“La Ópera se oye en toda España”
-La 'Operación Ópera', que investiga el presunto fraccionamiento de contratos públicos para su adjudicación sin pasar por concurso, ha ido a más en las últimas semanas. En septiembre se dieron registros en dependencias municipales en busca de documentación y hace unos días se llevó a cabo la detención, declaración ante la juez y puesta en libertad con cargos de miembros del Gobierno local y funcionarios por este asunto. ¿Qué opina de la situación y de la reacción del Ejecutivo local ante lo que está pasando?
-Es de la máxima gravedad y ha provocado una profunda crisis política en el Gobierno de Juan José Imbroda. Si el presidente quiere quitarle importancia, es que es un marciano que no vive en este mundo. Por lo que estamos viendo, los delitos que se investigan deben ser muy graves. En este terreno, lo que pide el PSOE es, sencillamente, que se den explicaciones. Imbroda se ha dedicado a insultarnos vía Twitter cuando debería mostrar una transparencia total. Que aclare también el gran velo de sospechas que hay sobre los procesos de contratación pública. No es algo que digamos nosotros, sino el propio Tribunal de Cuentas en numerosos informes. Por el momento, el PSOE de Melilla ha pedido un Pleno extraordinario para que se detalle lo ocurrido. Según se desarrolle el asunto, también nos planteamos reclamar una Comisión de Investigación.
-Desde el Ejecutivo local han salido al paso de las críticas del PSOE por la 'Operación Ópera' recordando que buena parte de los dirigentes socialistas están cerca de sentarse en el banquillo por el caso del voto por correo. ¿Qué opina de esta estrategia defensiva?
-En estos momentos Imbroda se pone la venda antes de la herida. No le estamos acusando de nada, no le hemos pedido responsabilidades políticas por la 'Operación Ópera'. De hecho, es sospechoso que esté tan a la defensiva. El 'y tú más' no vale para nada ahora mismo, lo único que provoca son más reticencias por parte de la ciudadanía hacia la política. El presidente debería exponer lo que ha pasado y nada más. Hay miembros de su Gobierno que están imputados y eso requiere explicaciones. La 'Operación Ópera' ha pasado a ser una Traviata que ya se escucha por toda España. A Imbroda hay que decirle que la soberbia no es buena consejera en estos asuntos.
-Al margen del debate político entre socialistas y populares, ¿cómo cree que se siente un melillense cuando abre el periódico y ve por un lado la 'Operación Ópera y por otro el voto por correo?
-Estoy convencido de que la corrupción política y las presuntas irregularidades alejan mucho a los ciudadanos de la política. No creo que estemos hablando de casos equiparables. En la 'Operación Ópera' se está investigando lo que ha pasado con el dinero de los melillenses. Eso es algo que indigna mucho más a la gente. En un momento en el que vemos que se recorta en servicios públicos, cuando las personas ven que su dinero ha ido a parar al bolsillo de quien no debería, se enfada aún más. En cualquier caso, la corrupción es un mal de la democracia y debemos perseguirla con todas nuestras fuerzas.
Mano a mano con Marruecos
-Cambiando de tercio radicalmente, pero sin abandonar la actualidad. En las últimas semanas se han vuelto a producir incidentes en los pasos fronterizos entre Melilla y Marruecos. Las aglomeraciones de porteadores incluso han provocado apedreamientos a los agentes españoles. ¿Qué piensa de la situación y cómo cree que se está gestionando?
-La reorganización de la frontera y canalizar de nuevo el comercio atípico al Barrio Chino supone hablar de un gran error del delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani. Es una cuestión que estaba arreglada cuando gobernaba el PSOE. En los últimos meses se han tomado medidas para echar por tierra la situación y llevar a los porteadores a Beni Enzar, cuando era un asunto completamente solventado. A día de hoy, los melillenses están sufriendo en la frontera un problema creado por el PP. Es mentira que lo estén arreglando. Fueron ellos mismos los que generaron ese desorden con sus decisiones. Devolver a los porteadores al Barrio Chino es regresar a lo que hizo el PSOE.
-Siempre se habla de buenas relaciones con Marruecos, pero los sindicatos policiales aseguran que éstas no existen en los pasos fronterizos. ¿Cómo ve la diplomacia con el país vecino, cambiaría algo de la actual gestión que se está realizando?
