El juez titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Melilla ha dejado visto para sentencia un caso en el que un individuo se enfrenta a una posible pena de seis meses de cárcel por un presunto delito de receptación, ya que fue hallado con un objeto del que se había denunciado su robo. Según expone la Fiscalía en su escrito, el procesado fue sorprendido por la Policía Nacional cuando robaba en un vehículo. Durante el registro se le localizó un pendrive que había sido sustraído días anteriores en un robo en otro automóvil. La fiscal consideró que el encausado se quedó con el USB, a sabiendas de su origen ilícito.
El robo en el que se sustrajo el pendrive, entre otros artículos, tuvo lugar entre el día 14 y el 15 de junio de 2016, cuando el coche estaba estacionado en la calle Capitán Bravo Pezzi de Melilla. El juicio por estos hechos se celebró este martes en ausencia del acusado, ya que no se presentó a la cita judicial. Como se le reclamaba una pena inferior a los dos años de prisión, no hizo falta suspender la vista. De lo contrario, hubiera tenido que aplazarse.
La propietaria del coche robado explicó que las pertenencias que sustrajeron pertenecían a su hija. Afirmó que hallaron el vehículo con una ventana rota y con todo el interior “revuelto”. Además, comentó que uno de los cierres de seguridad estaba partido. La testigo dijo que se llevaron la parte frontal de la radio, unas gafas de la marca Dolce&Gabbana y un pendrive.
La hija, que era quien hacía uso del coche, enumeró los mismos objetos que habían desaparecido del vehículo y aclaró que ella no vio a nadie cometiendo el robo.
El último testigo en declarar fue un agente de la Policía Nacional. Según expuso, él y otro compañero procedieron a detener a dos individuos y, durante el registro, encontraron que llevaban varios objetos encima. “Los pillamos ‘infraganti’ en un robo a otro coche”, sostuvo el funcionario.
Según indicó el policía, como desconocían la procedencia de los artículos que llevaban encima los dos detenidos, estuvieron investigando las denuncias anteriores para saber si se correspondían con algún objeto que hubiera sido robado y denunciado. Fue así como los agentes dieron con la perjudicada, que reconoció que el pendrive era suyo sin ningún género de dudas. El agente expuso que, dentro del mismo, había un currículum de la joven, por lo que quedaba claro que era suyo.
De robo a recepción
Tras finalizar el turno de declaraciones, la fiscal solicitó el dictado de una sentencia condenatoria para el acusado por un delito de receptación. Rebajó la pena que le pedía, que inicialmente era de un año y medio de cárcel, por otra de seis meses, ya que la letrada de la defensa se adhirió a la petición del Ministerio Público.
La representante de la acusación, por su parte, se opuso a la posibilidad de que se le suspendiera el ingreso en prisión, ya que contaba con condenas posteriores al día en el que se produjeron los hechos enjuiciados esta semana.
La Fiscalía podría haber acusado al procesado por un delito de robo con fuerza en las cosas, pero al no poder demostrarlo por falta de pruebas, llegó a la conclusión de que cometió una receptación.
El juez titular del Penal 1 tendrá que dictar una sentencia.
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