Agentes de la Policía Nacional detuvieron en Melilla, en un periodo de cuatro horas, a tres individuos por su presunta participación en sendos delitos de reclamación judicial, robo con fuerza y lesiones.
El primero de estos hechos se produjo a las 19:00 horas del lunes, en el puesto fronterizo de Beni-Enzar, cuando agentes de la Unidad de Control de Fronteras (UCF), encargados del control documental de peatones, sospecharon de la actitud nerviosa de un joven que, procedente de Marruecos, se disponía a entrar en Melilla.
La comprobación de su pasaporte llevada a cabo por los policías de la Brigada de Respuesta a la Inmigración Clandestina (BRIC) dio como resultado que a esta persona, un marroquí de 29 años, le constaba en vigor una requisitoria del Juzgado de Instrucción Número 1 de Torremolinos (Málaga) por un delito contra la salud pública.
El detenido, al que también le constaban antecedentes por delitos de daños y de receptación, fue trasladado a los calabozos de la Jefatura Superior de Policía.
Robo en ático
Más tarde, a las 20.45 horas de esa misma jornada, se recibió una llamada en la Sala del 091 de un ciudadano que manifestaba ser el dueño de un ático de la calle Mar Chica y que tenía retenido a un joven que había intentando entrar en su casa.
Dos indicativos policiales que estaban patrullando por la zona, uno del Grupo de Atención al Ciudadano (GAC) y el otro de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), se personaron inmediatamente en el lugar.
Los policías se entrevistaron en el domicilio con su propietaria quien, visiblemente nerviosa, contó a los agentes que había escuchado ruidos procedentes de la azotea y había visto por la mirilla de la puerta a un joven que salía corriendo.
Temiendo que entrasen en su vivienda, la mujer había llamado por teléfono a su esposo para contarle lo sucedido y le proporcionó una precisa descripción de este individuo.
Casualmente, el dueño del inmueble se hallaba cerca del portal de la finca y se encontró de frente con el intruso, impidiéndole que pudiera escapar. Mientras los policías del GAC comprobaban que no había más personas y que la puerta de la azotea estaba abierta y su cerradura había sido forzada, los agentes de la UPR procedieron a la detención y traslado de este individuo, un marroquí de 26 años.
Finalmente, a las 23.45 horas, un indicativo del GAC fue enviado a la calle Padre Oses donde, al parecer, dos individuos se estaban peleando. A su llegada los agentes encontraron a un hombre de 49 años sentado en el suelo que sangraba por la cabeza. El otro individuo estaba de pie y con una botella de cristal en la mano. El agredido tuvo que ser trasladado al Comarcal para ser atendido de sus heridas mientras que el presunto agresor, un marroquí de 40 años, se entregó sin ofrecer resistencia a los policías.