-En el PSOE somos partidarios de hacer lo que nunca ha hecho el PP: Ser enormemente responsables. Con el Gobierno de Zapatero, Imbroda llegó a decir auténticas barbaridades de las relaciones con el país vecino, vociferando. Nosotros nunca haremos eso, abogamos por una política con Marruecos que permita a Melilla seguir desarrollándose económica y socialmente y con una frontera que posibilite el tránsito de personas y vehículos en un tiempo razonable y garantizando la seguridad.
Un sitio para Melilla
-Desde el PSOE se suele hablar frecuentemente del “abandono” por parte del Gobierno de Mariano Rajoy hacia Melilla. ¿Qué necesita esta ciudad para salir adelante?
Lo primero es que dejen de agredirla presupuestariamente. Durante todos los años de Gobierno socialista, las inversiones fueron creciendo paulatinamente. Eso supuso la creación de una serie de infraestructuras que han generado mucho bienestar. Creo que la clave es determinar la perspectiva de la ciudad a medio y largo plazo, aprovechando su emplazamiento geográfico y buscando sinergias con Marruecos, atrayendo inversiones y capital con su potencial fiscal. Melilla no puede sentarse a esperar inversiones por parte del estado, el Ejecutivo local debe tener una política mucho más activa. Imbroda no ha sabido buscar un sitio para la ciudad en la economía globalizada que hay hoy en día. Existen nichos de sobra para que Melilla encuentre su hueco.
-No obstante, hay en proyecto iniciativas que parecen de futuro, como la ampliación del puerto en 51 hectáreas o bonificaciones fiscales en el Impuesto de Sociedades para atraer a más pymes.
-Cuando hablo de búsqueda de oportunidades me refiero a cosas reales, no a iniciativas como la ampliación del puerto. Yo mismo pregunté al Gobierno central si había un proyecto sobre esta obra y me respondieron que no. Imbroda se inventó esta actuación para hacer un reproche al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero y decir que tenía abandonada la ciudad. Ni el Gobierno socialista tenía olvidada a Melilla ni el actual va a dar apoyo para que se amplíe el puerto. Todos son conscientes de la enorme competencia que tendría el enclave de la ciudad con respecto a otros del Mediterráneo. Hay que buscar soluciones reales, que sí puedan efectuarse con un coste menor.
-Es frecuente que en el debate político local se culpe de muchos problemas que sufre Melilla al ex presidente Zapatero pese a que nos encontramos a mediados de legislatura ¿Tan mala es la herencia que le dejó al PP?
-La culpa no es de la herencia sino de los herederos, que lo están haciendo tan mal que se han vuelto muy agresivos con Melilla. El Gobierno de Mariano Rajoy se está cebando con la ciudad. Que Imbroda no busque culpables en el PSOE. La gestión que se está llevando a cabo ahora mismo es nefasta.
-Pongamonos en el supuesto de que mañana hay elecciones generales y el PSOE vuelve a La Moncloa. ¿Qué pasaría con Melilla?
-Volveríamos a los niveles de inversión del Gobierno de Zapatero. Hay que recordar que con Rajoy, sólo en planes de empleo se han perdido un total de 6 millones de euros. Estamos hablando de una ciudad con unos 13.400 parados. Al margen de esto, hay que apoyar a la ciudad en sanidad y educación, ponernos al nivel que había con el Ejecutivo socialista. Además, y como ya he dicho, buscar un auténtico sitio para Melilla en la economía globalizada, aprovechando sus peculiaridades y ofreciendo incentivos a las empresas para que quieran operar aquí.
Recuperando la confianza
-Queda aún media legislatura por delante antes de las próximas elecciones generales. ¿Se ve el partido con fuerzas para plantarle cara en las urnas al PP?
-Estamos trabajando para ganarnos la confianza de los ciudadanos. Sabemos que hemos decepcionado a mucha gente. Muchas de las políticas de nuestra anterior etapa de Gobierno no fueron explicadas ni comprendidas, y por tanto no fueron apoyadas. Muchos ciudadanos han tenido un distanciamiento político psicológico del PSOE. Queremos que primero nos miren, luego que nos escuchen y finalmente convencerles. La Conferencia Política de noviembre tiene ese objetivo, sentar las bases para que los españoles vuelvan la vista al partido para solucionar sus problemas y resolver las grandes cuestiones que afectan al país. Nos irá bien cuando hayamos hecho méritos suficientes para ganarnos la confianza de la gente.
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