuenta con un equipo de UIP, formado por 50 agentes, a los que se incorporan dos subgrupos, con quince personas cada uno, y dos equipos de UPR de 30 efectivos cada uno.