Las recomendaciones son acudir a los especialistas cuando haya dificultades para oír sonidos que procedan de lejos o tengan que repetir el contenido de una conversación.
Con los años, las personas perdemos audición y por ello es necesario que ante los primeros signos se acuda a un especialista para que pueda tratar cuanto antes esta patología. La pérdida auditiva aísla a las personas, ya que no pueden intervenir en las conversaciones sin pedir que les sea repetido el contenido de la misma varias veces, algo que también acaba repercutiendo en su vida social y en su autoestima.
El perfil de personas que van perdiendo su capacidad para oir sonidos es el de edad avanzada, es decir, a partir de los 60 años.
Exposición a sonidos fuertes
No obstante, cada vez más, se presentan ante los especialistas personas más jóvenes con pérdidas auditivas, según indicó Francisco Montero Martínez, audioprotesista del Centro Auditivo de Multiópticas de Melilla. Esto se debe a la contaminación acústica y el ruido que sufren sus oídos, así como personas que sufren esta patología por no haberse protegido durante la realización de su trabajo que conllevaba la exposición a un ruido muy fuerte durante muchas horas. En estos casos se produce un trauma acústico; en otras ocasiones, las personas jóvenes que aparecen en las consultas de los especialistas presentan perforaciones timpánicas.
La previacusia, es decir, la pérdida de audición a causa de la edad, la padecen hombres y mujeres sin distinción. Si frecuentemente no entiende las conversaciones y le tienen que repetir una y otra vez las cosas, tiene dificultades para oír un sonido que procede de lejos o necesita poner la radio o la televisión más alta que los demás, debe acudir a un especialista.
Montero Martínez aseguró en declaraciones a ‘El Faro’ que aquellas personas que tienen antecedentes en su familia acuden antes a las consultas, ya que conocen a la perfección qué significa no oir nada.
La pérdida auditiva trae muchos problemas y con un audífono, un pequeño instrumento electrónico de gran precisión, se mejora la calidad de vida de la persona, ya que antes no podía participar en las conversaciones, pero con esta pequeña ayuda vuelve a incorporarse a todas esas charlas pendientes que tenía con familiares, amigos o vecinos.
Nos da un poco de vergüenza quedarnos sordos
Muchos son los melillenses que acuden demasiado tarde a los especialistas para revisar su capacidad auditiva, y esto se debe a que es un tema tabú el quedarse sordo.
La mayor parte de las personas que acuden MicroAudio padecen niveles medios o altos de pérdida auditiva.
El audífono es una prótesis que ayuda pero cuanto más tarde se detecte el problema mayor será la dificultad para rehabilitar la capacidad auditiva, incluso es complicado, en algunas ocasiones, la captación del lenguaje, aspecto en el que se centra el audioprotesista.
Reconocer que no escuchamos como antes provoca vergüenza y más aún si la gente descubre que no escuchamos bien por llevar un aparato en el oído. Sin embargo, los audífonos son cada vez más pequeños y de muchas formas diferentes según el tipo de pérdida auditiva, lo que permite a la persona que porta uno de estos instrumentos electrónicos disimular que los lleva. Así, se le permite mejorar las posibilidades de comunicación y de socialización y cuidar su imagen.
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