“La poesía debe de tener sensibilidad, y el poeta más”

La melillense Carmen Carrasco presentó el pasado miércoles en el Real Club Marítimo su segundo libro de poemas ‘Versos a la naturaleza’.

La poetisa melillense Carmen Carrasco presentó el miércoles su segundo libro, ‘Versos a la naturaleza’. Esta amante del medio ambiente, de la lectura y de Melilla comentó en El Faro cuáles son las principales características de esta obra.
–¿Los beneficios de 'Eternos sentimientos', su primer libro, se destinaron a una protectora de animales?
– Sí. Soy muy amante de la naturaleza, y de todos los seres, en especial de los animales. Para mí son seres creados puros, inocentes y con sólo mirarlos a los ojos se ve la bondad que tienen, por ejemplo, los perros, que son mi debilidad. Ves la ternura, el cariño, los fieles que son y los maltratados que son. Cada vez hay más abandonos y eso es una lástima. Decía el gran escritor inglés Aduls Harley que “siempre habrá un perro abandonado que me impida ser feliz”. Y es verdad. Soy no solamente amante, sino defensora que es lo más importante, porque es fácil decir que me encanta la naturaleza, pero tienes que implicarte y defenderla. Por eso he escrito este libro dedicado a ella. Es un canto a la naturaleza y en casi todos los poemas hay una frase moralizante, sin pretender ser moralina.
– ¿Cómo está concebido el libro?
–Está dividido en varias partes. La primera está  dedicada al universo en general, la segunda a la naturaleza inanimada, la tercera a la naturaleza vegetal y la cuarta a la animal, y al final un poema dedicado a Melilla en la naturaleza, que lo presenté a un concurso y tuve la suerte de que me dieron un premio. Melilla es mi tierra y la quiero mucho. Vengo todos los años y aunque no viva aquí por motivos profesionales, la llevo siempre conmigo. Donde yo voy, va Melilla.  
–¿Comenzó de pequeña a escribir poesía o ha sido una afición que le llegó en la edad adulta?
–Soy maestra y empecé con los alumnos a los que les hacía poemas para los festivales de fin de curso o Navidad y pequeñas obras de teatro. Cuando me jubilé, empecé a escribir más en serio. Me hice socia de varias asociaciones literarias y de la Casa de Melilla en Valencia, que  me ayudó mucho, ya que fue la institución que me dio el impulso para escribir. Presenté hace unos años un poema  a un certamen de primavera que fue premiado y fue mi hada madrina. A partir de ahí, me animé a escribir  más y he ganado otros premios sencillos. Pero no sólo escribo poemas, sino también pequeñas obras de teatro y doy recitales. Ya voy haciendo de todo.
–¿Siempre le ha apasionado la literatura?
–La literatura sí, las matemáticas no. Se me dan fatal. Siempre digo que aprendí a contar del uno al 100, y para mí, el resto son altas matemáticas. Pero la literatura, el lenguaje o la historia me han gustado mucho. Siempre he leído mucho y como antes no había televisión, pues nos pasábamos la vida leyendo. Era nuestro entretenimiento y eso te ayuda mucho.
-¿Tiene algún referente del que haya aprendido para componer sus versos?
-No, pero leo mucha poesía. Empecé escribiendo poemas con rimas, pero el movimiento poético moderno la deja a un lado. Creo que es porque no se puede mejorar lo escrito. Mi rima es libre. De vez en cuando rima algún verso, pero, por lo general, es una rima libre. Aunque tiene una cadencia, ondulación y un ritmo. No es decir frases sueltas, que eso no me gusta.
– ¿La poesía sigue siendo la hermana pequeña de la literatura?
–De la poesía siempre se ha dicho que es la cenicienta de la literatura y es para minorías. Tienen que ser poetas consagrados para ser leídos y los demás nos defendemos en nuestro círculo. Está difícil porque la poesía no se vende. Incluso los grandes poetas venden poca poesía, pero en Valencia hay una gran tradición poética. Hay muchas asociaciones de este tipo, por ejemplo, ‘Amigos de la poesía’  de donde han salido grandes poetas que hoy son consagrados.
–¿Qué diría a las personas que creen que la poesía está relacionada con el amor y desamor?
–La poesía lo abarca todo. No sólo amor y desamor. Puede ser de temas sociales en los que te ves implicados, aunque no es mi caso, poesía de protesta o erótica. La que más me gusta es la general, que los temas sean románticos, poéticos, sin llegar a ser cursis. La que hay descarnada no me gusta, la respeto, pero de este tipo no me gusta. La poesía tiene que tener sensibilidad y el poeta más, y sino se tiene sensibilidad no se puede escribir un verso, y es preferible dedicarse a la prosa.
–¿Podría definir su estilo a la hora de escribir?
-Lo que me dicen siempre es que tengo mucha sensibilidad y que tengo un lenguaje muy poético. Desde luego procuro elegir el lenguaje y las palabras que suenen bien. Jamás pondré una palabra ni rara ni malsonante. Mi poesía procuro que sea poesía pura.
–¿Hacia donde evoluciona su poesía?
–Espero que vaya mejorando.  En mi primer libro, ‘Eternos sentimientos’, puse mucho amor y creo que este último ha mejorado en calidad. También tengo muchas colaboraciones en antologías y espero ir mejorando.
–¿Qué destacaría de ‘Versos a la naturaleza’ para animar al público melillense a leerla?
–A parte de una defensa de la naturaleza, es un canto al universo, al mar, al cielo, a las plantas, a los seres  inanimados. De hecho, tengo un poema a una roca, que tuvo mucho éxito.
–¿Cómo atraer al gran público para que se acerque a la poesía?
– Que comience por poemas breves. También ocurre que mucha parte de la culpa de que no se lean poesías la tienen estos poetas que tienen un lenguaje tan indescifrable, tan ilegible e ininteligible que no saben ni ellos lo que están escribiendo. Deben comenzar por los clásicos, las poesías bonitas con un lenguaje claro y luego cada uno que lea lo que más le guste.