Hoy se celebra el Día Mundial del Agua y nos preguntamos cómo es el consumo de este bien natural en Melilla y cuáles son los proyectos más destacados de la Ciudad, donde este elemento es el protagonista absoluto. El consejero de Coordinación y Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, destacó ayer a El Faro que el consumo es muy alto y que son muchas las actuaciones que va a desarrollar la Administración local en esta legislatura para ahorrar y reutilizar el agua. Precisamente ayer por la tarde, el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, se reunió con la ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, para analizar, entre otros, el proyecto de la ampliación de la desaladora.
–¿Se ha recuperado el funcionamiento de la desaladora tras sufrir los daños del temporal?
–Sí. Está funcionando al 100%. Está produciendo 20.000 metros cúbicos diarios de agua de los 35.000 que consumimos, el restante se saca de los pozos.
–¿Cómo va el proyecto de ampliación de la desaladora?
–En el programa Feder de fondos europeos, así como en el Ministerio de Medio Ambiente, está prevista la ampliación de ese cuarto módulo de la desaladora de 20.000 a 30.000 metros cúbicos. El proyecto está hecho. Pero ahora se encuentra en la fase de tramitación ambiental que es la que queremos agilizar para que esté en 2020 en funcionamiento. Éste será uno de los asuntos que aborde el presidente de la Ciudad con la ministra de Medio Ambiente.
–¿Será entonces cuando tengamos agua de más calidad?
–Es que este proyecto es importante para Melilla no sólo por contar con más cantidad de agua, sino para que sea de más calidad. Si conseguimos reducir de los 35.000 metros cúbicos a 30.000, mediante la depuración de aguas terciarias, esto es, para el uso en parques y jardines y limpieza de la ciudad, más reducir alguna pérdida, así como del consumo de la población, el total del agua que consumimos la podría generar la depuradora con ese cuarto módulo. De esta forma, el 100% del agua potable que llegará a los hogares será agua desalada que es como agua mineral, de máxima calidad. El problema que tenemos ahora es que al unir los 20.000 metros cúbicos de agua desalada con los 14.400 de pozos, que es muy salada, nos da un agua de calidad media. A veces es también inestable, pues según la proporción que haya de una u otra, el agua tendrá más o menos salinidad. Si para el consumo humano es importante, también lo es para el funcionamiento de algunas máquinas.
–¿El presidente de la Ciudad solicitará más agilidad en los trámites a la ministra Isabel García Tejerina?
–Es nuestra principal solicitud. Pedimos al Ministerio de Medio Ambiente que se termine la tramitación ambiental del proyecto de la ampliación de la desaladora y que se estudie también cómo se hará la obra. No es fácil. Tenemos una concesión de las instalaciones a una empresa hasta el 2019 y hay que ver cómo se lleva a cabo esa ampliación de las instalaciones sin que la depuradora deje de funcionar. En Ceuta ha sido más fácil, porque tenían más espacio y lo que han hecho es construir dos desaladoras cercanas, pero independientes. Sin embargo, nosotros no tenemos espacio para una segunda instalación. No tenemos otra opción que ampliar la desaladora actual y habrá una cierta complicación porque no se puede parar el funcionamiento.
–A pesar de que las obras sean complejas, ¿podría estar terminada para 2020?
–Eso es lo que vamos a intentar.
–¿A cuánto asciende la inversión?
–Estaría financiada con Fondos Feder y con presupuestos del Estado. En principio no hay previsto que Melilla tenga que aportar dinero en este proyecto. Aunque en la actual desaladora la Ciudad ya puso un 15% de su coste y se podría plantear, si fuera necesario. En este proyecto se unen dos actuaciones, la ampliación de la desaladora en sí y otro que es la instalación de emisarios y otras conexiones que hay en los alrededores. Esto tendrá un coste de 16,1 millones de euros.
–¿Qué otros grandes proyectos relacionados con el agua se van a desarrollar desde la Ciudad?
–Otra actuación muy importante es toda la red principal de la ciudad. Es un proyecto que está evaluado en 17 millones de euros. Aún no se ha contratado la redacción del proyecto. Eso lo hará el Ministerio de Medio Ambiente y la Confederación Hidrográfica. Pero gracias a él conseguiremos que toda la red de la ciudad sea un anillo, lo llamamos red mallada, con la cual distribuiremos a todos los puntos de la ciudad agua de la misma calidad y en las mismas condiciones. Hoy en día, por ejemplo, hay barrios como Farhana, que sólo tiene agua de pozos y no les llega el agua de la desaladora. En el barrio de La Victoria también, porque sólo se abastece de los pozos porque la red de la ciudad no está completa. Este proyecto permitiría controlar toda la red por si hay alguna fuga o una bajada de la presión. La ampliación de la desaladora, esta red mallada y la cesión del pantano de las Adelfas a la Ciudad, ya que tenemos más personal y medios que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, son los tres grandes retos que tenemos en materia de agua potable ahora mismo.
–¿Con ese sistema de mallado se evitará que haya roturas en grandes tuberías como las que hemos sufrido hace pocas semanas en la ciudad?
–Claro. Nos permitirá llevar agua a la zona sin cortar el suministro. Ahora solo tenemos una rama para llegar a cada barrio. Si hay una rotura, se corta en todo el barrio el suministro del agua. Con el sistema mallado, al menos llega por dos lugares diferentes, y si hay un problema, se corta uno, pero llega por la otra forma. También tiene una mayor fiabilidad para el consumo.
–¿Este proyecto implicará que se levanten muchas calles?
–No necesariamente. Habrá zonas de la red que vayan por el río de Oro y no impliquen obras en todas las calles. Estamos hablando de una red principal de agua y hemos vivido la primera y la segunda fase de saneamiento que es mucho más espectacular. En este caso las tuberías de agua son más fáciles de instalar, al ir a presión, son de menor diámetro y no tienen una exigencia de cota de profundidad y será menos complicado.
–¿Cuál es la importancia del Pantano de las Adelfas?
–Es la acumulación que tenemos para un posible fallo de la desaladora, como ocurrió el verano pasado, y ahora está en manos de la Confederación. Tenemos problemas que no nos permiten utilizar de forma óptima ese almacenamiento. Cuando la desaladora produzca 30.000 metros cúbicos de agua, se dejará usar los pozos y por lo tanto la calidad del agua no será tan salada al no estar sobreexpoltados. Además tendremos el Pantano de las Adelfas con unos 250.000 metros cúbicos, más los depósitos que tenemos de 60.000 para cuando haya cualquier corte. Ahora queremos hacer arreglos en la desaladora, pero eso exigiría cortar su funcionamiento durante diez días y no nos lo podemos permitir porque no tenemos almacenamiento para todos esos días.
–En cuanto al consumo, ¿los melillenses gastan mucha agua?
–En principio es alto. Ahora estamos poniendo contadores en instalaciones municipales y colegios porque el consumo es muy elevado. Pero tenemos que ver, y estamos estudiando el tema, cuánta parte llega al grifo de cada hogar, qué parte se destina en centros oficiales, y qué cantidad va a parques y jardines. Aunque 35.000 metros cúbicos para nuestra población está por encima de la media europea.
–¿Tienen razón las voces que aseguran que hay muchas fugas y eso hace que incremente el consumo en Melilla?
–Nosotros no tenemos esa percepción. Si enviamos 35.000 metros cúbicos a la red, a la depuradora de agua llega más de 30.000. No vemos una gran diferencia entre la cantidad de agua que entra en la red y la que llega a la depuradora. No obstante, se está estudiando este tema y se están instalando los contadores. Además, tenemos un estudio encargado a una empresa especializada externa de la península. Pero no podemos asegurar que tenga una fuga por encima de un 15%.
–La renovación de las tuberías en La Cañada es otro proyecto destacado de esta legislatura.
–Acabamos de adjudicar todo el proyecto de saneamiento de La Cañada y Reina Regente por dos millones de euros. Es una obra importante porque es la renovación de todo un barrio que se ha ido haciendo a trozos. En esta zona sí que puede haber más fugas. Sabemos que hay casas que se han instalado en áreas públicas y por lo tanto, la red pasa por debajo de la vivienda. Esta obra sin duda será complicada de ejecución.
–Otra actuación tiene que ver con reutilizar el agua que llega a la depuradora. ¿Se prevén mejoras en estas instalaciones?
–La depuradora hay que mejorarla en general, tanto el tratamiento primario como secundario. El agua tiene que llegar bien depurada de estas dos fases para que se pueda utilizar el terciario. En eso es en lo que estamos. Hemos encargado una primera fase, que es una reja de entrada, y la segunda es una mejora del desarenador. Con lo cual, lo que vamos a conseguir es que el agua que salga al mar tras los dos tratamientos será mejor a nivel medioambiental y además, estará en condiciones de ese tratamiento terciario. Hoy en día tenemos unas instalaciones para producir 2.000 metros cúbicos al día que se puede ampliar hasta los 4.000, para finales de legislatura. Aunque se podría ampliar si se necesitara para regar parques y jardines y para la limpieza de la ciudad.
–En relación con este tema está la futura instalación de la tubería en el Paseo Marítimo desde la estación de bombeo del río de Oro hasta la depuradora.
–Empezará el 1 de octubre, tras la temporada de playas. Hay tres actuaciones en una. Por un lado, se bombeará desde el Río de Oro a presión hasta la Hípica las aguas negras. Por otra parte, en la misma zanja servirá para poner una tubería de agua tratada desde la depuradora hasta la estación de bombeo antigua, que se acaba de adjudicar su renovación. En tercer lugar irá el carril bici. A ver si Coalición por Melilla se entera ya de que se va a hacer este espacio. Se cogerá el carril más cercano al mar para hacer estas actuaciones.
–Si llueve con intensidad, como hace unos meses, ¿veremos de nuevo el centro de la ciudad inundado?
–Ahora mismo Confederación Hidrográfica del Guadalquivir está haciendo las dos obras de urgencia que habíamos pedido de 50.000 euros cada una. Una de ellas ya está en ejecución y la segunda se llevará a cabo cuando termine la primera. Las dos son en la nueva estación de bombeo del río de Oro, que es donde están la mayor parte de los problemas. Además, entre la documentación que analizará el presidente de la Ciudad con la ministra García Tejerina está la obra de 1,2 millones de euros de arreglo de las dos estaciones de bombeo, tanto la del río de Oro como la de La Hípica. Además, se ha entregado al Ministerio de Medio Ambiente el proyecto para arreglar el taponamiento que tenemos en la avenida de la Marina Española, que cuesta 300.000 euros, y la Confederación ha encargado otro proyecto para el arreglo de la frontera, cuyas obras serán 500.000 euros. A grandes rasgos todo estas actuaciones son las que se van a desarrollar para evitar las inundaciones. Espero ver todo avanzado en este año.
Además, nosotros hemos hecho algunas mejoras de zonas ocultas que no funcionaban bien, se ha abierto, se han metido cámaras y se ha visto la disfunción. Plaza de España debe desaguar perfectamente porque tenemos grandes equipos de bombeo a los que no llegaban suficiente agua para lo que son capaces de gestionar. Pero mientras la estación de bombeo de río de Oro no esté funcionando bien, seguiremos con problemas en el cruce de Luis Sotomayor con General Marina, cuya arqueta salta últimamente. No obstante, ahora que la encomienda de gestión de la estación de bombeo del río de Oro lo lleva Remesa, tenemos más facilidad para hacer mejoras. Es posible que una lluvia, como la de hace semanas, con más de 20 litros a la hora no colapse la ciudad. Esperamos que para finales de año o inicios del próximo esté todo terminado.
–¿Se emprenderá alguna campaña para concienciar sobre el uso del agua?
–Queremos hacer una campaña no sólo de concienciación del uso del agua, sino también de otros temas medioambientales. Aún estamos viendo cómo se realiza. Pero también queremos hacer charlas didácticas para los colegios. Nos gustaría que personas preparadas ofrezcan a los niños pautas sobre cómo ahorrar agua, así como otras sobre movilidad.
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